Durante un paseo por la ciudad, Annie se fijó en un perro callejero que vagaba por la calle. El animal estaba inmóvil frente a una carnicería, y la mujer entró y le compró un hueso.
Al principio, el perro, un cruce de pastor alemán, se mostró receloso y se mantuvo alejado de Annie, pero pronto el hambre pudo más y se acercó a devorar su regalo.
Alguien estaba atrapado
Al día siguiente, la mujer volvió a ver al can en el mismo lugar y decidió comprarle más comida. Sin embargo, el 'callejero' en vez de ir a por su premio, lo tiró entre las rejas de la alcantarilla que llevaba días vigilando.
Probablemente, se habían caído a la alcantarilla a causa de la lluvia y el perro, como si supiera que los felinos no podrían salir adelante sin ayuda, compartió su comida con ellos e hizo todo lo posible para protegerlos.
Una nueva vida
Tras el descubrimiento del perro, Annie decidió llevarse a los gatitos hasta que encontraran un hogar definitivo.
Pero ahí no acabó la cosa. Con los felinos entre sus brazos, la mujer se dio la vuelta y le dijo al perro: ''¡Vamos, es hora de ir a casa!''
El destino también le regaló una segunda oportunidad a este valiente 'callejero'.