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Benedicto XVI rodeado de perros y gatos

El papá emérito, Benedicto XVI fue un gran amante de los animales 

© Redes sociales

Benedicto XVI, el Papa que se convirtió en el ángel de la guarda de cientos de gatos callejeros

La redacción

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El Vaticano ha anunciado esta mañana, poco después de las 10.30, la muerte de Joseph Ratzinger. Tenía 95 años.

Millones de personas lloran la muerte del Papa Benedicto XVI. De todo su legado destaca su papel como ángel de la guarda de decenas de gatos callejeros y su amor incondicional por los perros. 

El Vaticano ha anunciado esta mañana poco después de las 10.30 la muerte de Joseph Ratzinger. Tenía 95 años y 78 cuando fue elegido Pontífice. 

El pasado 28 de diciembre un portavoz del Vaticano hacía saltar todas las alarmas: el estado de salud del alemán Joseph Ratzinger, de 95 años, había empeorado y se había agravado ''debido a su avanzada edad''. Hoy 31 de diciembre de 2022 el Vaticano comunicaba la noticia de su fallecimiento.

''Pido una oración especial para el papa Benedicto XVI que en el silencio está sosteniendo la Iglesia. Está muy enfermo y pidiendo al Señor que lo consuele y lo apoye en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final''. Estas fueron las palabras del Papa Francisco poco antes de la muerte del Papa Emérito Benedicto XVI. 

Ratzinger, nacido en Marktl am Inn en Baviera, Alemania, en 1927, dirigió la Iglesia Católica de 2005 a 2013 convirtiéndose en el primer Papa alemán en casi 500 años. En febrero de 2013 renunció al pontificado convirtiéndose en el primer Papa de la historia reciente de la Iglesia en hacerlo. Desde entonces vivía en el convento Mater Ecclesiae en el interior de la Ciudad del Vaticano, y sus apariciones públicas han sido muy contadas. 

Una relación muy estrecha con los animales

Benedicto XVI profesaba un gran amor por los animales, concretamente por los perros y los gatos, y siempre que tenía la oportunidad les abría su corazón.

Circulan varias fotografías que demuestran su pasión por los perros. Por ejemplo, en una visita a Suiza, Benedicto XVI no perdió la oportunidad de acariciar amistosamente la cabeza de un San Bernardo; tal y como muestran las imágenes publicadas en la web benedictusxvi.org.

Los gatos también ocupaban un lugar especial en su corazón. Legendaria es la amistad entre el entonces obispo -y más tarde cardenal- y Chico, el gato de su vecino cuando Ratzinger vivía en Pentling.

Fuentes cercanas a Benedicto XVI aseguraron en varias ocasiones que al gato le encantaba escuchar a Ratzinger tocando el piano. La relación entre el Papa Emérito y Chico era tan estrecha que años después, cuando éste llevaba el 'bastón de mando' de la Iglesia Católica, seguía preguntando por Chico. 

En 2007 se publicó un libroJoseph y Chico: Un gato cuenta la vida de Benedicto, de Jeanne Perego que cuenta la vida de Ratzinger hasta su elección como Papa. En la obra el gato se presenta como uno de los animales que acompañó a Ratzinger durante su infancia y comenta que Benedicto XVI es su amigo y ''guía de todos los católicos''.

El libro fue escrito por la periodista, Jeanne Perego ©Edizioni Messaggero de Padova

En noviembre de 2007, la autora pudo entregar su libro a Benedicto XVI, quien comentó que ''de joven me hubiera gustado escribir una historia de gatos, pero ahora son los gatos los que escriben mi historia''.

Cuidaba de los gatos callejeros

Una vez en Roma, el cardenal se convirtió en un auténtico ángel de la guarda para los gatos callejeros. Una 'misión' que siguió llevando a cabo una vez convertido en Papa. 

Ratzinger no perdía la oportunidad de ocuparse personalmente de ellos. Los alimentaba, los cuidaba e incluso les ponía nombre, señalaron fuentes cercanas a Benedicto XVI en varias ocasiones. 

Un ''gatófilo empedernido'' en el Vaticano

Tras ser elegido como Papa en 2005, se filtró un detalle que corroboraba, una vez más, su pasión por los animales. Benedicto XVI tenía dos gatos como mascotas en El Vaticano. Uno de ello fue antes un gato callejero que encontró en las calles de Roma.

En el año 2005, en una entrevista concedida a ABC, un periodista preguntó al Cardenal Tarcisio Bertone, que poco después se convirtió en el Secretario de Estado del Vaticano, si el Papa Benedicto XVI era un ''gatófilo empedernido''Y la respuesta no pudo ser más clara: 

''Desde luego que sí. En su paseo desde el Borgo Pío hasta el Vaticano, se detenía a dialogar con los gatos; no me pregunte en qué lengua les hablaba, pero los gatos quedaban encantados'', relató el Cardenal italiano.

 

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