Este es el día a día de Andrey Musienko, que comparte su casa con Akela, un lobo negro canadiense.
Pero en lugar de tratarlo como a un depredador potencial, Andrey lo considera un miembro más de la familia.
Un grandullón de lo más bonachón
Si bien los lobos negros canadienses son conocidos por su naturaleza salvaje y peligrosa, Andrey muestra el lado más tierno de estos intrigantes animales a través de cautivadoras imágenes compartidas en YouTube e Instagram.
Akela, que empezó siendo un pequeño y dulce cachorro, ha crecido hasta alcanzar el tamaño de un poni bajo el cuidado de Andrey. Eso sí, a pesar de su extraordinario tamaño, Akela sigue siendo un animal bueno y afable.
Aunque es considerado como un depredador peligroso en regiones como Canadá, el norte de Europa y Siberia, lo cierto es que Akela se transforma en todo un peluche gigante cuando se encuentra en compañía de su amigo humano.
Normalmente, el lobo se suele acercar cautelosamente a Andrey, mordisqueándolo de forma juguetona antes de apoyarse en él para abrazarlo durante un rato. ¡Adorable!
¡Akela es todo un mimosón!
El comportamiento juguetón de Akela se hace evidente cuando intenta comprometer a Andrey para que juegue con él, manteniendo la calma en todo momento.
De hecho, Andrey controla sin esfuerzo al gigantesco lobo con una sola mano, demostrando así su vínculo y amistad únicos.
Pero su compromiso con el salvaje animal no acaba ahí, ya que el joven ha creado una fundación para recaudar fondos y crear un recinto espacioso que le proporcione a Akela un entorno de vida más adecuado.
¡Bonita iniciativa! ¿Qué te parece esta insólita amistad?