¡Es difícil mirar a otro lado ante la urgencia climática a la que nuestro planeta planta cara actualmente! El deshielo de los glaciares, las emisiones de CO2, el calentamiento climático, las desaparición de la selva amazónica… El impacto del ser humano sobre el planeta es enorme y devastador.
Afortunadamente, desde hace un tiempo, está teniendo lugar una verdadera concienciación al respecto. Si bien antes la ecología estaba reservada a algunos grupos minoritarios, actualmente, todos y cada uno de nosotros podemos informarnos sobre el tema y actuar en consecuencia a nuestra propia escala.
Aunque los humanos somos, con diferencia, los animales que más contaminamos de la Tierra, ¡nuestros perros y gatos no son tampoco los más ecológicos! Por lo tanto, la pregunta que surge es: ¿cómo podemos actuar para reducir el impacto ecológico de los animales de compañía que dependen de nosotros?
¿Mi perro y mi gato contaminan?
Según un estudio a nivel mundial de Gfk realizado en 22 países, el 56% pode los habitantes del planeta vive, al menos, con un animal de compañía. Por lo tanto, habrá alrededor de 800 millones de mascotas en el mundo. Y, obviamente, esto tiene un efecto significativo en el medio ambiente, ya que el impacto ecológico anual de todos esos animales es equivalente a 396 millones de hectáreas, ¡o más de 12 hectáreas por segundo!
En detalle, esto supone:
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Huella ecológica de un gato: 0,15 ha/año
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Huella ecológica de un gato (de tamaño mediano): 0,84ha/año
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Huella ecológica de un hamster: 0,014 ha/año
En comparación, un Español consume una media de 3,8 ha/año. La media mundial es de 2,84 he/año (fuente: Global Footprint Network 2014). Y podemos añadir que un Toyota 4X4 Land Cruiser tiene un impacto ecológico de 0,41 ha/año.
¡Tu gato contamina, por tanto, más que un 4X4! Sí. ¿Qué se puede hacer para regular el impacto ecológico de nuestros perros y gatos domésticos? ¿Cuáles son las posibilidades para conservar las ventajas ligadas a la presencia de un pequeño amiguito (y hay muchos), mientras contribuimos a salvar el medio ambiente y el aire del planeta?
A finales de 2009, dos arquitectos especializados en desarrollo sostenible -Robert y Brenda Vale- escribieron un libro titulado: Time to Eat the Dog : The real guide to sustainable living (Dar de comer a tu perro: una guía para un estilo de vida sostenible, en la traducción en español). En este libro, los dos profesores universitarios explican, en particular, que la huella de carbono de un perro de tamaño mediano es dos veces superior a la de un 4X4 que recorra 10.000 kilómetros al año. ¿Su consejo? ¡Adoptar sólo animales que sirvan como alimento!
Sin ir tan lejos, es, sin embargo, importante que los propietarios de animales de compañía sean conscientes del fuerte impacto ecológico que tienen sus pequeños compañeros, así como su responsabilidad al respecto. Y, al contrario de lo que podamos pensar, a nuestra escala es muy fácil actuar en favor del medio ambiente mientras cuidamos a nuestra mascota.
10 consejos para limitar el impacto ecológico de tu gato o perro
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Elegir bien la arena para gatos
Un gato puede llegar a gastar alrededor de 30 kilos de arena al año. Una cifra importante que tiene, evidentemente, un fuerte impacto en el medio ambiente. Y por una sencilla razón, y es que la mayor parte de arena para gatos que se vende no es reciclable y contienen sustancias químicas nocivas.
¿Cómo podemos hacer entonces para limitar el impacto ecológico a la vez que ofrecemos una arena de buena calidad a nuestro peludo? Es suficiente con optar por una arena ecológica para que tu gato contamine menos en el día a día. Existen algunas en el mercado y son tan eficaces como las arenas convencionales. Sólo tenemos que elegir una arena natural y biodegradable.
¿Prefieres dejar de utilizar la arena? ¿Por qué no optar por los gránulos o pallets de madera, que se utilizan normalmente para la calefacción?
Finalmente, recuerda que no debes compostar los deshechos de la cama de tu gato, sea o no de arena natural.
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Adoptar un animal abandonado en lugar de comparlo
Más que comprar un perro o un gato y, de alguna forma, favorecer la reproducción en la cría y, por tanto, el nacimiento en camadas, ¿por qué no elegir la adopción? No solamente estarás haciendo una buena acción salvando a un animal que realmente lo necesita, sino que ¡también estarás actuando en favor del planeta!
Recordemos que en los refugios podemos encontrar todo tipo de animales de compañía, de todos los tamaños, caracteres y edades. Seguro que encontrarás a tu compañero ideal de vida.
Para ello, en Wamiz.es estamos preparando una sección específica para adopciones, y serás el primero en enterarte cuando esté lista.
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Compra juguetes sostenibles para tu perro o gato
Cuando tienes un animal, es parecido a tener un hijo: tenemos ganas de comprar muchas cosas, especialmente los juguetes más coloridos. Pero a menudo, éstos son de plástico, dejan una huella ecológica y no son buenos para el planeta.
Para tener un animal “eco”, por qué no optar por juguetes ecológicos para el perro o el gato, como simples cajas de cartón (no es ningún secreto, ¡los gatos las adoran!), o bien juguetes de materias naturales, por ejemplo de madera. También podemos optar por tazones de metal en lugar de plástico, ya que estos últimos se estropean más rápidamente y hay que cambiarlos.
Finalmente, otra solución puede ser reciclar. Un peluche que los niños ya no utilizan o que ya le ha servido a otro animal… La segunda mano es siempre una buena idea para el medio ambiente, ¡y una casa está llena de muchos más juguetes de los que pensamos!
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Compostaje con el pelo de perro y gato
Los perros y los gatos pierden una cantidad de pelo bastante importante a lo largo del año. Pero ese pelo puede tener otra vida que no sea terminar en el cubo de la basura. Por ejemplo, podemos dejar el pelo de nuestro amigo con patas en el jardín, principalmente durante la primavera, para que los pájaros lo utilicen para fabicar sus nidos.
También existen empresa que reciclan el pelo de canes y felinos para hacer lana. ¡Investiga sobre ello!
El pelo de perro y de gato puede puede también, simplemente, meterse en el compostaje con el resto de los desechos orgánicos.
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Recoger los excrementos (con bolsas biodegradables)
Si tenemos un animal y lo paseamos en la ciudad, lo hacemos obligatoriamente con un stock de bolsas para recoger sus excrementos, a menos que queramos correr el riesgo de recibir una multa además de ensuciar el espacio público… A fuerza de recoger los excrementos de los perros todos los días, acumulamos una cierta cantidad de plástico que también impacta en el medio ambiente.
Por eso resulta interesante pensar en la composición de las bolsas que utilizamos para limpiar después de que nuestro perro haga sus necesidades. Podemos elegirlas de plástico reciclable o vegetal, por ejemplo.
Si tenemos un perro y la suerte de tener un jardín en el que haga sus necesisades, no es necesario recogerlas con una bolsa de plástico: una pala nos servirá perfectamente para hacerlo, y permitirá añadir los excrementos al compost o, simplemente, desplazarlos al pie de los árboles. ¡Así tu perro será ecologista, la tierra se enriquece y tu jardín estará más bonito!
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Esterilizar a tu perro o gato
De la misma forma que adoptar un animal en lugar de comprar es un buen gesto para el medio ambiente, esterilizar a nuestra mascota, también lo es. Esterilizar a nuestro compañero evita la proliferación, pero también el riesgo que supone el parto.
Además, la esterilización del gato o el perro tiene numerosas ventajas para el comportamiento del animal y su salud.
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Prepararle comida casera
Cada vez más propietarios cocinan para sus animales. Es la ocasión de minimizar el impacto en el medio ambiente de la alimentación del animal: cocinar productos comprados a granel. Legumbres de temporada, cereales a granel, carne de la carnicería (¡no es necesario comprar las piezas más caras!). Hay muchas opciones para deleitar a nuestro gato o perro, velando, además, por el futuro del planeta.
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Reducir los costes energéticos
En un primer momento, podemos decir que los costes energéticos de los animales de compañía son mínimos. Pero cuando lo pensamos bien, hay muchas pequeñas cosas que se acumulan y tienen un peso final. Por lo tanto, se puede evitar el impacto de un animal de compañía si elegimos, por ejemplo, un veterinario cuya consulta esté cerca de casa, lugares para el paseo accesibles a pie más que en coche, y privilegiar el transporte común para los desplazamientos con nuestra mascota.
También para los viajes, es mejor hacerlo en tren en lugar que en coche o avión. Debemos tener en cuenta las modalidades y costes de estas elecciones, pero muchos perros y gatos toman el tren cada día sin problema, por lo que, a priori, está al alcance de muchos propietarios de animales.
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Comprar la comida a granel (o al por mayor):
Cada vez más tiendas de alimentación ofrecen productos secos a granel: cereales, harinas, semillas oleaginosas, legumbres… La tendencia se extiende también a las tiendas de animales, que empiezan a vender pienso a granel, es decir, sin embalaje. Simplemente hay que acudir al establecimiento con una bolsa de tela o un recipiente que debemos pesar antes de llenarlo de la cantidad de producto que queremos comprar. ¡Es simple, lúdico y respetuoso con el medio ambiente!
Si no tenemos la suerte de poder comprar pienso a granel cerca de casa, podemos optar por comprar pienso al por mayor. Los paquetes grandes no sólo son más económicos, sino que permiten limitar el embalaje desechable, así como el transporte de más productos de menor tamaño.
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Compra algunos accesorios usados
Cuando acogemos un animal en nuestra vida, rápidamente nos damos cuenta de que necesitamos cierto número de accesorios en el día a día. El transportin, la canasta, cuencos, el árbol para gatos, juguetes… Son, de hecho, cosas que hay que fabricar y comprar. Para limitar el impacto de estos objetos, podemos comprarlos de segunda mano en webs especializadas o superficies de venta de segunda mano, por ejemplo.
En la mayoría de los casos, si limpiamos bien el objeto antes de que lo utilice nuestra mascota, no debería ni darse cuenta de que ha tenido antes otros propietario. Si el anterior animal que le ha dado uso ha dejado su olor en el accesorio en cuestión, nuestro amigo de cuatro patas lo olfateará, quizás, con curiosidad antes de darlo por bueno. Pero, de forma general, una mano de limpieza debería ser suficiente para que nuestra mascota acepte gratamente nuevo juguete o canasta.
¿Y si quiero hacer todavía más por el planeta?
Poner en práctica todas estas medidas ya hará que el impacto medioambiental de tu mascota se reduzca considerablemente. ¿Pero cómo podemos hacer aún más?
Algunas personas participan dentro de sus capacidades en la lucha para controlar la contaminación animal, haciéndose cargo de la esterilización de perros y gatos, pagando el veterinario, por ejemplo. Más allá de esterilizar a su propio animal, es una iniciativa que permite evitar que nazcan numerosos cachorros de perro o de gatito, a menudo en condiciones complicadas para la mamá. Esta intervención tiene un coste medio de unos 300 euros para las perras hembras y 125 para las gatas.
Si no podemos gastar esta suma nosotros mismos, otra opión es hacer una donación, aunque sea pequeña, para asociaciones como Perrotón, en España, que cuentan con la esterilización entre sus acciones.
Finalmente, no debemos olvidar que los animales que más contaminan son los humanos. Al margen de nuestras mascotas, somos los primeros implicados con nuestros consumo diario, y los que tenemos un verdadero impacto en el planeta. Podemos, por tanto, hacer pequeñas acciones en el día a día para intentar limitar nuestra huella de de carbono y contribuir a asegurar el futuro de la Tierra.
Texto original de: Elise Petter et Nathalie d'Abbadie