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Enfermedades oculares de los gatos: ¿cómo reconocerlas?

Este artículo ha sido verificado por Tonatzin Rojas . Veterinaria en colaboración con Wamiz.
Por Vanessa Parapar Periodista

Actualizado el

Llevar a tu compañero felino al veterinario si notas alguno de los síntomas específicos relacionados con las enfermedades oculares en gatos es imprescindible.

Los gatos son animales excepcionalmente pulcros, sin embargo, eso no evita que las enfermedades oculares en estos animales sean relativamente comunes.

Por lo tanto, quizás hayas notado que algunos gatos pertenecientes a colonias urbanas tienen un ojo más cerrado que otro o la vista nublada. Esto se debe a que las las enfermedades en los ojos de los gatos callejeros son lamentablemente muy habituales.

En la mayoría de los casos son patologías oculares que no comprometen gravemente la salud y que se posicionan junto a las enfermedades más comunes de los gatos, aunque a veces son más graves y pueden llegar a ocasionar problemas más importantes.

Gracias al Consejo Andaluz de Colegios Veterinarios, vamos a descubrir cuáles son las patologías más comunes que pueden afectar a los imponentes ojos del gato.

¿Cuáles son las enfermedades oculares de los gatos?

Conjuntivitis

¿Quién, humano o animal, no la ha padecido alguna vez? Básicamente, es una patología causada por la inflamación de la conjuntiva, ese tejido fino y transparente que recubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo.

Si los ojos de tu gato han adquirido repentinamente un color rojizo, se muestran hinchados y presentan secreciones abundantes en el saco lagrimal, es probable que la haya contraído.

Clamidiosis

Si la conjuntivitis es insistente y no responde con rapidez al tratamiento, quizás el veterinario pueda empezar a pensar en la clamidiosis felina, una infección ocular causada por la bacteria Chlamydophilia felis.

Esta se transmite con enorme facilidad entre los gatos y afecta a todas las edades (y por descontado, a todas las razas). Lamentablemente, esta enfermedad puede afectar especialmente  a aquellos gatos que viven en condiciones de hacinamiento, como colonias de gatos callejeros. La bacteria Chlamydia felis se propaga principalmente a través de la secreción ocular o nasal de gatos infectados. Los gatos jóvenes y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados son más susceptibles.

El enrojecimiento de los ojos es muy intenso y las lágrimas habitúan a ser espesas y purulentas.

Generalmente, la infección comienza en un ojo, pasando después al otro. Y aunque con el tratamiento adecuado la afección remite, pueden pasar semanas e incluso meses en las que nuestro gato continúe con secreciones oculares anómalas que deberemos retirar.

En el caso de que la clamidiosis no se trate puede desencadenar complicaciones mucho mayores, como edema conjuntival y úlceras de córnea. Los antibióticos acaban con la bacteria (generalmente, doxicilina), aunque ¡esto te lo dirá tu veterinario!

Cataratas

¿Quién no ha escuchado hablar de ellas? Explicado de una forma muy sencilla, la catarata es cualquier punto en la lente ocular que limita la entrada de luz a la retina.

En el caso de los gatos, estas suelen ser producidas, antes que por el deterioro de la edad como en los humanos, por heridas o infecciones. Y también pueden desarrollarlas los gatos diabéticos.

No hay un tratamiento que la elimine (salvo la cirugía en casos en los que las cataratas comprometan la visión en ambos ojos).

Glaucoma

Es, seguramente, una de las afecciones oculares más graves y está causada por una presión anormal en el ojo, lo que hace el drenaje de líquido que circula por las venas del mismo no lo hagan con normalidad.

Esto produce daños en el nervio óptico y, de forma directa, pérdida de visión.

Si el líquido continúa acumulándose, el ojo comienza a agrandarse causando un daño permanente en cuestión de días o semanas. El gato ha de ser hospitalizado y medicado de manera constante.

Si el glaucoma es muy grave, el ojo puede ser eliminado quirúrgicamente. 

Uveítis

La uveítis es, junto con la conjuntivitis, el desorden oftalmológico más frecuente en los gatos. Y en muchos casos esta deriva en una pérdida de visión que puede ser muy alta o total.

Los felinos son extremadamente sensibles a la uveítis debido a las características de su anatomía ocular.

Un trauma, una herida o una infección previa mal tratada pueden desencadenarla. Esta inflamación afecta a toda la estructura interna del ojo.

Exceso de lágrimas, enrojecimiento del ojo, fotosensibilidad y cambio de forma y tamaño en la pupila son algunas de las señales que pueden alertarnos. Además, es muy dolorosa.

6. Queratitis

Consiste en una inflamación de la córnea y los síntomas son similares a la conjuntivitis, pero al contrario que ella, la queratitis causa muchas molestias en el animal.

Hay una enorme variedad de tipos y, si no se trata rápido, la ceguera parcial o total del ojo es una posibilidad que puede darse.

¿Cómo prevenir las enfermedades de los ojos de los gatos?

Además de las habituales revisiones veterinarias, nosotros mismos en casa podemos vigilar con una simple inspección la salud ocular de nuestros amados mininos.

En vídeo:

Señales de enfermedades oculares en gatos

Cualquier cambio en los ojos del gato debe ponernos en alerta. Para hacer una revisión, se debe utilizar el dedo pulgar para levantarle cuidadosamente el párpado y mirar los tejidos circundantes. La tonalidad que estos deben presentar es rosada, nunca rojiza, pero tampoco blanquecina. 

Estas son los principales síntomas a los que se debe prestar atención:

  • Secreción ocular: Una secreción inusual, ya sea clara, mucosa o con pus, podría indicar una infección o inflamación.
  • Enrojecimiento: Ojos rojos o enrojecidos pueden ser signos de irritación o conjuntivitis.
  • Parpadeo excesivo o lagrimeo: Si el gato parece parpadear más de lo normal o tiene un aumento en la producción de lágrimas, podría indicar molestias o dolor.
  • Hinchazón: La hinchazón alrededor del ojo podría ser un signo de inflamación o traumatismo.
  • Cambios en la apariencia del ojo: Esto podría incluir cambios en el tamaño de la pupila, opacidad del cristalino o cualquier otro cambio notable en la apariencia normal del ojo.
  • Cambios en el comportamiento: Un gato con problemas oculares puede frotarse los ojos con frecuencia, cerrar un ojo más de lo normal o evitar la luz brillante.
  • Cambios en la visión: Puede notarse si el gato tiene dificultades para seguir objetos o si choca con cosas con más frecuencia de lo normal.

Enfermedad de ojos en gatos callejeros: ¿cómo puedo ayudar?

Como ya se mencionó, las enfermedades oculares en los gatos callejeros son lamentablemente muy comunes.

Algunas maneras de contribuir a mejorar la situación de estos felinos son las siguientes:

  1. Contacta a un veterinario. Si es posible, intenta encontrar un veterinario que ofrezca servicios a bajo costo para gatos callejeros.
    Sólo los profesionales veterinarios pueden diagnosticar la enfermedad ocular y proporcionar tratamiento adecuado.
  2. Proporciona alimentos y agua. Asegúrate de que los gatos callejeros tengan acceso a alimentos y agua limpios para fortalecer su sistema inmunológico.
  3. Promueve la esterilización. Colabora con organizaciones locales de control de población de gatos callejeros para esterilizar o castrar a los animales. Esto no solo controla la población, sino que también mejora la salud general de la colonia.
  4. Colabora con grupos de rescate. Encuentra y colabora con grupos de rescate de animales que se dediquen a ayudar a gatos callejeros. Pueden proporcionar recursos y asistencia para la atención médica.
  5. Sensibiliza a la comunidad. Habla con la gente que te rodea (familia, vecinos) sobre la importancia de cuidar a los animales callejeros. Esto puede incluir la promoción de la esterilización y la creación de conciencia sobre la responsabilidad compartida.
  6. Construye refugios. Proporciona refugios temporales para proteger a los gatos de las inclemencias del tiempo. Esto puede ayudar a reducir el estrés y favorecer la recuperación.
  7. Evita el contacto directo. Los gatos callejeros pueden ser desconfiados. Evita el contacto directo para no estresarlos más. Si es necesario manipular a un gato callejero, utiliza guantes.
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