Este 24 de marzo se cumplen diez años del trágico accidente del vuelo 4U9525 de Germanwings, que se estrelló en los Alpes franceses causando la muerte de 150 personas.
Entre las conmovedoras historias que emergieron de esta catástrofe, hay una que habla de vida y de azar: la de una perrita rescatada que, por un imprevisto con su cartilla veterinaria, no llegó a embarcarse en ese fatídico avión.
La protagonista de esta historia es una perrita acogida por la protectora sevillana La Sonrisa Animal (LASA).
Había sido adoptada por un ciudadano alemán, y uno de los pasajeros del vuelo 4U9525 se había ofrecido como "padrino de vuelo", una figura habitual en las redes de adopción internacional, que consiste en acompañar a animales desde España hasta su nuevo hogar en otros países.
Todo listo para volar… pero algo falló
Todo estaba preparado: la perrita debía viajar en ese vuelo a Alemania. Sin embargo, al revisar la documentación, el equipo de LASA se dio cuenta de que no se había cumplido correctamente el calendario de vacunación exigido para viajar al extranjero.
En concreto, no había recibido a tiempo la segunda dosis de una de las vacunas obligatorias, lo que hacía inviable legalmente su embarque.
“Cuando supimos del accidente espantoso del avión en el que viajaba el padrino de vuelo, quedamos enormemente impactados por la magnitud de la tragedia”, declaró la protectora en un comunicado.
— Declaraciones de LASA recogidas por La Vanguardia “Y pensamos también en que nuestra perrita podía haber fallecido, de no haber cometido el ‘error’ de no haberla revacunado exactamente cuando le correspondía”.
El milagro de no volar
Diez años después, el dolor por las vidas humanas perdidas en el vuelo 9525 sigue muy presente. Pero en medio de tanto sufrimiento, también hay historias que nos recuerdan lo frágil y sorprendente que puede ser el destino.