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perro jugando con un niño
© Shutterstock

¿Puede jugar mi hijo pequeño con el perro?

Por Rocío R. Gavira Periodista

Actualizado el

El binomio perro-niño parece que va casi de la mano, es una imagen ideal. Pero es recomendable tener en cuenta una serie de observaciones para que la relación entre ambos sea lo más óptima posible. En este artículo te explicamos cómo conseguir que niños y perros jueguen juntos.

Perros y niños pequeños

Por las redes sociales circulan muchos vídeos protagonizados por perros y niños de corta edad, vídeos que ¡nos hacen morir de amor! ??? En uno juegan a perseguirse, en otro el niño se emociona porque el perro le trae la pelota... Y de repente un día estás en el salón de tu casa viendo cómo tu hijo comparte con el perro el jamón cocido que se estaba comiendo ???. Ahora bien, hay que tener cuidado. En Wamiz te traemos las recomendaciones de un adiestrador en las que nos habla en profundidad de cómo conseguir que niños y perros jueguen juntos

 

Super cute video . German shepherd playing with a baby !

Posted by German Shepherds Pakistan on Thursday, January 24, 2019

¿Puede jugar mi hijo pequeño con el perro?

Recuerdo una escena de Navidad en casa de mis padres. Había un nuevo miembro de la familia, la pequeña Andrea, la hija de mi primo. Mi madre, pese a que quiere muchísimo a Chufa (para los nuevos seguidores, mi perreta), le temía a los perros porque siendo niña le mordió uno. El miedo es comprensible, pero tuvo una reacción que no ayudó en aquel momento. 

Chufa estaba jugando con Tango, el perro de Andrea. Es decir, la niña, pese a sus dos añitos de edad, estaba ya acostumbrada a los perros. Cuando ella llegó a la vida, Tango ya estaba. Los perros a veces son una mijilla brutos jugando y puede parecer que se están peleando, pero mientras el rabito esté contento mantengamos la calma (más abajo verás con los dibujos de Lily Chin ejemplos diversos de señales de calma en un perro: ladear la cabeza, lamerse el hocico, moverse despacio...).

La niña pasó justo por la vera de los perros en ese instante y acarició a Tango; mi madre se asustó y se metió en medio. El brinco que pegamos los demás fue monumental. Tranquilos, no pasó nada. Ambos perros están bien educados y siguieron a los suyo,  jugando, y la niña ni se enteró. Pero le advertimos a mi madre, no porque entendamos de perros, sino porque tenemos perro, que esa reacción podría haber sido contraproducente: no estaba pasando nada y había varios adultos pendientes.

Niños y perros siempre deben estar bajo supervisión

Los bebés y las mascotas

Entonces, ¿puede jugar mi hijo pequeño con el perro? “Por supuesto que sí”, afirma tajante Sergio Tallón, el educador perruno de Senda Canina. Aunque hay que tener presente una serie de factores para que tu hijo y tu perro mantengan una relación sana. Los detallamos a continuación:

Bajo supervisión

  • Primera norma ➡ siempre con supervisión. SIEMPRE. Es a donde quería llegar con la anécdota anterior. “El niño puede hacer alguna trastada, como meterle el dedo en el ojo al perro; o el perro se puede excitar de más jugando y habrá que calmarlo, que luego pasan los accidentes”, advierte Sergio. 

Por ejemplo, le tiras la pelota al labrador y cuando el perro te la trae, “viene como loco, tira al niño y el crío llora. ¿Conclusión? El perro ha mordido al niño. No, no, no”, recalca el de Senda Canina. 

Una niña de pocos meses interactúa con su perro. ​​​©Shutterstock

Proteger al perro del niño

  • De lo anterior sale la segunda norma. “Hay que proteger al perro del niño. Sí, al perro. El niño no debe molestar, agobiar o asustar al perro. Así el perro no tendrá ningún miedo, ni asociación negativa por interactuar con el niño”. Ojo, ni siquiera eso de montar sobre el perro como si fuera un caballo, por muy tentador que sea cuando tienes un perro grande.

Normas para el perro

  • Educación bidireccional. “El perro también tiene que aprender a jugar con el crío. Algunos saben casi por instinto que tienes que ir más relajados, pero otros no. El perro tiene que saber qué puede morder, qué no puede morder... Cuando enseño esto a mí me gusta que el perro no le toque de primeras la manos al niño, es una forma de que el perro también entienda que al niño hay que respetarlo”
Nada de montar sobre el perro como si fuera un caballo

El perro es un ser vivo

  • El perro es familia. El perro no es un juguete para que mi hijo se entretenga —continúa Sergio Tallón —. El perro es un miembro de la familia e igual que hay que vigilar que el perro no haga ninguna barbaridad con el niño, también a la inversa: nada de pellizcos, saltar encima, caricias con velocidad... hacen daño al perro y el animal se puede revolver”

Si se diera el caso que el perro se revuelve, hay saber identificar la causa por la que el perro puede estar nervioso, si hay ladridos o gruñidos. Esa será su forma de avisar de que el están invadiendo su espacio, o incluso que necesita parar, salir a correr o que hay algún peligro. Algunos perros son ladradores y no será raro que ladren aunque estén relajados y contentos.

Aquí te dejamos un gráfico con los dibujos de Lily Chin que puede resultar útil para esto: 

 

El último recurso de un perro será morder. Sin embargo, esto solo pasará si le tocan mucho las narices o si ignoramos todas las señales comentadas más arriba. Por eso es importante que cuando un niño y un perro juegan estén siempre bajo la vigilancia de un adulto, por muy buenos que sean ambos. 

Contar con un perro niñera, como Nana, la de Peter Pan, puede parecer una idea genial, pero mejor con ciertas normas y control, al menos hasta que tu hijo crezca lo suficiente como para consciente de qué es un perro y ser responsable con él. 
 

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