Los perros y su gran capacidad auditiva
Todos sabemos que los perros tienen el sentido del oído muy desarrollado, mucho más que las personas. Ellos poseen la habilidad de escuchar sonidos de alta frecuencia. Para que nos hagamos una idea, las personas podemos captar sonidos de 20.000 ciclos como mucho, pero los perros pueden alcanzar los 60.00. Esta es la principal razón por la que los ruidos estridentes les molestan mucho más que a nosotros.
Cuando un can es cachorro se adapta al medio para sobrevivir como cualquier otro animal y, por eso, puede convivir con los sonidos del día a día, por ejemplo, en una ciudad. Pero hay ciertos animales que no han sabido adaptarse tan bien, ya sea porque han crecido en un lugar más tranquilo y sin tanto ruido o porque les es propio por el tipo de carácter que tienen.
Se tiene la creencia de que los cachorros no deben pasar mucho tiempo en la calle porque les podría pasar algo malo o podrían enfermar. Pero, una vez puestas las vacunas, pensar eso es un gran error, pues cuando son cachorros están viviendo su etapa de adaptación al medio. Lo que estamos creando cuando no les exponemos al mundo es una burbuja en la que no podrán vivir para siempre. Y en un futuro no sabrán relacionarse ni con otros perros ni con todo aquello que les rodea; además de poder acabar desarrollando todo tipo de miedos.
Mi perro tiene miedo a los ruidos: consejos para superarlo
Si tu perro tiene miedo a los ruidos, tendrás que aplicar una serie de técnicas que lo ayuden a perderlo.
Hay medicamentos y complementos alimenticios para perros que controlan y calman la ansiedad que se pueden utilizar en momentos puntuales como Navidad o fiestas. Momentos en lo que estamos seguros de que va a haber fuegos artificiales u otra clase de ruidos molestos. Sólo en estos casos es aconsejable el uso de medicamentos pues, como pasa con las personas, esta pastilla no hace que la ansiedad desaparezca y sólo la disipa por unas horas.
Lo mejor es llevar a cabo ejercicios caninos para corregir su conducta y ayudarles a sentirse seguros antes de que el miedo se convierta en una fobia crónica que tendrá difícil solución.
Algunos consejos para ello son:
- Si el perro huye y se esconde ante ciertos estímulos molestos no debemos obligarle a salir o reñirle porque ha huido. Debes mostrarte tranquilo porque le transmitirás seguridad al perro y, al cabo de un rato, entenderá que no pasa nada y saldrá. Si se consigue relajar puedes premiarle con algo de comida o caricias.
- No calmarlo en exceso, es decir, si nos excedemos en las caricias estamos reforzando una conducta negativa. Le mandamos el mensaje de que tener miedo está bien cuando no es así.
- Si lo que molesta al perro son los ruidos comunes de una ciudad, debemos sacar a pasearlo mantenido la correa sujeta con fuerza y firmeza para que no se escape. Lo mejor es buscar un sitio tranquilo dentro de la ciudad donde el animal pueda descansar y desconectar hasta que se solucione el problema por completo.
- También puedes probar con la terapia de desensibilización, que se trata de reproducir los ruidos que le causan ese pavor aumentado la graduación del sonido de forma paulatina. Así el perro se acostumbra poco a poco al ruido y va perdiendo el miedo. Si lo consigue debemos premiarlo con alguna chuche o jugando con él.
Hay que tener en mente que no todos los perros recibirán de igual manera estas técnicas, así como no todos reaccionan de igual forma ante los ruidos fuertes. En caso de dificultad, siempre puedes contratar o hablar con un especialista canino que te explique, según las necesidades de tu can, qué puedes hacer para ayudarle.
El proceso puede resultar lento y pesado, pero siempre merece la pena porque con nuestra ayuda, el perro llegará a sentirse tranquilo ante toda clase de ruidos y podrá así controlar su ansiedad. Ahora ya sabes qué hacer cuando pienses “mi perro tiene miedo a los ruidos”. ¡Es el momento de ponerse manos a la obra!