La relación con tu perro debe basarse en la confianza, el respeto y la comprensión mutua.
En cambio, ser un líder para tu perro implica guiarlo con firmeza y cariño, asegurando una convivencia armoniosa y positiva. Es por eso que la pregunta de cómo saber si soy el alfa de mi perro, sólo es significativa si la ponemos en este contexto.
Concepto de alfa en manadas caninas
La noción de amo viene de la hipótesis de una jerarquía muy estructurada en los grupos de perros.
Observando a los lobos, el antepasado de los perros, los investigadores identificaron la presencia de un individuo alfa, sobre el que caía la autoridad del grupo.
Y aplicaron inmediatamente esta estructura social a la del perro, ya que sus raíces genéticas son las mismas.
En realidad, las observaciones que se hicieron en el lobo, no pueden extenderse al perro tan fácilmente.
Incluso si, claramente, hay parecidos, el perro es a día de hoy una especie bien diferenciada del lobo, que sigue una evolución guiada por la selección humana desde hace casi 10.000 años; en la que, además, la estructura social ha cambiado también.
Las últimas observaciones que se han llevado a cabo en en grupos de perros semi salvajes confirman las dudas.
¿Qué significa ser el alfa?
El término "alfa" se refiere pues al individuo que ocupa la posición más alta en la jerarquía social dentro del grupo, según se obrservó en los estudios sobre el comportamiento de los lobos. Como se mencionó, se observó que existía una estructura social jerárquica, y el "alfa" era el lobo dominante que lideraba la manada.
Entonces, ¿cómo saber si soy el alfa de mi perro? Para ello habrá que comprender primero cómo funciona la dominación de los grupos de perros.
La dominación en los perros
En los perros, los grupos son más pequeños que en los lobos (de 3 a 5 individuos de media), con una estructura social menos lineal.
Esto quiere decir que un perro puede ser líder del grupo dependiendo del contexto.
Es muy probable, por tanto, que el lobo y el perro, como especies sociales que son, construyan grupos con individuos que tengan diferentes temperamentos, y la estructura y funcionamiento del grupo va a depender de dichos individuos.
Por lo tanto, la noción de dominación, actualmente, no califica al perro directamente (ya que su estatus de dominante solo depende de los perros y los humanos que lo rodean).
Un perro no nace dominante, pero puede simplemente tener un temperamento autoritario que le de, a menudo, la posición de líder del grupo.
Basta que esté en un grupo más autoritario que él para que cambie completamente sus costumbre.
La mejor relación con tu perro
El perro tiene una gran capacidad de adaptarse y a comunicarse con otras especies, en particular con el ser humano.
Pero distingue muy bien a sus congéneres del humano, incluso si tiene relaciones muy cercanas con ambos.
Por tanto, la relación que se desarrollará con el perro no va a ser, como se decía antes, una relación de “esclavitud” sistemática: sino una relación más parecida a la que se desarrolla entre ellos (dentro de una situación de equilibrio).
Hemos visto que los perros que viven en grupo, el estatus de líder cambiar en función de las circunstancias: es lo ideal que suceda dentro de la relación con tu perro.
Siendo así, cómo saber si soy el alfa de mi perro no es tan importante como ser capaz de tener un liderazgo positivo, respetuoso y equilibrado en su grupo social.
Ser alfa o no ser alfa, esa es la cuestión
Desde hace mucho tiempo, la figura del amo en la relación humano-perro tiene una connotación de dominación. Sin embargo, de un tiempo atrás, los etólogos han cuestionado este modo de abordar la educación del perro y han surgido nuevos enfoques.
No es que tengas que dejar que el perro tome las riendas y que haga tonterías cuando quiera, pero sí darle momentos de libertad para poder llevar a cabo sus necesidades, ponerte a su altura para poder “escucharlo” y comprenderlo mejor, y no tener sistemáticamente una interacción con él desde la dominación, sino con base en una relación más equilibrada.
Perros compañeros
Un ejemplo muy recurrente para explicar los distintos tipos de relación es del del sofá: en la visión antigua, el perro, como dominado, nunca debe tomar una postura dominante, por lo que nunca puede estar a la altura del amo y subirse al sofá.
Pero un perro que no ejerce una dominación exagerada en este lugar, puede acceder y que el sofá sea un espacio compartido y de equilibrio entre el perro y los humanos.
Cómo convertirse en un buen humano para su perro
También hay que tener en cuenta que el perro es un animal activo, que pide mucha atención y que sabe muy bien como usar sus dotes de seducción para obtener pequeños placeres.
Una relación equilibrada significa que no hay que partir de los excesos, pero eso sirve en los dos sentidos. Hay que saber tener límites propios.
El antiguo discurso, tiene la "ventaja" de ser uniforme, mientras que en el nuevo enfoque no hay una única técnica.
Retomando el ejemplo del sofá, en ciertos casos, podemos dejar subir al perro subirse al sofá, pero en otros, con perros más invasivos, se recomienda poner límites.
Un perro ansioso tendrá más necesidad de libertad y de experiencias positivas para calmarse, y un perro temeroso necesitará de pautas para sobrellevar su frustración.
No hay que cerrarse a pasar tiempo con los animales, ayudar en un refugio, por ejemplo, y tener una experiencia relacionada perros cuando todavía somos nuevos en esto.
Si tienes la sensación de que no entiendes a tu perro, o que él no te entiende a ti (hace travesuras o no te hace caso cuando intentas enseñarle cosas), intenta frecuentar “lugares” caninos, donde encontrar a profesionales: paseos colectivos con educadores, cursos particulares, etc. que te ayudarán a comprender mejor a tu perro y responder a sus necesidades.