Beneficios de los masajes para gatos
Las sesiones de masaje son consideradas como una forma de hacer terapia con ellos de manera no invasiva. Con el movimiento de los masajes se puede aliviar el dolor de ciertas zonas pero también se logra calmar la ansiedad del felino e incluso controlar su estrés. Además es una bonita manera de seguir construyendo lazos con tu gato y de poder proporcionarle confort y tranquilidad.
Os dejamos por aquí el listado de las aplicaciones terapéuticas más comunes de este tipo de masajes para gatos:
-
Bajar los niveles de ansiedad del gato a causa del estrés cotidiano.
-
Tratamiento y prevención de enfermedad de los huesos y los músculos como la artritis, la artrosis y la displasis.
-
Es una manera de aliviar los dolores en gatos de avanzada edad y con algún tipo de patología grave.
-
Para combatir los problemas intestinales del gato tanto en el tracto digestivo como en el renal y hepático.
-
Ayuda a mejorar problemas emocionales o de conducta.
-
Consigue combatir un aumento de peso excesivo.
Las cuatro zonas favoritas para dar masajes a los gatos
Hay algunas zonas que los gatos agradecen que les toques más que otras. Ya de por si, los felinos son bastante independientes por lo que puede costar que acepten nuestras caricias sobre todo si no nos conocen. Pero una vez entiendes en qué zona le es más placentero, todo el proceso se vuelve más fácil.
Las zonas en las que a los gatos les gusta recibir masajes son las siguientes:
1. La barbilla y el cuello
A los gatos les encanta que les acaricien la barbilla y los masajes en esta zona. De esta forma, seguro que te ganas su cariño.
La manera de efectuar el masaje debe ser a través de movimientos suaves, en círculo y con las yemas de los dedos. Estamos seguros de que siguiendo estas indicaciones el animal se relajará y dejará atrás el estrés y la ansiedad que pueda estar sufriendo. Y aunque esté perfectamente, el felino también agradecerá un buen masaje en esta zona y lo notarás por su ronroneo de satisfacción. Pueden incluso llegar a dormirse.
2. La parte inferior de las orejas
Seguro que has notado que de manera habitual tu gato frota su cabeza contra ti o contra distintos muebles y objetos de la casa. A veces lo hace porque necesita aliviar el picor de la cabeza pero otras lo hace por placer. Otro de los motivos por los que el gato realiza estos movimientos es debido a que, en las orejas contienen glándulas de olor y así consiguen marcar territorio.
Ahora ya sabes que, si estás masajeando esta zona, significa que estás impregnándote con su olor y eso es algo que al gato le gusta por lo que también es más fácil que se deje acariciar.
El masaje se puede hacer con el dedo índice y el pulgar, haciendo pequeños círculos en la base de las orejas para que el gato se relaje.
3. La base de la cola
Esta zona es conflictiva ya que parece ser que algunos gatos no soportan que les hagan masajes ahí pero hay otros a los que les encanta.
En esta zona puedes intercalar momentos de masaje más suave con algunos movimientos más fuertes, siempre controlado, ya que es una zona algo menos sensible por lo que puedes trabajar la musculatura.
4. La barriga
A los gatos les encanta ponerse boca arriba para que les rasquemos la barriga, eso es algo que ya sabrás si tienes uno. Por lo que dar un masaje en esta zona no te será difícil aunque como siempre, depende del gato.
En esta área es importante controlar la presión que se hace con las manos ya que estás directamente interviniendo en todo el proceso digestivo del animal. Si no sabes como hacerlo es mejor que recurras a un profesional para que te ayude. Si no, puedes limitarte a dar un masaje más simple, haciendo círculos pequeños y presionado lo menos posible para no hacer daño al gato.
Recomendaciones finales
Lo más importante a la hora de dar masajes para gatos es estar atentos a cómo reaccionan pues aunque nosotros lo deseemos, puede ser que al gato no le apetezca ningún masaje o directamente no le gusten.
Si el felino se ve algo incómodo con la situación e intenta irse constantemente lo mejor es que no le obligues. Podría acabar odiando tanto el masaje como de la persona que intenta forzarlo a tenerlo. Él sabrá buscarte cuando lo necesite.