El perro cojea de una pierna
Parece bastante obvio, sin embargo, esta pregunta se repite muy a menudo: "mi perro levanta una pata, ¿eso es que está mal? Porque no se queja …"
La cojera tiene varios niveles que dependen de la intensidad del dolor. Existe desde la cojera intermitente con levantamiento esporádico de la pata, hasta la cojera permanente sin que la pierna toque tan siquiera el suelo. Varía también según la localización del dolor en el cuerpo del animal. Un perro que no pone en absoluto la pata en el suelo, seguramente necesite alguna prueba médica para verificar, o no, si existe la presencia de alguna fractura importante que necesite de tratamiento y medicación.
La sensibilidad del perro también entra en juego y es que puede pasar que el perro grite muy fuerte en cuanto se le toca o que aguante el dolor hasta niveles bastante altos.
No obstante, a veces tu perro puede cojear por otros motivos, los cuales debemos descartar antes de alarmarnos. Por ejemplo, sucede que en algunas ocasiones que el perro tiene algo clavado en la almohadilla y eso es lo que le causa el dolor. Si ves que tu perro cojea, empieza por aquí y revisa sus almohadillas para descartar que sea este el motivo.
El perro pone su cabeza contra una pared
Si tu perro apoya la cabeza contra una pared sin ninguna razón aparente, puede que esté sufriendo un trastorno neurológico. Este signo clínico se conoce como "empujar la pared" y, a menudo, refleja un problema cortical. Otros signos que se asocian a este problema son caminatas en círculo y quejas y/o alteración del estado de alerta.
Hay muchas posibles causas que explican este tipo de lesión: traumatismo, tumor, accidente cerebrovascular, hipertensión intracraneal... La consulta con el veterinario es esencial, y lo más normal es que le hagan al perro algunas pruebas adicionales para averiguar qué es lo que realmente le pasa.
El perro inclina la cabeza hacia abajo
Un perro que inclina la cabeza hacia abajo repetidamente puede sufrir, con el tiempo, graves dolores en el cuello. Este tipo de posición se conoce como postura analgésica y también necesita de un tratamiento para evitarle al perro ese dolor de cuello que comentábamos.
También se encuentra dentro de este apartado la fobia a las escaleras y es que un perro, ante esta situación de miedo, congela su cuerpo como medida de defensa y sufre dolor en su columna. Se enfrenta a cada escalera como si fuera una prueba, especialmente si es de bajada, y puede que el animal desarrolle con el tiempo cierta aversión a bajar escaleras. Esta fobia puede llegar a convertirse en trauma y ser irreversible por lo que el perro siempre tendrá miedo al enfrentarse a una escalera.
Si notas que tu perro camina con la cabeza gacha, las extremidades y la espalda congeladas, y mantiene esta postura durante mucho tiempo, llévalo a ver a un veterinario rápidamente: los analgésicos pueden aliviar su dolor durante los ataques de osteoartritis.