“Mira, está enfadado, está moviendo la cola”. ¿Quién no ha escuchado este comentario en presencia de un gato? ¿O quién no ha tenido a su minino frotándose entre las piernas, la cola recta y ligeramente curvada? ¿Qué significan esos movimientos bruscos de la cola del gato?
El gato no es un animal fácil de entender. Está acostumbrado a vivir solo en la naturaleza y tiene un comportamiento solitario (si lo comparamos con otras especies más sociales como el perro o el hombre). Pero, tras 4000 años viviendo cerca de nosotros, el gato doméstico ha desarrollado comportamientos de comunicación, como ronronear o maullar, que no se suelen dar en el gato salvaje, pero sí en los que están cerca del hombre.
No obstante, la comunicación del gato no se reduce sólo a los sonidos que emite, que también tienen un significado, sino que hay que tener en cuenta el resto de posturas, gestos… y el movimiento de la cola, que utilizan frecuentemente para comunicar.
Vamos a intentar descifrar algunas de estas posturas, siempre teniendo en cuenta que son ejemplos y que cada gato es diferente.
Mi gato mueve la cola: ¿signo de placer, emoción, enfado?
La cola se mueve de manera brusca, con amplios movimientos, durante las fases de actividad. Es un movimiento característico y la mayoría de los propietarios lo comprenden. De hecho se trata de uno de los gestos más fáciles de identificar: el gato avisa de su humor y del peligro de acercarse en ese momento.
Pero hay que prestar atención porque este movimiento se puede dar en diferentes contextos:
- El gato está incómodo y empieza a perder la paciencia. Basta con coger al gato y ver como evoluciona la situación; si continúa con el movimiento, puede empezar a “luchar”, usando incluso las uñas.
- El gato está en su momento álgido de actividad: “el cuarto de hora loco”, una fase que suele tener lugar al amanecer o al anochecer. Lo verás alternando carreras intensas y cortas, con movimientos de cola que pueden expresar su emoción.
- Estimulación del gato por un olor: podemos ver a menudo este tipo de reacción frente a la hierba de gato, u otros olores que le atraen. Apreciamos entonces la excitación, pero por motivos positivos.
Estos tres ejemplos ilustran situaciones diferentes, muy características, que muestran que el gato no utiliza este movimiento por una única razón. Podemos resumir que se trata de un aumento intenso de las emociones del animal, de un pico de actividad, pero las circunstancias y las emociones pueden ser distintas: desde el enfado y la frustración a la alegría excesiva en su “hora loca”. Siempre hay que tener en cuenta el contexto.
La cola erguida, la punta curvada hacia adelante: ¿un signo de saludo?
Esta postura es también conocida por los dueños de un gato, pero por razones opuestas: no tiene nada que ver con un humor negativo o peligroso, es un signo de interacción positiva, como cuando se frotan, maúllan, murden al jugar, etcétera.
Hablamos de comportamiento seductor porque, a diferencia del gato salvaje, que caza para poder comer, el gato doméstico utiliza este tipo de movimientos para que lo alimentemos. Se trata de un comportamiento que provoca el bien recíproco: el gato obtiene su comida y es en ese momento cuando está más receptivo para que lo acariciemos también.
Aunque no sólo sucede cuando el gato tiene hambre, también cuando nos hace “fiestas” al llegar a casa. Es su forma de manifestar alegría según el contexto (no hará eso, por ejemplo, cuando está solo). Esta posición de la cola no es, por tanto, un signo de saludo, sino más bien una muestra de alegría.
La comunicación: contexto y temperamento
Es importante tener en cuenta el contexto y también la personalidad del gato, cuando de comunicación se trata. Como acabamos de ver, un mismo movimiento puede tener dos significados bien distintos. Diferenciar uno de otro es cuestión de observar y conocer a nuestro gato.
Comportamiento del gato
