Hace algunos años, mientras paseaba por un bosque en Inglaterra, el fotógrafo Sid Saunders casi tropezó al querer esquivar un charco.
Al observar más de cerca el bulto, descubrió que no era una simple piedra, sino una pequeña lápida.
¿Una lápida en medio del bosque?
Profundamente conmovido, Sid regresó al mismo lugar al día siguiente para limpiar la tumba y poder leer lo que escondía bajo el musgo.
La placa conmemorativa rezaba: "En memoria del pequeño Douchi" e incluía un pequeño grabado del animal junto con la fecha de nacimiento y fallecimiento: de agosto de 1869 a diciembre de 1882.
Sorprendido, Sid calculó que el conejo había vivido 13 años, una esperanza de vida considerable para un conejo doméstico.
Aunque no se tiene más información sobre los propietarios, queda claro que sentían mucha estima por su animal de compañía.