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Ojo de cereza en perros

Ojo de cereza en perros.

© Mr. James Kelley / Shutterstock

Causas y tratamiento del ojo de cereza o prolapso de la glándula lagrimal en perros

Por Isabelle Vixège Veterinaria

Publicado el

El ojo de cereza en perros o prolapso de glándula lagrimal es una afección ocular común en perros jóvenes. Aunque no es grave, requiere tratamiento quirúrgico.

Quizás no estés familiarizado/a con la luxación de las glándulas nictitantes en perros, y es comprensible, ya que estas glándulas, ubicadas bajo la membrana nictitante, también llamado tercer párpado, generalmente pasan desapercibidas entre todo el conjunto de la anatomía canina. 

En ocasiones, dichas glándulas se vuelven notablemente visibles en algunos perros. Esto es algo que puede preocupar a los propietarios/as. ¿Qué es esa bola roja en el ojo de mi perro? ¿Tiene mi perro ojo de cereza?

Mi perro tiene una bola roja en los ojos: ¿qué es?

Los perros (y los gatos) poseen un tercer párpado en la esquina interna del ojo. También es conocido como membrana nictitante ("que parpadea"), y proporciona una capa de protección adicional para los ojos.

En vídeo:

Justo debajo de este párpado se encuentra la glándula nictitante, también llamada glándula lagrimal accesoria o glándula de Harder, una pequeña masa roja que mide entre 5 mm y 1 cm. 

Esta glándula desempeña un papel crucial, contribuyendo con aproximadamente el 35% de la secreción lagrimal en los perros.

En ocasiones, esta glándula, que normalmente está ubicada en el interior del tercer párpado, se desplaza hacia afuera y se vuelve visible.

¿Qué es el ojo de cereza en perros?

La bola roja en los ojos de tu perro es exactamente el denominado ojo de cereza, que como acabamos de ver, es una condición en la cual la glándula lagrimal se desplaza hacia afuera.

El prolapso de la glándula lagrimal accesoria es frecuente en perros jóvenes, generalmente entre los 3 meses y 2 años, aunque ocasionalmente también se describe en perros mayores

Perro con ojo de cereza
Perro con ojo de cereza. © jukgrapong / Shutterstock

Esta condición a menudo puede estar asociada a la queratoconjuntivitis seca en perros (QCS), una afección que se origina a partir de una deficiencia en la producción de lágrimas, lo que, debido a la falta de lubricación, propicia la movilidad anormal de la glándula hacia fuera

Es relevante señalar que esta patología es excepcionalmente rara en gatos.

Síntomas del ojo de cereza o prolapso de la glándula lagrimal en perros

El síntoma principal del ojo de cereza en perros es la aparición de un bulto rojo en el ángulo interno del ojo del canino, ya sea en un solo ojo o en ambos.

Se estima que en casos de prolapso en un solo ojo, alrededor del 50% de los animales desarrollan semanas después el mismo problema en el otro ojo.

A pesar de su apariencia impactante, este bulto no hace daño al animal ni le afecta directamente al ojo. Sin embargo, sí puede ocasionar epífora (lagrimeo constante) y, con el paso del tiempo, puede resultar en una conjuntivitis, evidenciada por ojos enrojecidos y secreción amarillenta. 

Además, la glándula puede experimentar un deterioro funcional progresivo. Sin intervención, puede volverse esclerótica y dejar de producir lágrimas.

ojo de cereza en perros
Ojo de cereza en perros o "cherry eye" en inglés. © Todorean-Gabriel / Shutterstock

Es por ello que, sin extrema urgencia, pero sin demora, conviene pedir cita en el veterinario para abordar y tratar el ojo de cereza en perros.

Causas del ojo de cereza en perros

Las causas de la eversión (salida) de la glándula nictitante aún no se han determinado completamente.

Se sospecha que existen factores genéticos podrían estar vinculados a la aparición de esta condición, ya que determinados grupos de perros manifiestan una mayor tendencia al prolapso de la glándula lagrimal.

Razas caninas con mayor predisposición al ojo de cereza

La predisposición al prolapso o luxación de la glándula nictitante se ha observado con mayor frecuencia en las siguientes razas:

  • Las razas braquicéfalas, como el bulldog francés, bulldog inglés, mastín italiano, shih tzu, lhasa apso, entre otras.
  • El beagle
  • El cocker americano
  • El shar-pei.
  • El dogo de Burdeos.
 prolapso o luxación de la glándula nictitante
Caso clínico de ojo de cereza en un solo ojo. © Vera Larina / Shutterstock

Ojo de cereza en perros: tratamiento

Al principio, tu veterinario puede simplemente recolocar la glándula manualmente agarrando el borde del tercer párpado con unas pinzas y empujando hacia dentro. Tras ello, te puede recetar un colirio antiinflamatorio y antibiótico. 

Por desgracia, las recaídas son prácticamente inevitables, por lo que la intervención quirúrgica parece ser el tratamiento más adecuado.

En este caso, el veterinario recolocará la glándula y la suturará para que no se salga más de su sitio. Así lo explica en el siguiente vídeo uno de los veterinarios del Hospital Veterinario Mediterráneo de Madrid:

Después de la cirugía, lo más probable es que el veterinario le recete un colirio antibiótico y que tu peludo deba llevar collarín durante al menos diez días.

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