Alzhéimer en gatos: ¿existe?
Hoy en día los gatos, gracias a la medicina veterinaria actual, consiguen sobrevivir muchísimo más tiempo que antes.
Tienen la capacidad de vivir muchos más años y eso se traduce en más tiempo de vejez para ellos. ¿Significa eso que los gatos podrían padecer alzhéimer?
Pues bien: los gatos sufren los síntomas del alzhéimer, pero no lo llamamos así, sino Síndrome de la Disfunción Cognitiva (SDC), también conocida como demencia.
El SDC es tan grave como el alzhéimer. Estas funciones cognitivas que se ven afectadas por la degeneración por edad y la propia enfermedad son principalmente:
- La percepción.
- La consciencia.
- El aprendizaje.
- La memoria.
Síntomas del SDC en gatos
1. Fallos en la orientación
Cuando un gato pierde el sentido de la orientación en realidad se nota mucho. Si hay algo en lo que destacan es en saber orientarse en muchas situaciones y en circunstancias complicadas.
Cuando un gato pierde la orientación, normalmente se le nota más si parece estar confundido o perdido en un sitio habitual para él, como es vuestra casa. Puede quedarse pensativo mirando el pasillo o perderse por la casa en la que tantas vueltas ha dado.
2. Se vuelve menos activo
Esto ya es algo que de por sí no debería preocuparnos de un animal viejecito, pero en el momento de empezar el SDC se acentúa mucho. Hay un cambio muy brusco.
El gato pierde la curiosidad y las ganas de ver mundo, lo que lo hace menos receptivo a la gente, los sonidos e incluso disminuye su ducha cotidiana (mejor entendido por nosotros como lamerse). Esto se nota mucho más en razas de gato activas como el gato esfinge.
3. Cambios en la vida social
Algo que no suele cambiar en toda la vida del gato es su interés por las relaciones sociales. Un gato será mimoso tenga 1 o 100 meses.
El gato que tenga demencia normalmente tendrá menos paciencia a la hora de interactuar y le costará más soportar nuestras caricias o incluso que nos acerquemos demasiado. Puede empezar a irritarse fácilmente.
Se puede mostrar evasivo y huidizo. Esto será un síntoma realmente notable si el gato antes no era así y, por ningún motivo aparente, ha empezado a “odiarnos”. Créeme que no has hecho nada malo.
4. Duerme diferente
Algo en lo que también destaca mucho el SDC en gatos son los cambios en el ciclo de sueño y vigía. Normalmente, los gatos duermen la noche de un tirón (sobre todo si están acostumbrados).
Pero en el caso de los gatos con SDC, notarás como empezarán a despertarse a horas intempestivas como a las 5 de la madrugada, e incluso empezarán a maullar o dar vueltas por toda la casa.
5. Cambios de humor
Una cosa ayuda a la otra. A la vez que el gato duerme peor y menos, y tiene sueño de peor calidad, estamos hablando de un aumento significativo en su ansiedad general. Lo que lo volverá, como ya hemos dicho antes, más inestable y, por tanto, más irritable.
6. Fallos de cálculo a la hora de hacer sus necesidades
Un gato con problemas de coordinación, motricidad, fallos en la orientación y memoria obviamente tendrá problemas para acudir al arenero.
Bien podría ser que no recuerde dónde estaba su caja para hacer sus necesidades, o que no coordine bien su posición de defecación.
En definitiva, un gato que suele estar acostumbrado y bien enseñado a hacer sus necesidades donde toca normalmente no necesitará un segundo reentrenamiento nunca más. A menos que empiece a tener problemas nuevos como este.
7. Otros fallos de memoria
Es incluso probable que un gato entrenado empiece a olvidar las costumbres y órdenes que le enseñas. Si ves que tu gato deja de obedecer de la noche a la mañana o tiene un acto de rebeldía también sospecha de esto (en realidad no, los gatos no planean nada malo).
Fuente: ASPCA