La alegría que puede brindar la compañía de un gato no tiene precio; pero hay que ganarse el cariño y confianza del felino.
La ternura que nos provocan los gatos a veces nos hace pensar en ellos como en un perro, y es natural que los propietarios busquen cargarlos o mimarlos. Por supuesto, algunos gatos se dejan y lo disfrutan, pero a otros, claramente puede molestarles.
Si el gato se porta agresivo, comienza evitar a los humanos de la casa, tiende a esconderse e incluye alguno que otro silbido, quiere decir que no está muy contento.
Es un tanto normal que un gato muestre cierta agresividad de vez en cuando, ya sea por una situación temporal o por su personalidad.
Sin embargo, si el gato ya se nota demasiado molesto, cambió de manera abrupta y no quiere estar con sus cuidadores humanos, es una actitud que no debe pasarse por alto.
Lo importante aquí es aprender a comunicarse con el gato y saber leer su comportamiento, pues si está demasiado alterado, estaría escondiendo un síntoma de algo más importante.
Ojo con el nivel de agresividad del gato, pues hay que aprender a leer su lenguaje corporal por si está ocultando algún dolor que sea de cuidado.
Gato enojado: posibles causas
Primero, debe tomarse en cuenta que está en su instinto defenderse. Sin embargo, la molestia, enojo o agresividad del gato pueden deberse a:
- No era el momento para acariciarlo o cargarlo (en esta guía se explica cómo acariciar a un gato).
- Estás transmitiéndole estrés. Los animales están muy conscientes de nuestras emociones, así que si nosotros estamos estresados o con ansiedad, el gato puede percibirlo y alterarse
- Puede estar defendiendo su territorio
- Puede ser síntoma de que algo le duele (algún problema muscular, estrés, un absceso oculto. Cuando el gato no deja ni que lo toquen o se vuelve sin razón aparente hiperactivo o mucho más lento al caminar, puede tener un problema de salud y hay que llevarlo a consulta con el veterinario).
- Tal vez no sabe socializar; enseñarlos desde pequeños es una tarea importante para evitar experiencias negativas con otros animales y otras personas.
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Sobre el último punto, hay que estar conscientes de que los gatos pueden mostrarse enojados o renuentes a socializar, también por algunos traumas.
Si tiene miedo es porque, como mencionamos anteriormente, tuvo algún trauma o no ha desarrollado suficientemente sus habilidades de socialización.
Es por eso que si el gato en realidad se muestra atemorizado, no hay que regañarlo o gritarle, porque se estresará aún más.
Cómo entender a un gato enojado
Es importante también poner atención al lenguaje corporal del gato, para saber si está molesto.
Algunas de las señales de un gato enojado o incómodo son:
- Tiene los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas
- Agita el extremo de su cola o si barre el sueño con la cola estirada y rápidamente
- Pone las orejas hacia atrás
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¿Qué se puede hacer ante estas señales?
Intentar darle su espacio; es importante recordar que hay muchos movimientos como los abrazos que le pueden parecer limitantes.
Acondicionar algunas áreas para que se vaya a esconder y se desestrese o instalar repisas para que escale y se entretenga, ¡les encanta!
Puedes intentar igualmente jugar con él y premiarlo para que mejore su comportamiento.
Otra opción para tranquilizar a un gato enojado, puede ser la música.
En el siguiente video hay música relajante para ayudar a los gatos a sobrellevar el estrés y dejar atrás el enojo.