No están solo para acompañar. En algunos casos son la mano derecha del presidente. Se trata de los perros de mandatarios chilenos, que se codean en las altas esferas de la política nacional e internacional.
En Wamiz elaboramos una lista con algunos ejemplos históricos, como el caso de Ulk , el perro del presidente Arturo Alessandri Palma; Zar, el perro de Jorge Alessandri Rodríguez; Chagual, la mascota de Salvador Allende y Poder, el can de Sebastián Piñera.
Ulk, el perro de Arturo Alessandri
Ulk es ya parte de la historia nacional chilena. Se trató de un gran danés que acompañó al presidente Arturo Alessandri Palma durante su segundo período, entre 1932 y 1938.
El presidente Alessandri Palma solía pasear con su imponente perro en las calles de la capital, Santiago, y cuentan que inspiraba mucho respeto y espantaba a cualquier disidente político.
Son muchas las anécdotas que se cuentan en torno al gran danés. Una que destaca es la visita de cierto embajador europeo a La Moneda, el palacio presidencial en Chile.
La historia dice que el diplomático fue recibido por Ulk, quien se paró en dos patas y le dio lengüetazos por toda su cara en señal de saludo.
El embajador quedó asombrado ante la efusividad del perro y la evidente falta de protocolo.
Ulk era muy cercano al presidente Alessandri. Solían pasear frecuentemente y visitar la histórica confitería o café “Torres”, abierta desde el año 1879, una de las más antiguas de Santiago de Chile.
Ulk murió en 1942 y fue embalsamado. Su cuerpo se exhibe en el Museo Histórico Nacional, ubicado en Santiago de Chile.
La historia del gran danés ha inspirado, además, una serie de cuentos infantiles, titulada “Ulk, memorias de un perro famoso”.
Zar, el perro de Jorge Alessandri
Jorge Alessandri Rodríguez, hijo de Arturo Alessandri Palma y presidente de Chile durante el período de 1958-1964, también gustaba de los perros.
Zar fue sucesor de Ulk. Se trató de un perro de raza bóxer y que fue visto y fotografiado en varias ocasiones en el palacio de La Moneda junto al presidente Alessandri Rodríguez.
Dicen que el mandatario le hablaba con mucho cariño a su mascota y jugaba en sus tiempos libres con él.
El presidente Alessandri Rodríguez también solía pasar los fines de semana en su parcela ubicada en Malloco, una localidad en el extremo sur poniente de Santiago de Chile.
En ese tiempo de descanso aprovechaba de jugar con Zar, a quien le hablaba de la misma forma que lo hacía en La Moneda.
También solía visitar, siempre junto a su perro, a los propietarios de la Villa Cousiño Macul para la hora del té.
Chagual, el perro de Salvador Allende
Chagual fue la última mascota del presidente Salvador Allende (1971-1973). Allende tuvo varios animales de compañía en su vida.
En la novela “Allende, el retorno” de Omar Pérez Santiago, se relatan los últimos momentos del presidente Allende en compañía de su fiel perro amigo Chagual:
“Lo llevé cachorro a mi casa de Guardia Vieja, para mis tres niñas, y le puse por nombre Chagual. Naturalmente, se convirtió en un miembro más de la familia. Nos acompañaba a todas partes y al final creo que se me parecía.
Chagual estaba ya viejo el día once de septiembre de 1973. Yo salí a las 7:15 de la Casa de Tomás Moro para tomar el Fiat 125 que me llevaría a La Moneda. Y el viejo Chagual vino corriendo hacia mí.
En medio de su mayor responsabilidad ética e histórica, el presidente Salvador Allende, en un momento de espontánea solidaria alegría, se detuvo y esperó para despedirse de su perro. El perro llegó y se paró en dos patas, y, con su vitalidad de siempre, le pasó la lengua por el rostro a Salvador Allende.
─En ese beso sentí el amor incondicional.
Como si el perro comprendiera que Allende esa mañana pasaría a la eterna gloria, lo lamió por segunda vez, levantando los negros lentes de carey de Allende. Salvador Allende se sonrío de gusto y contento. Se querían, se amaban desde que Chagual era un cachorro. Al último ser que Allende vio al salir de la residencia de Tomás Moro, fue a su fiel perro”.
Si bien “Allende, el retorno” es una novela de ficción, tomando como argumento central el retorno de Allende 40 años después del golpe de Estado, la inclusión de Chagual forma parte de la realidad.
Quienes conocieron al presidente Allende cuentan que era muy unido a su perro y solía jugar con él por las tardes en el patio de su casa.
Poder, Bolt y Cholito: los perros de Sebastián Piñera
A Sebastián Piñera se le conoce más de un perro. Durante su primer período presidencial (2010-2014) recibió de regalo un perro de raza beagle, que bautizó primero como Poder, pero que luego pasó a llamar Bolt, en honor al atleta jamaicano y medallista olímpico Usain Bolt.
La llegada de otro perro, Cholito, ocurre durante la campaña presidencial, cuando Piñera buscaba la reelección. Se trató de un perrito de avanzada edad que adoptó luego de haber presenciado su atropello durante una actividad política en Santa Cruz, una localidad ubicada en la Región del Maule (al centro de Chile).
El perrito fue bautizado con el nombre de Cholito, en honor al fallecido perrito que inspiró la Ley de Tenencia Responsable en Chile.
Sin embargo, en octubre de 2018, Piñera publicó en su cuenta de Instagram que Cholito había fallecido.