Problemas neurológicos en perros, ¿qué hacer?
Cuando nos encontramos ante un perro con problemas neurológicos, normalmente se corresponde a que está sufriendo algún trastorno en su sistema nervioso. Sin embargo, puede haber otras patologías sistémicas que confunda la sintomatología.
Sin embargo, aunque un problema neurológico puede aparecer a cualquier edad, debemos diferenciar si nos encontramos ante un proceso de envejecimiento normal de un perro geriátrico, puesto que la forma de abordar la enfermedad será muy diferente.
Por estas razones, es muy importante acudir al veterinario para que con su exploración y, apoyado en pruebas complementarias, establezca un diagnóstico confirmatorio y un tratamiento oportuno.
Cómo reconocer los problemas neurológicos en perros: síntomas más frecuentes
1. Debilidad de las extremidades
Se trata de una de las formas más frecuentes de manifestar problemas neurológicos en perros. Normalmente, aparece debilidad del tercio posterior, aunque puntualmente puede ser también de las extremidades anteriores.
En estos casos, el perro es incapaz de mantenerse erguido y en equilibrio, se balancea de un lado a otro, pierde el equilibrio e incluso cae al suelo, siendo incapaz de levantarse. En ocasiones, a esta debilidad le sigue la parálisis de las patas, por lo tanto, se arrastrará y será incapaz de caminar. La ausencia de movimiento de las extremidades llevará a una atrofia muscular y a una degeneración nerviosa tanto sensitiva como motora.
La debilidad de las extremidades puede aparecer en procesos neurológicos como mielopatías (frecuente en el pastor alemán), hernias discales, tumores u otras enfermedades que afecten al sistema nervioso. También puede aparecer en procesos avanzados de enfermedad articular degenerativa, es decir, artrosis.
2. Ataxia y déficit propioceptivo
Con ataxia nos referimos a la incapacidad de coordinar los movimientos. Veremos a un animal que avanza de manera torpe, realizando movimientos anormales, extiende en exceso las patas, se tropieza, camina en zigzag...
También, un déficit propioceptivo donde no es consciente de la posición de su cuerpo. Una forma muy sencilla de valorar este último aspecto es si vemos a un perro apoyando su pata sobre la parte dorsal de sus dedos, en lugar de con la almohadilla, sin corregir la posición, ya que no es consciente de que mantiene una postura anormal.
3. Caminar en círculos
Esta manifestación resulta patológica cuando observamos que el perro sólo es capaz de avanzar hacia un lado y realiza círculos constantemente, sin evitar obstáculos. Además, le acompañarán otros síntomas como por ejemplo, comer solo un lado de la ración de comida, que coincidirá con el lado hacia el que gira. Esto nos suele indicar que uno de los hemisferios cerebrales está dañado (tumor, inflamación a partir de un fuerte golpe, etc.).
4. Convulsiones
Podemos observar episodios de convulsiones. Distintas patologías, tanto neurológicas como orgánicas, pueden dar lugar a episodios convulsivos donde el perro sufre fuertes contracciones musculares involuntarias, rigidez, aceleración del latido cardiaco, pérdida de la consciencia, etcétera.
En ocasiones no son tan obvias como podemos esperar y se manifiestan de forma sutil con un movimiento involuntario de los ojos, temblor ligero, desorientación, nerviosismo sin razón aparente...
Una convulsión mantenida durante más de dos minutos, puede causar problemas irreversibles en el cerebro. Es muy importante acudir al veterinario para que diagnostique el origen y establezca el tratamiento oportuno.
Algunas causas de convulsión pueden ser: epilepsia, tumor cerebral, falta de oxígeno (hipoxia), secundario a un síndrome braquiocefálico, hidrocefalia, intoxicaciones o enfermedades infecciosas.
5. Ladeo de la cabeza
Existe un sistema encargado del equilibrio, llamado sistema vestibular. Se localiza en el oído interno y está compuesto por diminutas estructuras muy sensibles a los cambios de presión. Dentro de este sistema, existen partes relacionadas con el cerebro y otras con el oído, por lo tanto, un daño a este nivel provocará ladeo de la cabeza, pérdida del equilibrio, pérdida de la audición, movimiento y posición anormal de los ojos, diámetro anormal de las pupilas, alteración del movimiento de las extremidades, incoordinación...
Algunas de las causas de daño vestibular son:
- Infecciones de oído (otitis interna).
- Tumores, malformaciones congénitas.
- Enfermedades infecciosas (por ejemplo, moquillo canino)
- Intoxicaciones (antibióticos ototóxicos).
- Traumatismos.
6. Alteración del estado mental
Una afección neurológica puede provocar un comportamiento anormal. Las manifestaciones son muy dispares, pero normalmente provocan que los perros estén deprimidos, comatosos, que no respondan a estímulos externos y/o que se queden quietos con la cabeza contra la pared o contra un obstáculo.
En otras ocasiones pasa lo contrario, en la que los perros se vuelven hipersensibles a estímulos. De hecho, responden de forma exagerada al tacto, luz, ruido o sin razón aparente.
Por otro lado, los perros también pueden estar agresivos, desorientados o abstraídos de la realidad.