Si bien es cierto que no nos pasamos el día mirándole el ano a nuestro perro, siempre es recomendable conocer las señales que alerten de que algo no va bien, como picor, restos de sangre o de pus, dificultad para defecar...
Mi perro tiene un bulto duro al lado del ano: ¿por qué?
Los bultos en el ano pueden ser la respuesta del cuerpo a una afección de las glándulas anales o perineales del perro, y es muy importante tratarlas lo antes posible.
A continuación explicamos los distintos síntomas y patologías que presentan los canes en este tipo de casos.
¿Qué son las glándulas anales en perros?
Tanto los perros como los gatos cuentan en cada lado del ano con dos pequeñas glándulas anales con forma de sacos (de ahí que también se les denomine sacos anales).
Estas glándulas, que sirven para regular la lubricación anal, secretan un líquido que se libera a través del ano tanto durante la defecación como en caso de agitación o emoción.
Este fluido huele bastante mal (cosa que es normal). Lo que no es normal es que presente restos de sangre o de pus, pues estos sacos anales tienen un papel muy importante en la comunicación olfativa de los canes.
¿Las glándulas o sacos anales se pueden infectar?
En ocasiones, las glándulas anales se obstruyen, provocándole al animal la presencia de prurito (picor, hormigueo). Ante esto, el animal se frota el culo por el suelo de una forma bastante característica que en ocasiones hace gracia a los dueños:
En tal caso, es importante ir al veterinario para que se las desinflame y evite una infección por estancamiento del fluido.
El pastor alemán, el chihuahua y el teckel son razas con cierta predisposición a sufrir afecciones relacionadas con las glándulas anales.
Absceso de las glándulas anales en perros
El absceso es una acumulación de material purulento, y se manifiesta a través de una inflamación dolorosa (de color rojo) en un lado del ano. En ocasiones, la glándula puede perforarse y liberar pus mezclado a veces con sangre. Puede provocar fiebre.
El tratamiento es puramente quirúrgico: el veterinario desobstruirá el absceso y limpiará muy bien la herida. El tratamiento posterior consiste en antibióticos y analgésicos. También podrá ponerle un collarín durante un tiempo para evitar que se lama la herida.
El doctor Manzano, especialista veterinario, nos cuenta en el siguiente vídeo cómo se actúa frente a la obstrucción de las glándulas anales del perro:
En caso de que se vuelva a repetir o que el problema se vuelva crónico, la clínica estudiará la posibilidad de extirpar el saco anal, aunque esta es una operación más delicada.
Tumores en las glándulas anales del perro
Aunque son más raros, se trata de un tipo de tumor canceroso agresivo denominado adenocarcinoma.
El tratamiento también es quirúrgico y consiste en la extirpación de la glándula cancerosa o de los ganglios linfáticos.
¿Qué son las glándulas perianales en perros?
Se trata de pequeñas glándulas sebáceas no productoras (no segregan sebo) situadas alrededor del ano. También se les conoce como glándulas circumanales o glándulas hepatoides. Normalmente, no son visibles.
Los tumores en las glándulas perianales
Estos son principalmente adenomas (tumores benignos). Pueden ser simples o múltiples.
Su diámetro varía desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. Tienen una consistencia dura y son indoloras, aunque también pueden romperse y sangrar.
Los tumores de las glándulas circumanales en perros dependen de la testosterona. Son más comunes en machos no esterilizados y tienden a aparecer en animales de mediana edad y mayores.
El tratamiento también es quirúrgico: se procede a la extirpación del tumor y se completa con la castración para evitar que este se vuelva a reproducir.
Por otra parte, también existen tumores malignos (adenocarcinoma) en las glándulas perianales, aunque son muy poco comunes. El diagnóstico diferencial entre un tumor benigno y el cáncer en perros se obtiene a través del examen histológico del tejido extraído en un laboratorio veterinario.
¿Existen otras patologías anales o perianales en perros?
La respuesta es sí, existen varias patologías, aunque no necesariamente relacionadas con el ano del animal.
La hernia perianal
Esta se manifiesta a través de la formación de una masa bastante blanda debajo o al lado del ano. Viene producida por el debilitamiento del músculo perineal, que se rompe y deja pasar a través de ella la grasa o los órganos abdominales.
Esta patología es más frecuente en animales de avanzada edad.
Las fístulas perianales
Las fístulas son lesiones muy dolorosas del tejido que envuelve el ano de nuestras mascotas. Se pueden observar erosiones (especie de orificios) normalmente profundos y que supuran. No se trata, pues, de ningún bulto o bola.
El pastor alemán es una raza con especial predisposición a las fístulas.
¿Los perros pueden tener hemorroides?
Tal y como señala el Doctor Manzano en el vídeo anterior, las hemorroides son un problema muy poco común en perros, debido principalmente a que es una dolencia común en especies que caminan verticalmente, cosa que no les ocurre a nuestros amigos de cuatro patas.
Si bien la mayoría de las patologías tienen tratamiento y se pueden curar rápidamente con el tratamiento adecuado (como en el caso de los parásitos intestinales, por ejemplo), más vale siempre prevenir que curar. ¡No lo dejes pasar!
También te puede interesar: