La importancia de conocer bien la necesidades alimenticias caninas
Nosotros no tenemos ningún tipo de problema porque somos omnívoros y podemos comer casi de todo. Pero imaginemos por un momento que a un conejo (un herbívoro) le damos de comer sólo chuletones. ¿Podrían llegar a comerse esos alimentos? ??
¡La verdad es que sí!
De hecho, el concepto de la dieta está en lo que suelen comer y para lo cual sus sistemas digestivos están preparados. En casos de hambruna extrema, la supervivencia es la que manda. De hecho, hay evidencias de cervatillos comiendo carne muy casualmente.
Aunque, claro está, en el largo plazo los pobres conejos podrían llegar a morir sufriendo grandes dolores estomacales. Sus cuerpos no digieren ni asimilan todos los nutrientes de alimentos para los que no están pensados.
¿Los perros son omnívoros?
“Pero… suerte que, como todo el mundo sabe, los perros son omnívoros… ¿No...? ”
La sabiduría popular de las últimas décadas dice que los perros son omnívoros, que se han adaptado a nosotros y que por ello han aprendido a comer cualquier tipo de alimento.
Hay mucha gente que lo afirma y aporta evidencias cuando se refiere a las veces que ha visto a un perro comer nuestras sobras, sean de lo que sean.
¿Los perros son carnívoros?
El hecho de que un animal pueda comer algo no define su dieta. Lo que nos da pistas sobre su alimentación ideal es, entre otras cosas, su organismo y en su comportamiento de depredador cuando se encuentra en libertad.
Los lobos salvajes, carnívoros, comen excrementos, insectos y frutas silvestres, pero la mayoría de sus necesidades alimenticias se cubre con la proteína animal: comiendo restos de animales.
Pista nº1: El secreto está en el interior
Los animales herbívoros u omnívoros, entre los que estamos nosotros, tienen su sistema digestivo preparado para comer productos vegetales. Y para ello, necesitan un intestino largo como un día sin pan.
Los nuestros miden entre 6 y 7 metros. Y al ser tan largo, pierden capacidad estomacal (nuestros estómagos ocupan el 20% del sistema digestivo, muy poco) lo cual provoca la desventaja de necesitar alimentarse de forma constante durante el día.
Por otro lado está nuestro mejor amigo: como todos los carnívoros, el perro tiene un intestino mucho más corto y simple, y de hecho la gracia del carnívoro está en su gran estómago, que ocupa hasta el 70% del sistema digestivo.
Pensemos con lógica: un carnívoro come presas, las cuales están compuestas mayormente por proteínas y grasas, que se digieren rápidamente pero que a veces cuestan de atrapar.
Al tener el estómago tan grande, un carnívoro puede estar varios días sin comer y hacer sólo una matanza a la semana, zamparse todo lo que pueda de su víctima y salir de la zona de peligro para, más tarde, digerir a su presa con tranquilidad mientras reposan bajo la sombra de un árbol. Esperando hasta la siguiente matanza.
Pista nº2: Los perros no son rumiantes
No sé si te has fijado, pero los perros no comen como las vacas. De hecho todo lo contrario.
A menudo parece que engullan la comida, ¡Ni siquiera la mastican y se tragan salchichas enteras, por dios! ¿Son glotones, o hay algo más?
La estrategia más inteligente para un carnívoro es ingerir todo el alimento posible e irse por patas. Por ello, el hecho de que nuestros perros no necesiten tanto tiempo como nosotros a la hora de comer es porque están pensados para tragar.
Pista nº3: Los dientes de un perro
Si observamos los dientes del perro (y de los lobos) no tienen las muelas planas y cuadradas como nosotros, sino que las tienen en forma puntiaguda.
Esto les permite destrozar huesos y arrancar carne con facilidad, a la vez que lo convierten todo en trozos más pequeños.
Pista nº4: Su conducta predatoria
Jamás verás a un conejo perseguir una pelota ni enterrar un hueso. Y eso es por algo.
Si observas a los perros, te das cuenta de que todas las conductas que debería de hacer en libertad para alimentarse y guardar comida, le salen de forma natural desde pequeño. Aunque sea en forma de juego.
Veredicto: ¡los perros son carnívoros!
El perro es carnívoro. No hay más que hablar. Bueno, sí, hay que hacer un matiz.
El perro está mejor preparado que sus primos los lobos para comer grano, ya que tiene diversos genes que mejoran su digestión de almidón y glucosa, entre otras adaptaciones que les permite absorber mejor nutrientes más característicos del mundo vegetal como los carbohidratos.
¡El hecho de que tengan esa adaptación no implica que ahora puedas alimentar a tu perro sólo con tu plantación de patatas o de coliflores!
Como hemos visto, el perro originalmente era mucho más parecido al lobo. Sin embargo, al ser domesticado para convivir con los seres humanos y ser alimentado con su comida, su metabolismo se ha ido adaptando. Recordemos alimentarlo de forma lógica con su naturaleza.