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Qué hacer si tu perro teme al agua
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Cómo actuar si mi perro le tiene miedo al agua

Por Maica Bosch Periodista

Actualizado el

¿Crees que tu perro tiene miedo al agua? Dependiendo de cada perro, hay algunos canes que temen entrar al agua y padecen mucha ansiedad cuando queremos bañarlos.

Por ello, si te preguntas, “¿por qué mi perro tiene miedo al agua?”, estás leyendo el artículo correcto, pues vas a conocer una serie de consejos para ayudarle y tener paciencia durante el proceso.

 

Razones por las que mi perro tiene miedo al agua

Cuando un cachorro empieza su etapa de socialización con el medio, esto es entre las tres y doce semanas, es clave que hagamos que experimente con todo aquello con lo que más tarde se encontrará cuando sea adulto. No sólo se trata de hacer que conviva con otros perros o personas, sino también que vea coches, escuche el sonido propio de una ciudad o se familiarice con el agua, por ejemplo.

Si adoptamos un perro ya en edad adulta, y es entonces cuando nos damos cuenta que sufre con el agua de una forma poco común, podemos también intentar las mismas técnicas, aunque habrá que tener algo más de paciencia.

Algunas de las causas que pueden explicar por qué mi perro tiene miedo al agua son:

  • Forzar al perro cuando es cachorro para que se acostumbre al agua.
  • Castigar al perro con agua o con algo relacionado.
  • Desarrollo de una enfermedad, como la otitis después de su contacto con el agua.
  • Alguna experiencia con el agua que les ha causado un trauma.
  • Impedimento físico que le hace sentir inestable ante el agua.
  • Edad del perro. Al ser más mayor siente más inestabilidad y miedo.
  • Ha sido bañado repetidas veces con agua muy fría o muy caliente.

¿Mi perro tiene miedo al agua o fobia?

Antes de plantearnos empezar con una terapia debemos estar seguros de si el can tiene miedo de verdad al agua, o si simplemente le desagrada bañarse. Para averiguar esto debemos observar el lenguaje físico del perro. Cuando huye ante la posibilidad de un baño, si ladra o actúa nervioso debemos preocuparnos porque el asunto es serio.

Si queremos saber el nivel de miedo que padecen nuestro perro podemos probar con lo siguiente:

  1. Acudir a un sitio con agua desconocido para el perro como una playa o un lago.
  2. Jugar con el perro para que se relaje y más tarde ofrecerle algo de comer. Después repetir el mismo procedimiento pero cerca del agua. Cada vez más cerca. Si el perro no quiere jugar o no quiere comer a medida que os acercáis, el nivel de miedo es bastante alto.
  3. Si después de intentar lo anterior y pasados unos minutos el perro sigue muy nervioso, probablemente sufra de fobia al agua y no miedo.

El miedo y la fobia hacen que el sistema inmunológico de nuestro perro se resienta y, por ello, será más susceptible a enfermarse. Si la fobia es muy grande, lo mejor es contar con un especialista para atajar el problema lo antes posible.

Cómo actuar si mi perro tiene miedo al agua

Primero de todo, hay que trabajar con el perro de manera constante y tener paciencia para que mejore a su tiempo y de manera natural, nunca forzada. Si no puedes contactar con un profesional o crees que por ahora el nivel de miedo no es muy alto, te dejamos una serie de consejos a seguir para mejorar la tranquilidad de tu perro frente al agua.

Lo que NO debes hacer:

  • Exponer al perro frente al agua de manera incontrolada.
  • Castigar a tu perro si no mejora.
  • No dejarlo avanzar de manera natural, es decir, obligarle a hacer cosas.
  • Reforzar sus actitudes negativas como morder, ladrar o llorar.

Lo que SÍ puedes hacer:

  • Mantenerte relajado para transmitirle tranquilidad al perro.
  • Hacerle sentir seguro con caricias.
  • Averigua la distancia exacta a la que tu perro soporta el agua sin ponerse nervioso. Así sabrás cuál es el punto de partida.
  • Cuando sepamos este punto exacto, le pones ahí comida o juegas con el en esa área.
  • Premiar al can sólo cuando sea él voluntariamente el que se acerque al agua.
  • No alargar las sesiones de entrenamiento más de 5 minutos.
  • Repetir el ejercicio con frecuencia, siempre sin obligar al perro.

Si queremos contar con un educador canino, lo que podemos hacer nosotros es apoyarle haciendo asociaciones positivas para que el perro entienda que el agua no es algo peligroso. Por ejemplo, como hemos dicho antes, con comida o juegos cerca del agua.

Más importante que saber las cosas que podemos hacer, es tener muy claras las cosas que no debemos hacer, pues un paso en falso puede destruir todo lo que hayamos avanzado. No gritarle, forzarle, en definitiva, no perder la paciencia para conseguir esa asociación positiva con el agua.

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