Los errores al educar a un perro van de la mano de preguntas incorrectas por parte de los tutores humanos, como "con qué edad se empieza a tranquilizar un cachorro", dando por hecho que existe un botón mágico que hace que el animal viva en calma.
La educación en cachorros, o cómo educar a un perro joven o adulto, requieren de paciencia, tiempo y comprensión de su mundo para empatizar con él, tarea que se antoja más complicada que caer en los errores al educar a un perro que todo el mundo comete.
Pensar que tu perro se porta bien o mal
Un perro se porta bien o mal ¿a ojos de quién? Ejemplo: el perro revuelve toda la basura. ¿Se está portando mal? "No, ha hecho de perro", afirma tajante Olfateando el Mundo en su guía de educación canina.
El perro sabe que está mal
Otro de los errores al educar a un perro relacionado con este punto, es creer que hace eso por venganza o que el perro pone cara de culpable porque sabe que está mal. Esa cara solo es para mostrarte que "está angustiado, asustado y no quiere conflictos contigo", explica Mr.Mutt en su sitio web.
Suponer que el perro funciona como los humanos
El perro es un ser vivo totalmente diferente a los humanos. Se maneja con un código de comunicación y lenguaje distintos y cuenta con otras necesidades. Es fundamental aprender cómo funciona su mente y ver el mundo a través de sus ojos para una buena relación.
Reñir al perro usando su nombre
Una forma de responderte a ti mismo cómo saber si estoy educando bien a mi cachorro es cómo y cuándo usas su nombre. Los expertos en educación canina respetuosa y en positivo abogan por que el nombre del perro solo se mencione para cosas positivas y que no lo asocie a situaciones negativas.
¿Cómo se educa a un perro desobediente?
Aparte, para ese perro desobediente (a ojos humanos), regañarle con tono autoritario e imponente no ayuda. Solo servirá para que el perro interprete que es "muy desagradable aprender a tu lado, haga las cosas con miedo y por evitar conflictos", señala Mr.Mutt.
Ya sea para educar un perro cachorro o más mayor, según aclara esta especialista en educación sin castigos, los perros el único idioma que entienden es tu tono de voz y al pronunciar palabras que signifiquen algo para ellos. Véase un "vamos a la calle", "¿una salchicha?", "busca la pelota".
No dejar al perro olfatear ni una esquina y tirarle de la correa
Olfatear para un perro es básico para su bienestar, es una de las acciones que más le estimula. "Es una actividad desactivante a la que recurrir después de vivir una situación activante (encontronazo con perros, subidón de energía, algo que le provoca inseguridad o miedo...)".
"¡Un perro que huele, es un perro feliz!", tal y como expone Olfateando el Mundo. Por eso, en los paseos del perro es importante dejarle que huela todo lo que quiera, "aunque eso suponga quedarse 10 minutos en una misma esquina".
Carecer de paciencia
Es uno de los errores al educar a un perro más habitual. El trabajo constante junto a él precisa de paciencia para que aprenda. El perro no hará las cosas a la primera como pretendes, ya sea para que sepa quedarse solo en casa o para sentarse o tumbarse.
Emplear el contacto físico para enseñarle
Presionarle el culo para que se siente, no es buena idea. "No debe haber contacto físico, debe salir de él mismo el comportamiento y premiarle en cuanto lo haga", sea la posición que sea y sea el aprendizaje que sea, apunta Mr.Mutt.
El perro no hace caso para dominarme
Pensar que un perro se sube al sofá sin permiso por dominar y tomar una posición en la jerarquía humano-perro superior, es un planteamiento equivocado. "Tú decides cuando le das la comida, cuando le paseas y ¿aun así piensas que le debes enseñar quién manda?".