Cuando se trata de no tragarse lo que no deben, nuestros perros pueden ser unos auténticos desobedientes, aunque es normal: son criaturas intrépidas y naturalmente curiosas que utilizan su boca como principal herramienta para explorar el mundo que les rodea.
¡Por no hablar de los perros que lo hacen todo añicos!
¿Cómo saber si mi perro se ha tragado algo?
Dependiendo de su naturaleza, la presencia de un objeto en el tracto digestivo de un perro puede desencadenar una amplia variedad de consecuencias.
Para nosotros/as, la preocupación más grande se centra en saber si nuestro perro se ha comido algo que no debería. Y es que, ¿quién puede prever algo así? Lo cierto es que, en nuestra ausencia, es prácticamente imposible.
Además de las debidas precauciones, por supuesto, existen algunos síntomas que pueden hacer saltar las alarmas, como son los vómitos, la diarrea, el dolor abdominal o los problemas de apetito.
Mi perro se ha tragado algo: un diagnóstico difícil
Cuando la hipótesis de ingesta de un objeto extraño nos ronda la mente, bien porque hemos visto a nuestro perro ingerirlo o porque algo nos llama la atención (comportamiento del perro, piezas sueltas por el suelo), el veterinario se basará en la imagenología para establecer un diagnóstico preciso a través de distintas herramientas:
- Radiografía: En una radiografía, desafortunadamente, solo somos capaces de visualizar objetos opacos, como huesos o metal. Sin embargo, sí se pueden observar las consecuencias resultantes de la presencia del objeto en el intestino. La radiografía se presenta como una opción económica y relativamente rápida, aunque no proporciona un diagnóstico preciso.
- Ecografía: a pesar de ser más cara, ofrece mayor precisión para examinar el tracto digestivo y detectar objetos no radiopacos, como cuerdas. Sin embargo, no garantiza la detección completa de todos los elementos.
- Resonancia: es la tecnología más avanzada en exámenes de imágenes, proporcionando una vista tridimensional en secciones. Sin embargo, este tipo de exámenes es costoso y complicado en animales, ya que generalmente requieren sedación.
- Tránsito utilizando sulfato de bario: implica la realización de una serie de radiografías después de administrar al perro un líquido. Este examen es excelente para visualizar objetos en el intestino, puesto que el líquido lo rodea y proporciona una imagen clara de la ubicación de la obstrucción. Sin embargo, la desventaja es que se requiere que el perro permanezca bajo supervisión en la clínica durante medio día o incluso todo el día para obtener las imágenes necesarias.
Finalmente, si la sospecha de un cuerpo extraño es muy sólida, se puede proceder a la llamada laparotomía exploratoria, es decir, una cirugía que implica la apertura del abdomen para explorar internamente al animal.
¿Cómo se trata a un perro que se ha tragado un cuerpo extraño?
La solución implica simplemente la extracción del objeto, aunque para llevarla a cabo, se emplean diversos métodos.
La vía natural
En la mayoría de ocasiones, los objetos ingeridos por el perro se expulsan de forma natural. En este sentido, los laxantes y apósitos intestinales pueden ayudar al animal.
El uso de eméticos (vomitivos) para extraer el objeto está contraindicado, porque a diferencia de los alimentos tóxicos para los perros, existe la posibilidad de que el objeto sólido no pueda realizar el viaje de regreso hacia la boca.
La cirugía
Cuando se requiere una cirugía, esta tiende a ser bastante invasiva, ya que implica la apertura del tracto digestivo, y en ocasiones, es necesario extirpar una parte del intestino dañada por el cuerpo extraño.
¿Cuánto tarda un perro en expulsar un cuerpo extraño?
El tiempo que un perro tarda en expulsar un cuerpo extraño puede variar ampliamente dependiendo del tamaño, tipo y ubicación del objeto.
¿Qué debo hacer si mi perro se ha comido algo malo?
La gestión de casos con cuerpos extraños es un claro ejemplo de la complejidad del trabajo veterinario, ya que el plan de tratamiento puede evolucionar con el tiempo. Por ejemplo, el veterinario puede optar por la cirugía después de varios días de observación.
Así que, a menos que tengas experiencia con tu perro y cierta confianza sobre cómo proceder, es vital organizar el seguimiento directamente con tu veterinario. Cada practicante tendrá sus propios métodos y hábitos para gestionar este caso, pero lo importante es saber confiar en ellos.