Raoul no puede dejar de llamar la atención con su cara traviesa y, sin embargo, lleva años en un refugio y nunca ha conseguido convencer a los adoptantes.
¿Prejuicios por su aspecto o miedo a las posibles marcas de su pasado? Lamentablemente, como muchos american staffordshire terrier, este perro de 5 años no consigue destacar en la perrera.
Un mal comienzo
Antes de llegar a esta perrera, que ahora conoce de memoria, Raoul se encontraba en una perrera municipal, sin identificar y cubierto de quemaduras de cigarrillo.
Hoy, Raoul necesita personas con experiencia que sean capaces de enseñarle a adaptarse a la vida familiar.
Un perro cariñoso que necesita ser guiado
Aunque impresione por su tamaño, Raoul es más bien un cachorro en un cuerpo de adulto.
Muy mimoso, nunca se cansa de las caricias, pero tiene algunas dificultades para gestionar su entusiasmo: cuando está muy contento, tiende a saltar y mordisquear para expresar su alegría.
Es por ello que sus futuros cuidadores deben estar plenamente comprometidos con su reeducación y ser capaces de ayudarle a canalizar este comportamiento.
Si bien ha sabido mostrarse cariñoso con los humanos, resiliente y optimista tras una vida de maltrato, la falta de aprendizajes elementales ha marcado su personalidad actual.
Al ser un animal tan dinámico, Raoul sería un perro ideal para una persona activa que pudiera ofrecerle paseos al aire libre, en un entorno más bien rural.
Además, le apasionan las actividades acuáticas y podría pasarse horas en el agua. El refugio, situado en Aix-en-Provence (Francia), ha quedado a disposición de los adoptantes para guiarles en todos los trámites administrativos necesarios.
Aunque siempre se muestra jovial con el equipo del refugio, esta rutina deprimente le pesa cada vez más y es urgente que por fin disfrute de una segunda oportunidad.