Un nuevo estudio ha revelado que, contra los estereotipos que muchos tienen, los staffordshire bull terriers no son perros agresivos, al menos en comparación con otras razas.
La investigación se ha enmarcado dentro del programa VetCompass del Royal Veterinary College (RVC), el cual analizó a un total de 1 304 staffordshire bull terriers en comparación con 21 029 ejemplares de otras razas, compilando una lista de los 36 trastornos más comunes, incluidas enfermedades dentales, infecciones del oído y obesidad.
Una etiqueta estereotipada
El staffordshire bull terrier es una raza catalogada como peligrosa, a cuya reputación se asocia una tendencia innata a la agresión, aunque lo cierto es que esto no está fundamentado, pues hay evidencias limitadas que así lo apoyan.
Camilla Pegram, epidemióloga responsable del estudio, concluyó lo siguiente:
En este sentido, la investigadora anima a dejar de encasillar a los pitbulls: "Puede que sea hora de dejar atrás estos estereotipos, aunque más investigaciones podrían ayudar a determinar si este sigue siendo el caso de formas específicas de agresión, como la dirigida a los perros, a los dueños o a los extraños".
Más datos relevantes sobre esta raza
Aparte de desmentir el mito de perro peligroso, el objetivo del estudio, realizado en 2020, era comprobar las diferencias de salud entre los staffordshire y el resto de los perros, extrayendo diversas conclusiones.
Una de ellas atañe a las enfermedades más comunes que suelen afectar a esta raza.
Sin embargo, el estudio apunta a un menor riesgo de impactación de los sacos anales (x 0,5), enfermedades dentales (x 0,4), soplos cardíacos (x 0,3), retenciones dentales (x 0,2) y luxaciones de rótula (x 0,2).