Un gato ciego se ha convertido en el ángel de la guarda de una perra con necesidades especiales. Los dos hacen todo juntos. De hecho, no hay quien los separe.
¡Una amistad única!
En septiembre del 2016, un pequeño gatito ciego llegó a un refugio tras un tiempo vagando por las calles.
"Mowgli fue hallado con dos infecciones oculares severas. No podía ver, pero por suerte alguien lo llevó a un veterinario", explicó Alison Smith, fundadora del Triple H Miniature Horse Rescue (Denver, Colorado), en las redes sociales del centro.
Cuando Alison conoció la historia de este pequeño gato perdido y de su necesidad urgente de encontrar un hogar, no pudo resistirse. "El pobre tenía solo 9 o 10 semanas de edad y estaba muy asustado e inseguro".
En el refugio le dieron la bienvenida al pequeño Mowgli con los brazos abiertos y allí el gatito aprendió a caminar por el pasillo guiándose con sus otros sentidos. Pronto, empezó a reconocer toda la casa y se aprendió todos los lugares de memoria.
Y entonces llegó Scarlett
La pequeña mestiza de pug y chihuahua había sufrido necrosis por congelamiento tanto en las orejas como en las almohadillas de las patas, por lo que perdió la movilidad en sus patas traseras.
Cuando Mowgli y Scarlett se vieron por primera vez, fue como si se conocieran de toda la vida.
Enseguida, se convirtieron en mejores amigos. Y desde entonces, comen, duermen, juegan y hacen todo juntos. Algo que ayudó mucho a Scarlett, pues empezó a sentir seguridad, confianza y amor.
Por su parte, Mowgli, aunque no puede ver, siempre sabe en dónde está Scarlett. Y cada vez que esta se acerca, él envuelve sus patas alrededor de su cuello, como si le estuviera dando un abrazo.
A Scarlett le encanta, y nunca pasa un solo día sin que reciba varios abrazos de su mejor amigo.
"Siempre están juntos y juegan sin parar, además, les encanta ir de excursión para visitar hogares de ancianos", afirma Alison. Parece que Mowgli sea el guardaespaldas de Scarlett.
Incluso cuando van de excursión, Mowgli cuida de ella...
Mowgli conoce tan bien a su amiga que parece saber cuando Scarlett necesita un poco de amor y cariño, y de inmediato se acurruca junto a ella.
El vínculo que comparten es tan fuerte, que desmonta, rápidamente, la teoría de que perros y gatos se odian.
Compartiendo sus juguetes
Si bien el refugio no ha vuelto a publicar muchos más momentos aparte de este último, esperemos que ambos sigan disfrutando de esta amistad única.
¡Nos declaramos fans de Scarlett y Mowgli!