A los chuchos, a los mil leches
Los mal llamados chuchos, perros mestizos, cruces o mil leches sencillamente son perros únicos. Perros que carecen de raza, sí, y justamente eso es lo que les hace ser especiales. Y digo mal llamados porque todavía hay un porcentaje de la población que utiliza esas denominaciones para despreciar a estos perros.
Por eso hoy, en el Día del perro sin raza, desde Wamiz hacemos esta carta a todos esos chuchos que nos han robado el corazón.
Día del perro sin raza
Si pones en Google “perro sin raza” verás que una de las primeras búsquedas relacionadas es “día del perro adoptado”, o “adopción perro”.
Los chuchos son perros que sobraron de camadas, que en su mayoría sufrieron abandono o maltratado animal. Los perros sin raza son mezcla de pura vida y de mil cosas más. Ellos no hablan como nosotros para contarnos lo que les sucedió.
Durante un tiempo hasta te parece comprensible que la gente te realice esa pregunta, incluso le das la explicación: “Según el veterinario, es un cruce de podenco con husky. Pero claro, como es abandonado, no se sabe muy bien”.
Hasta que un día respondes de lo más natural, sin más: “Mi perro no tiene raza”. Fin.
Perro sin raza
En ese instante comprendes que no importa que a tu perro lo recogieran en una carretera de montaña, que no se sepa de qué madre y de qué padre es, o que la gente te haga la dichosa pregunta.
Tu chucho ha superado cosas que un perro de raza, normalmente comprado, no ha tenido que vivir. Quizá un día simplemente se deshicieron de él justo por carecer de pedigrí, o sencillamente porque era feo, no era un perro bonito. O tuvo brevemente familia, pero esta no llegó ni a quererlo porque se encaprichó del perro de moda de turno. O solo fue usado para caza, o solo fue usado para criar.
“Mi perro no tiene raza”
Los perros sin raza son perros luchadores, perros fuertes, ¡si hasta viven más años y son más sanos!
Perros hechos a sí mismos que cuando reciben esa segunda oportunidad por parte de su verdadera familia te lo agradecerán de la mejor manera que saben: dándote fiel y ciegamente todo su amor y confianza. Recibirás ese derroche de puro amor de una manera que jamás imaginarás, que no conocerás en forma humana.
Sí, y probablemente un perro sin raza, un perro adoptado, necesite un poco más de paciencia, de tiempo y de cariño para su proceso de adaptación, pero ten clara una cosa: con un perro sin raza salvas dos vidas, la suya de sabe Dios qué mala experiencia; y la tuya.
Feliz Día del perro sin raza a todos los chuchos y a todos sus humanos ❤