Perro que requiere de una cirugía, gato con posible panleucopenia, problemas con una perra recién parida… todo concentrado en una sola jornada laboral que, además, se alarga más allá del horario de cara al público para atender bien a los animales.
Y a pesar de ello, la Clínica Veterinaria la Flamenca, lejos de recibir agradecimiento, siente la ausencia de empatía por parte de algunas personas: "Me da voces y me trata mal", señala en su carta publicada en Facebook.
Cuando pretenden cirugías instantáneas
Por el día, "una persona llegó con una gata con posible panleucopenia, la dejó porque tenía que irse y viendo que no volvía le llamé, ya que la gata había dado positivo y nosotras no tenemos hospitalización para infecciosos", señala Cris Ruiz, la gerente de la Flamenca.
"El problema es cuando me llama una señora –ya de noche y a voces– para pedirme explicaciones de por qué la gata aún sigue en la clínica, que debería de estar hospitalizada y que ahora le van a cobrar como urgencia en otro sitio".
Segundo percal del día. Operación de una perra bulldog mayor y con sobrepeso de un otohematoma en perros. Una cirugía y "no entendían que como eso no se había hecho en dos horas. ¿Estamos locos o qué?".
Tercer percal del día. Una bodeguera que parió un cachorro solo. "La señora muy enfadada porque la perra tenía que darle de mamar al cachorro y que no entendía que hacía en la clínica aún".
A esa perra tuvieron que operarla de urgencia porque no echó los restos de placenta y tenía piometra, una enfermedad en la perra caracterizada por el acúmulo de material purulento dentro del útero.
Ninguna tarea sencilla y los humanos complicando las cosas. "No sé si la gente se piensa que somos máquinas y que no merecemos respeto. Me ofrezco a lo que pueda y sea necesario, pero entended que merezco respeto y comprensión", recalca.