Desde que sus cuidadores, Zita Butler y Marc Wisselo, le compraron un peluche de IKEA, Barley no se ha separado de él ni un segundo: son inseparables.
Barley es un particular golden retriever que reside en Ámsterdam y que se ha encariñado muchísimo con un pequeño peluche que se le parece mucho.
Un mini-yo
El pequeño Fluffy lo acompaña a todos lados: cuando duerme, cuando juega e incluso cuando ve la televisión en el sofá.
Fluffy y Barley: dos inseparables
El papel fundamental de Fluffy en la vida de Barley se hizo evidente cuando el perro fue castrado y tuvo que llevar un collar isabelino, algo que causó una gran incomodidad al animal.
Para animarlo, sus dueños le pusieron una pantalla al peluche, para que se pareciera lo máximo posible al perro.
Al ver a su amigo en su misma situación, Barley encontró algo de consuelo, pero eso no fue todo: empezó a cuidar de su pequeño amigo "enfermo" durante una semana entera.
¡Sabía perfectamente por lo que estaba pasando su inanimado amigo!
Hace un tiempo, los cuidadores de Barley decidieron hacer acopio de unos cuantos peluches de IKEA para sustituir a Fluffy en caso de desgaste, una decisión que resultó ser muy sabia, ya que el can ni siquiera se va de vacaciones sin su "mini-yo".
Casos asombrosos
