Existen diferentes motivos por los que un perro lleva un lazo amarillo en su collar, y nada tienen que ver con la estética. Cuando paseas a tu perro y te cruzas con otro junto al ser humano que le acompaña, se produce la clásica escena de "hasta que los perros no se olisqueen, de aquí no se mueve nadie". Al menos, eso es lo que ocurre normalmente, aunque hay excepciones. Con ellas están relacionados que algunos perros lleven un lazo amarillo en su collar o correa.
El lazo amarillo en el collar del perro: ¿qué significa?
Los perros están considerados seres vivos sociables, están hechos para vivir en grupo. Pero hay algunos que viven o han sufrido determinadas situaciones que les impiden en cierto modo serlo. A veces, un perro inseguro, un perro recién adoptado de la perrera, uno que tiene miedo (en este artículo te damos varios consejos para ayudarle a ser más valiente) o uno que esté recuperándose de una enfermedad, por ejemplo, requiere espacio.
Perros DINOS
Es decir, tendrías un perro DINOS (Dogs In Need Of Space en su acrónimo inglés) y llevaría un lazo amarillo para identificarlo. La iniciativa de colocar en el collar del perro un lazo amarillo proviene del movimiento mundial The Yellow Dog Project. La idea, que nació en Suecia, tiene dos objetivos principales. En primer término, identificar a los perros que necesitan espacio. Y en segundo lugar, concienciar a los humanos de otros perros, y al ciudadano en general, con la intención de que mantengan un contacto adecuado con estos perretes.
Los tipos de perro DINOS
No sé tú, pero cuando voy por la calle y me cruzo a un perrete no puedo evitar acariciarlo. Lo mismo ocurre cuando voy con Chufa, a lo que se suma que ella quiere olisquear y jugar con el perro de turno, ¡cualquiera le dice que no! ? Pero, ¿qué nos indica un perro con lazo amarillo en su collar? Que es preferible que no se acerquen otros perros u otras personas queriendo darle mimo. Toca controlar ese impulso de tu perro y tuyo.
Hay gente que asocia esto del lazo amarillo solo con perros agresivos -consulta aquí la lista-, cuando es más frecuente que se trate de animales inseguros, miedosos; que tienen algún dolor por una enfermedad o cirugía; incluso perros que acaban de ser adoptados y necesitan un período para gestionar su nueva vida; o también perros que están siendo entrenados.
Si un perro lleva un lazo amarillo... ¡necesita espacio!
El lazo, una bandana o un peto amarillo es la forma que tiene de decirte ese perro que necesita espacio. Con este código su humano te pide colaboración, es decir, que será mejor que no te acerques o, si lo haces, que sea con cuidado y, por supuesto, preguntando antes, en especial si estás paseando con niños o con tu perro.
Más allá de la identificación
Como ser humano responsable, hay que tener claro que ponerle el color amarillo solo es una medida temporal. Por ejemplo, si el motivo es un problema de miedo o agresividad hacia las personas o a otros perros, o sencillamente es muy brusco al saludar, tu responsabilidad ha de ir más allá del lazo.
Debes ponerle solución y acudir a un educador canino que os guíe en ese proceso. Además, no puedes confiar en que todo el mundo sepa lo que quiere decir ese lazo o ese color. Muchos de creerán que es un complemento más. Por ello, que tenga el lazo no implica que lo puedas exponer a situaciones extremas creyendo que nadie se le acercará. El amarillo no te libra de aplicar otras medidas para evitar situaciones desagradables o peligrosas.
Cada vez más países ponen lazos amarillos a los perros
Aunque The Yellow Dog Project nació en Suecia hace unos años, cada día se suman más rincones del mundo. Están muy presentes en las redes sociales, como en su página de Facebook, donde puedes encontrar el cartel oficial de cada país para su difusión, como el de España.
Controla tu impulso
Tenlo en mente desde ya. Cuando veas a un perro por la calle con un distintivo amarillo en su collar o correa, respeta y déjale espacio. Tanto él como su humano te lo agradecerán. Y si crees que tu perro necesita llevar un lazo amarillo, no dudes en ponérselo.
Escrito por: Lola Duarte, periodista especializada en comportamiento canino y legislación animal.