¿Cuándo tengo que darle chuches a mi perro?
Las recompensas en la educación positiva del perro pueden basarse, sobre todo al principio, en recompensas alimenticias (golosinas, snakcs o chuches para perros) y se llevan a cabo sistemáticamente para luego ir espaciándolas: recompensándolo una vez de cada dos, una vez cada cuatro después, etc. para que así el perro no adquiera el hábito de “no juego más a este juego si no tengo recompensa”.
Para él será algo natural y no buscará la recompensa, es decir, una golosina, siempre. Y esa búsqueda de la alegría del amo es la base de la educación positiva, al contrario de lo que sucede en el aprendizaje latente del animal.
Por el contrario, debe haber siempre una recompensa clave, para los ejercicios, aunque sea una recompensa vocal.

Atención, uno de los puntos más importantes de este método es la sincronización: la memoria del perro es asociativa, lo que quiere decir que puede relacionar la recompensa sólo si ésta se produce en el mismo momento en el que se desarrolla la acción
Recompensar a tu perro con chuches con mesura
No hay que tener miedo de parecer ridículo. Una recompensa debe notarse y no tienen que ser siempre golosinas o snacks: grandes caricias, mostrarse efusivo, etc. Sin embargo, no debe darse si la orden se ha cumplido sólo parcialmente.
Si el perro ha pedido salir a la calle, pero ha hecho sus necesidades en el felpudo: ¡no cuenta! Tiene que hacerlo verdaderamente fuera para que haya premio. La recompensa, además, debe tener un valor excepcional. Es el equivalente a un regalo.
El perro debe experimentar el placer. Solamente así conseguiremos que el vuelva a hacer lo que le pedimos, esperando encontrar a cambio tu alegría para acabar haciéndolo siempre por sí mismo. El comportamiento, una vez adquirido, no necesitará de tales recompensas.
¿Qué tipo de recompensas/chuches debe darle a mi perro?
Ésta pueden ser chuches si no tiene el perro el hábito (las galletas para perros de preferencia). Pero hay que tener cuidado de no abusar: una pequeña chuche es suficiente, no le des la caja entera de una sentada, aunque hayas conseguido todo un logro.
Pero la recompensa también pueden ser caricias en abundancia acompañadas de dulces palabras o, simplemente, frases de aprobación. Esto va a depender tu propia naturaleza y de la de tu perro.
Felicita a tu perro
No hay que tener sobre todo vergüenza de felicitar a tu animal. Lo más sencillo es observar a tu perro para ver a qué nivel de placer llega por con su premio. La motivación que tendrá en futuros ejercicios te permitirá saber si la recompensa que has elegido es suficiente o no.