Aunque para nosotros pueda resultar desagradable, comer excrementos —un comportamiento conocido como coprofagia— es bastante común en el mundo canino.
¿Por qué algunos perros se sienten atraídos por las heces de gato y qué podemos hacer para evitarlo? ¿Por qué mi perro se come la caca del gato?
Mi perro se come la caca del gato
La coprofagia, que literalmente significa "ingesta de heces" es un comportamiento que, aunque nos resulte difícil de entender a los humanos, forma parte del instinto natural de los perros.
De hecho, es especialmente común en las madres que limpian a sus cachorros para mantener el entorno higiénico.
Algunos expertos creen que los perros pueden reproducir este comportamiento si su entorno está sucio o contiene excrementos.
Además, los perros son por naturaleza carroñeros. Están programados para explorar cualquier cosa que pueda parecer comestible. Por desagradable que nos parezca, es posible que simplemente les atraiga el olor o el sabor: para ellos, puede considerarse comida.
La ingesta de heces en perros puede volverse habitual y difícil de erradicar una vez instaurado. Pero, ¿y qué hay de la caca de gato?
¿Por qué mi perro se come la caca del gato?
En el caso concreto de las heces de gato, hay otro factor que las hace especialmente atractivas: su alto contenido en proteínas. Los gatos son carnívoros estrictos y su dieta está mucho más orientada a las proteínas que la de los perros.
Mi perro se come las cacas: ¿es peligroso?
En realidad, el problema no es tanto la caca en sí. Los perros tienen un sistema digestivo muy resistente, capaz de tolerar cosas que para los humanos resultarían peligrosas. Esta "barriga de hierro" forma parte de su instinto natural de carroñero.
Sin embargo, eso no significa que sea inofensivo. Las heces de perro y gato pueden contener bacterias como la salmonela o parásitos intestinales.
Aunque el perro podría no mostrar síntomas, estos patógenos pueden transmitirse a los humanos y causar problemas de salud graves.
Para evitar problemas de salud debido a la ingesta de caca en perros:
Piensa en cómo accede tu perro a las heces: algunos excavan en el jardín, mientras que otros se sirven directamente del arenero del felino. Esto último puede ser especialmente peligroso, ya que pueden llegar a ingerir arena para gatos, lo que, en grandes cantidades, puede causar obstrucción intestinal.
Lamidos del perro: si mi perro o mi perra se come la caca del gato, es muy probable que lo que ha pasado por su boca termine en la piel o incluso en el cuerpo de sus cuidadores. Lo más prudente es evitar que lama la cara y otras partes del cuerpo y mantener una buena higiene en caso de que el animal tenga esta costumbre.
¿Cómo hacer para que mi perro deje de comer caca?
Romper con este hábito no siempre es fácil, pero lo primero es empezar por lo más práctico: si no puede encontrar caca, no puede comérsela.
Puedes situarla en una habitación cerrada o utilizar una barrera para bebés. De esta forma, tu gato podrá seguir accediendo sin problemas, pero tu perro se mantendrá alejado. Otra opción útil es invertir en una caja de arena a prueba de perros, disponible en tiendas especializadas.

Fuera de casa, el problema puede no venir de tu propio gato, sino de los del vecindario. Para evitar que tu perro las encuentre, mantén el jardín limpio de excrementos felinos.
¿Un problema de alimentación?
En algunos casos, el consumo de heces puede estar relacionado con una deficiencia nutricional.
Si tienes esa sospecha, lo mejor es consultar con tu veterinario. Un cambio en la dieta o una mejor formulación del alimento puede ser parte de la solución.
¿Entrenar a un perro para que deje de comer caca?
Aunque es un hábito difícil de erradicar, es posible enseñar a tu perro a ignorar la caca de gato. El secreto está en el refuerzo positivo.
No olvides que prestar demasiada atención al comportamiento puede reforzarlo involuntariamente. Si te alarmas cada vez que lo hace, tu perro puede interpretarlo como una forma de llamar tu atención.
En cambio, recompensar los comportamientos deseados da mejores resultados a largo plazo. Para ello, puedes seguir los siguientes pasos:
Empieza practicando dentro de casa o en el jardín. Llama a tu perro con entusiasmo y, cuando venga, recompénsalo. Repite el ejercicio hasta que acuda cada vez que lo llames porque hay heces cerca.
Usa una correa larga durante los paseos o en el jardín. Si detectas que tu perro se interesa por una posible “tentación”, llámalo antes de que se acerque. Si regresa, prémialo de inmediato. Si no lo hace, guía su atención suavemente con la correa. También puedes trabajar órdenes, como "caca" o "eso no", y practicarlos a diario.
Considera que el aburrimiento también puede estar detrás de este comportamiento. Asegúrate de que tu perro tenga suficientes estímulos: juguetes, paseos, juegos y compañía.
Conclusiones
Mi perro se come la caca del gato: en la mayoría de los casos, comer caca de gato no supone un riesgo grave para tu perro, aunque sí puede serlo para su familia, además de ser una costumbre bastante desagradable.
Lo mejor es ayudarlo, con paciencia y entrenamiento, a dejarla atrás, con ayuda de un profesional si fuese necesario.