Qué es el moquillo canino
El moquillo canino se trata de una enfermedad infecciosa, altamente contagiosa, causada por un virus del género Morbillivirus. Está ampliamente distribuido por el mundo y afecta a distintas especies de carnívoros, a parte del perro doméstico; al lobo y al zorro.
¿El moquillo afecta a todos los perros?
El moquillo suele afectar a cachorros no vacunados, entre las 6 y 12 semanas de edad, cuando la inmunidad materna (a través de la leche) pierde su eficacia.
Sin embargo, puede afectar a cualquier edad, sobre todo en los casos de animales adultos que se encuentran muy vulnerables o que son geriátricos, es decir, animales con las defensas debilitadas (individuos inmunodeprimidos).
Cómo se contagia el moquillo en perros
El moquillo en perros se contagia por vía inhalatoria, ya que un animal infectado libera el virus en sus secreciones (orina, heces, saliva, mucosidad nasal) y lo deposita en el entorno. Otro perro respira estas partículas en el ambiente y comienza el ciclo de enfermedad.
Primero, el virus alcanza los ganglios linfáticos donde se replica y, posteriormente, se distribuye a través de la sangre para alcanzar el resto de tejidos del organismo. El que se desarrolle o no la enfermedad, dependerá de si el sistema inmune del perro es capaz de plantar cara al virus y detener su avance.
Síntomas del moquillo en perros
Los síntomas del moquillo en perros son muy variables, por lo que en ocasiones resulta difícil confirmar la enfermedad. Al tratarse de sintomatología tan general, puede confundirse con el cuadro clínico de otras enfermedades, es recomendable realizar pruebas de laboratorio como una analítica sanguínea, análisis de los exudados y/o detección de anticuerpos en sangre.
Lista con los síntomas del moquillo en perros más frecuentes
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Fiebre. Suele ser de los primeros signos en aparecer. En este enlace te enseñamos a detectar la fiebre en perros.
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Letargia. El perro se muestra apático, decaído, débil.
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Falta de apetito. Dejan de comer por el malestar que sienten. También pierden peso.
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Secreción ocular y nasal. Ojos llorosos, conjuntivitis, goteo nasal frecuente. Si la secreción nasal se torna viscosa y/o amarillenta, puede deberse a una infección bacteriana secundaria.
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Tos y dificultad para respirar.
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Alteraciones digestivas. Se genera una gastroenteritis que cursa con vómitos y diarrea.
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Alteraciones de la piel. Pueden observarse lesiones ulcerosas en la piel (pústulas).
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Engrosamiento de la piel de almohadillas y trufa. Un signo muy característico donde el epitelio de trufa y almohadillas se hace más grueso y observamos estas zonas aumentadas de tamaño, secas y resquebrajadas.
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Síntomas nerviosos. Si el virus alcanza el sistema nervioso central, el perro puede padecer cambios de comportamiento, convulsiones, movimientos descoordinados (ataxia), caminar en círculos, espasmos musculares involuntarios, salivación excesiva, ladeo de la cabeza, incluso, parálisis de las extremidades.
Tratamiento del moquillo en perros
No existe una terapia específica sino que se trata de un tratamiento paliativo dirigido a tratar el síntoma del moquillo en perros.
El objetivo principal es frenar el avance de la sintomatología, evitar complicaciones secundarias y apoyar al sistema inmunitario del animal para que pueda hacer frente al virus.
¿En qué consiste el tratamiento del moquillo canino?
- Hospitalización. Suele recomendarse la hospitalización por varios motivos, el primero es para poder tener controlado al perro en todo momento (ya que puede descompensarse rápidamente) y el segundo, para mantenerlo aislado de otras mascotas que puedan contagiarse.
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Hidratación. Un perro con moquillo canino suele encontrarse deshidratado, por lo que es fundamental la administración de fluidos (orales, subcutáneos y/o intravenosos).
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Antipiréticos. Si los picos de fiebre son muy elevados, puede estar indicado su uso.
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Antibióticos. Para combatir las infecciones bacterianas secundarias.
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Antieméticos. Fármacos para controlar los vómitos.
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Antidiarreicos. Pueden administrarse para frenar el cuadro diarreico, si este no se corrige con dieta.
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Analgésicos y antiinflamatorios. Si se considera que el animal tiene dolor y/o sufre inflamación de órganos internos.
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Oxigenoterapia. Procurar oxígeno mediante inhaladores, nebulizadores y/o incubadora si el compromiso respiratorio es muy acusado.
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Dieta. Administrar una dieta blanda especial para su situación de convalecencia.
Cómo prevenir el moquillo canino
La mejor forma de combatir el moquillo canino es la prevención. Como hemos mencionado, no existe un tratamiento específico, solo una forma de paliar los síntomas si la enfermedad se presenta, por lo que muchas veces el pronóstico es reservado, el tratamiento no funciona y el desenlace termina en el fallecimiento del perro.
Por esta razón, es fundamental contar con un plan preventivo óptimo durante toda la vida de nuestro amigo, para así procurar una buena salud del sistema inmunitario que haga frente a cualquier patógeno.
Llevar la vacunación al día es fundamental para combatir el virus
La prevención consiste en la vacunación, tanto a la edad de cachorros como en la edad adulta, realizando recuerdos anuales.
Estos anticuerpos forman parte del sistema inmune del animal y actúan de la siguiente manera: si en algún momento de su vida, el virus del moquillo entra en su cuerpo, estas sustancias lo reconocerán como algo peligroso e irán directamente a destruirlo.
La primera vacunación debe realizarse entre las 6 y 12 semanas de edad y se recomienda un recuerdo anual en perros ya adultos. Es importante destacar que la vacuna no elimina totalmente el riesgo de infección, pero sí reduce la probabilidad de padecer la enfermedad considerablemente.
Consejos básicos para convivir con el moquillo
Por último, las recomendaciones básicas frente al moquillo en perros si tu amigo sufre la enfermedad:
- Ofrecerle toda la comodidad posible.
- Atención veterinaria.
- Aislamiento para evitar contagio.
- Cambiarte de ropa cuando contactes con los otros peludos y mantenlos también bajo control, ya que los síntomas aparecen unos días después de la infección y puede que ellos también estén incubando la enfermedad.
- Atención y cariño a tu compañero, ahora es cuando más te necesita.