Las huellas de los perros, también llamadas almohadillas, permiten que el perro pueda pisar con normalidad, además de evitar lesiones en tejidos y huesos. Son algo así como la suela de los zapatos que usamos a diario.
A diferencia de los humanos, los perros no apoyan la planta completa al pisar, sino solo sus dedos. Por tanto, su superficie de apoyo es menor.
¿De qué están hechas las almohadillas de los perros?
Las almohadillas de los perros están compuestas de cinco partes: garras (o uñas), almohadillas digitales (o dedos) en la parte más blanda, almohadillas del metacarpo (palma), espolón (o dedo interno) y almohadilla carpiana, que es la parte de la pata delantera que funciona como freno.
La piel de esta parte del cuerpo se caracteriza por ser gruesa, oscura y con una ancha capa superficial de queratina, una proteína que ayuda en la formación de uñas y pelo. De esa forma, las patas del perro pueden resistir el roce directo con el suelo sin necesidad de usar zapatos.
Debajo de la piel de las almohadillas hay una capa de grasa que permite amortiguar los movimientos y evitar daños en los huesos de los dedos y otras articulaciones.
¿Cuántos dedos tienen los perros?
Los perros tienen 5 dedos en sus patas delanteras y 4 en sus patas traseras. En total son 18 dedos los que les permiten estabilizar y soportar todo su peso corporal.
¿Por qué algunos perros tienen más de 5 dedos?
El lundehund noruego, por ejemplo, es una raza de perro que por razones genéticas cuenta con seis dedos en sus patas.
La razón de por qué algunos perros tienen más de 5 dedos se debe a rasgos genéticos y no se relaciona con ningún problema o malformación.
La presencia de más dedos es más común en perros grandes, aunque también puede darse en perros de otros tamaños.
¿Qué función tienen las almohadillas de los perros?
Las almohadillas le sirven al perro para amortiguar golpes o caídas. Es decir, protegen sus huesos y articulaciones. Además, funcionan como una especie de freno y punto de equilibrio si es que le toca caminar por lugares resbaladizos o empinados.
Las almohadillas también son perfectos aislantes térmicos, debido a la presencia de un tejido que aísla las capas de la piel. Los perros pueden soportar superficies calientes o frías, aunque hasta cierto punto, pues una exposición prolongada podría ocasionarles daños en sus patas.
Las almohadillas también contienen glándulas sudoríparas que le permiten al perro transpirar a través de ellas. Con este mecanismo, el animal regula su propio calor corporal y evita que sus patas se resquebrajen.
Al ser las almohadillas una parte de la piel más gruesa y áspera, los perros pueden caminar fácilmente por superficies rugosas o irregulares.
La suavidad o callosidad de sus almohadillas está relacionada con el tipo de suelo al que el perro esté expuesto regularmente.
Las almohadillas son áreas sensibles del perro compuestas por terminaciones nerviosas y que entregan información sobre el terreno que pisa el perro.
Por eso se dice que son el equivalente a nuestras huellas digitales.
Otra función de las almohadillas tiene que ver con sus espolones o dedos internos, utilizados para mejorar la tracción, la excavación o el agarre de juguetes o alimentos. Los espolones, en ciertas ocasiones, son extirpados en cirugías.
Los científicos creen que vendrían siendo vestigios de pulgares.
¿Cómo cuidar las almohadillas de los perros?
Es importante saber que esta parte del cuerpo contiene muchas terminaciones nerviosas, por lo que cualquier lesión en ellas puede generar mucho dolor en tu perro.
Por eso, un óptimo cuidado y una revisión veterinaria son siempre la recomendación.
El ejercicio constante y los paseos en diferentes tipos de superficies le ayudarán a fortalecer sus almohadillas.
Se recomienda que el perro pise asfalto, césped o tierra. Aunque no debes abusar de suelos abrasivos como la arena de playa o el cemento. Ellos podrían desgastar y erosionar su planta.
Evita pasear a tu perro cuando las temperaturas son extremas, ya sea calor o frío, pues podría ocasionarle quemaduras.
No transites con tu perro por lugares con restos de vidrios u objetos cortantes. En caso de que tu mascota sufra un corte, desinfecta la herida con agua y jabón neutro, luego pon con presión algún tejido limpio o una gasa y llévala directamente al veterinario para que evalúe la gravedad de la lesión.
En verano, la presencia de espigas puede ocasionar problemas en sus dedos y generar infecciones. Por eso, se recomienda que revises constantemente las almohadillas de tu perro cada vez que vayas de paseo y te asegures de que no tenga enredado o adherido ningún cuerpo extraño a sus patas.
Para aquellos perros con mucho pelo entre los dedos, se recomienda cortar regularmente ese cabello interdigital y así evitar nudos entre las almohadillas, ya que más tarde podrían impedirle caminar con normalidad.
No se recomienda tampoco que el perro pase más de 15 minutos sumergido en el agua. Esto podría ablandar sus almohadillas. Al salir, podría hacer que se despegue la parte superficial al caminar y rozar contra la superficie del suelo.
¿Qué puedes ponerle a tu perro en sus almohadillas?
En caso de que la almohadilla de tu perro esté muy agrietada, seca o presente callosidades, son recomendables las pomadas o cremas con aloe vera, centella asiática o vaselina.
La hidratación es fundamental para las almohadillas, pero no se debe abusar. Si tu perro no tiene problemas de resequedad, entonces no hagas nada.
En caso de aplicar una crema hidratante, hazlo al finalizar la jornada o después de un paseo, para que durante la noche penetre bien la mezcla.
Las pomadas pueden ser especialmente beneficiosas si el perro es de edad avanzada, pues conforme pasan los años sus patas pierden elasticidad.
Anatomía del perro
