Conexión: Australia
“Llevo desde los 13 años recogiendo perros de la calle”, rememora Mara Stevenson. Por el camino de su vida se cruzó Australia, donde vivió muchos años. “Allí este drama no existe, solo en algunas residencias caninas, a veces, hay algún perro encontrado perdido y sin identificación que se ofrece en adopción, pero es rarísimo”, cuenta.
Por eso decidió que, pese a estar a miles de kilómetros de su país natal, ella seguiría ayudando gracias a internet. Hacía de enlace entre 16 protectoras, buscaba “adopciones a la carta” entre los perros recogidos por los refugios españoles; era una especie de voluntariosa intermediaria.
Un día decidió ir más allá y empezó a volar entre continentes para llevarse con ella a perros de España que, por sus condiciones, eran casi inadoptables. Así es como llegó a su vida Calvin. “Estaba en condiciones espantosas, tenía un tipo de sarna muy complicada y nadie lo adoptaba por miedo al contagio”. Hasta que ella, al otro lado del mundo, fue su ángel de la guarda.
Anima Canis
Asentada desde hace algún tiempo en Alicante, Mara Stevenson sigue viviendo con 'horario australiano'. Trabaja de noche, duerme de día. Y ha fundado Anima Canis, más que una protectora o un refugio, su propio hogar. “Vivo con 32 perros, 18 son míos, los demás están aquí en acogida, esperando encontrar un lugar definitivo. Casi todos ellos tienen problemas, tengo uno con cáncer, otro con leishmaniosis, también ayudo a una mamá desnutrida con seis cachorritos, tengo dos perros ciegos y otros que no se integran fácilmente con otros animales”, enumera.
De todos ellos da cumplida cuenta en su página web. Y busca sin descanso, sin desaliento alguno, gente que los quiera como ella. “En unos días se marcha Zyryab, ha estado cinco meses conmigo. Soy feliz porque deja hueco a otro, pero me da mucha pena cada nueva despedida”.
Vocación, ayudar
“No podría vivir sin ellos, sin los perros. Muchas veces digo que tengo que parar, que no puedo más, pero es un simple desahogo. Vivo por y para ellos, también para mi trabajo. No tengo vacaciones ni días libres pero sé que esta es mi vocación”, razona Mara.
Ella, que esta sola al frente de Anima Canis pero que también colabora con la protectora Dale Vida de Murcia, considera que “la vida es servicio, ayudar a los demás”. “El mundo sería mejor si todos nos dedicáramos a hacer esto, a tender nuestra mano a los ancianos, a la gente sin recursos, a los elefantes o a los perros, a quienes queramos, a ayudar, en definitiva”.
Y, en los momentos de desánimo, hace gala de una máxima: “Lo difícil se consigue, y lo imposible se intenta”. Y así, día tras día, es como Mara Stevenson consigue tirar hacia adelante y hacer lo más razonablemente felices a los 32 perros que comparten su casa. “Aquí no hay jaulas, la puerta siempre está abierta, el sofá es tan mío como de ellos. Todos vivimos aquí”, dice.
Cómo ayudar a Mara / Anima Canis
Siempre hay casos más urgentes que otros. Como por ejemplo Kazán, un perro de raza bodeguero que padece cáncer de huesos. Abandonado en varias ocasiones, buscó durante mucho tiempo un lugar definitivo, tranquilo y confortable. Lo ha encontrado en casa de Mara, pero su costoso tratamiento (del que puedes saber más en su web) no está siempre a su alcance.
También le quita muchas horas de sueño Vida, un cruce de beagle que, en su primer celo, se quedó preñada y encontró en ese estado abandonada. Ha tenido seis cachorritos, que podéis conocer aquí, y que esperan una adopción.
Con muy poquitos seguidores en Teaming, Mara Stevenson agradecería tener nuevos donantes que continúen dando viabilidad a su proyecto que, en realidad, representa toda su vida, y por extensión, la de los cientos de animales a los que ha salvado la vida.