Se estima que la domesticación del perro inicio en Asia hace más de 20,000 años y que hace unos 15,000 comenzó a extenderse por Europa, África y el resto del mundo.
En este sentido, México no se queda muy atrás, pues se estima que los primeros perros mexicanos aparecieron hace unos 8,000 años.
Al hablar de razas propiamente mexicanas, la mayoría de las personas piensa en el chihuahueño y el xoloitzcuintle. Y aunque estas son las razas actuales más comunes y famosas, lo cierto es que en la época prehispánica había algunos lomitos más.
Nosotros te contamos un poco más acerca de su historia.
¿Qué razas de perro prehispánico había en México?
De acuerdo con una publicación de la Revista Digital Universitaria de la UNAM, se sabe que durante la época prehispánica existían al menos 5 razas de perros distintas:
1. Perro maya
El perro maya o de nariz corta era un can de rostro corto y cuerpo de tamaño mediano, un poco más pequeño que el del perro común.
La longitud de su cuerpo era de unos 55cm a 57cm y, tal y como su nombre lo indica, se podía encontrar en toda la zona maya de la época (el sur del país, Guatemala y Belice).
2. Xoloitzcuintle
El famosísimo perro pelón mexicano ya se encontraba acompañando a nuestros ancestros desde hace siglos.
Su fisionomía no ha cambiado mucho respecto a la raza que conocemos en el presente: medía de 64cm a 76cm de longitud con dentición incompleta y su característica falta de pelaje.
Se consideraba que este lomito era un regalo del dios perro Xolo a la humanidad para guiar sus almas a través del inframundo o el Mictlán una vez que hubiesen fallecido.
Aunque estuvo a punto de extinguirse hace algunas décadas, gracias a los esfuerzos de conservación de amantes de diversas asociaciones es que hoy todavía podemos ver a este emblemático lomito.
3. Tlalchichi
Después del Xolo, este es la segunda raza prehispánica mejor conocida por las personas.
Era un perro enano de cuerpo alargado, de unos 62cm a 65cm de longitud y se le podía encontrar en toda Mesoamérica.
Esta raza se extinguió entre los siglos XVII y XVIII, pero algunos investigadores consideran que es el ancestro de los actuales perros chihuahueños.
4. Loberro
También existían (y aún existen aunque muy pocos) lobos propiamente mexicanos.
El loberro fue el resultado de las prácticas de algunas civilizaciones prehispánicas de cruzas lobos con perros.
Estos canes híbridos tenían rasgos mezclados de lobos y perros, con una longitud de 90cm a 1m y se podían encontrar en todo el territorio mesoamericano.
5. Perro común no especializado
Además de las 4 razas previas que tenían rasgos relativamente definidos, también se podía encontrar al perro “común” por toda Mesoamérica.
Estos ejemplares eran de tamaño mediano tenía una longitud de unos 63cm a 75cm y probablemente fueron los ancestros de muchos de los perros mestizos que se pueden encontrar hoy en día.
Los perros prehispánicos de Colima
Todas estas razas eran apreciadas por las civilizaciones prehispánicas y prueba de ello son las diferentes representaciones artísticas que se conservan de las mismas en grabados y esculturas.
Aunque, muy probablemente, la más famosa de todas estas representaciones sea la de los perritos prehispánicos de Colima.
Actualmente es posible encontrar una estatua gigante de dos de estos lomitos “bailando” en la salida de Colima hacia Comala.
Estas estatuas están basadas en las figurillas antiguas encontradas en diversas partes del país (especialmente en Colima) que son una representación de nada menos que el ya mencionado tlalchichi y no del xolo como mucha gente piensa.
Además de ser figuras muy bonitas, los perritos “danzantes” de Colima son una clara muestra del nexo que existía entre las culturas prehispánicas y los lomitos de hace siglos.
Ahora ya lo sabes, desde hace cientos de años existían razas propiamente mexicanas y su vínculo con nuestros ancestros se mantiene hasta la actualidad.