¿Qué es el glaucoma en perros?
El glaucoma es producido cuando el ojo comienza a segregar líquidos internos a mayor velocidad de la habitual, este líquido se almacena en la zona intraocular.
Esto provoca que la presión en el interior del ojo aumente peligrosamente, lo que puede producir cambios degenerativos en la retina y/o en el nervio óptico; como consecuencia desencadena la pérdida de visión en uno u ambos ojos.
El glaucoma en perros puede ser agudo (la prioridad es intentar salvar la visión del perro) o crónico (se trata de aliviar molestias e intentar salvar el globo ocular si es posible).
Causas del glaucoma en perros
Las causas por las cuales nuestro compañero perruno puede desarrollar un glaucoma son varias, pero la más habitual es la hereditaria. Por lo cual, si algún antepasado de tu can padece o ha padecido glaucoma, es importante que hagáis revisiones periódicas en el veterinario para asegurar que sus ojitos están sanos y evolucionan con él como deben.
Otra de las causas importantes a tener en cuenta son los golpes. El perro, puede estar jugando y caer mal y darse un golpe en la cara. Por ello, siempre hay que controlar que sus ojos estén normales.
Por último, el glaucoma en perros puede producirse por una enfermedad subyacente que ataque a los ojos o a la producción de líquido ocular.
Signos clínicos del galucoma en perros
Los signos clínicos del glaucoma son varios pero vamos a explicar aquellos que podéis visualizar en casa y que puedan ser indicativos que debéis acudir al veterinario para que revise a vuestro can.
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Fotofobia: sensibilidad excesiva a la luz
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Depresión.
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Anorexia.
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Edema corneal; el ojo adquiere un color más acuoso y difuminado.
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Midriasis: la pupila permanece completamente dilatada, pudiendo perder la capacidad de volver a contraerse.
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Buftalmina: es un aumento del tamaño del globo ocular, este es habitualmente irreversible y mayoritariamente se corresponde con ojos ciegos.
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Cataratas: el ojo adquiere un color azulado encima del iris y la pupila.
Diagnóstico del glaucoma en perros
Una vez reconoces uno o varios síntomas de los anteriormente descritos en tu perro, debes acudir al veterinario para que realicen un diagnóstico y puedan decidir qué tratamiento es el más adecuado para tu compañero.
Para realizar el diagnóstico, hay tres pruebas específicas:
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Tonometria: con ella podremos saber si hay presión intraocular y cuanta es la presión a la que está sujeto el ojo de nuestro perro.
Hay que medir la presión de ambos ojos para saber cuál es la normal y poder comparar. -
Ecografía ocular: imprescindible si hay opacidad. Con ella podremos averiguar el origen del glaucoma.
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Ginoscopía: se realiza cuando la córnea es transparente, en ambos ojos, permitiendo valorar la integridad del ángulo iridocorneal.
Tratamiento para el glaucoma en perros
A la hora de instaurar un tratamiento para el glaucoma, el veterinario va a intentar mantener el ojo, si puede tratará de preservar la función del nervio óptico y de las células gangliolares de la retina.
Para ello, tienen que seguir una serie de pasos.
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Disminuir la presión intraocular: hasta unos niveles no dañinos
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Inhibición de la ultrafiltración: disminuyendo la presión hidrostática o aumentando la presión osmótica.
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Inhibición de la secreción activa.
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Inhibición del sistema ATPasa o inhibición del anhidrasa carbónica.
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Aumentando la eliminación del HA (humor acuoso), favoreciendo el drenaje uveoescleral.
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Tratar preventivamente si hay un ojo sano para evitar que padezca también del glaucoma.
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Realizar una tratamiento neuroprotector.
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Emplear antagonistas de los aminoácidos excitotóxicos y antagonistas de los receptores NMDA del glutamato.
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Administrar neuroproteínas, para compensar la pérdida por el bloqueo del flujo axoplasmático.
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Inhibir los radicales libres y otras sustancias empleadas para la neuroprotección del sistema nervioso central.
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Operación para curar el glaucoma. Tipos:
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Cirugía filtrante: tiene como objetivo la eliminación del humor acuoso.
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Cirugía ciclo-destructiva: su meta es disminuir la producción de humor acuoso
El glaucoma en perros es una enfermedad compleja que ataca en silencio a nuestro compañero, dejándolo ciego poco y aumentando día a día en dolor. Es muy importante estar atento a sus ojos así como, las revisiones periódicas.