¿Cómo se siente un perro cuando se pierde?
Suenan unos fuegos artificiales (aquí puedes comprobar la manera en la que sufre un perro con ellos), ve un gato y sale corriendo detrás de él o encuentra un hueco en la verja de casa y se va a investigar, pierde la noción del tiempo y descubre que está lejos de casa o lejos de su compañero humano.
Empiezan a buscar con la mirada, se les acelera el corazón, comienzan a utilizar la trufa y buscar un olor reconocible, pero no lo logran. Finalmente se desesperan y el miedo empieza a invadirles. A veces, la gente intenta cogerlos y ellos se asustan aún más. Otras intentan cruzar calles y carreteras y los coches les asustan o incluso pueden llegar a atropellarlos.
Cuando llevan mucho tiempo en la calle, pasan hambre y bajan de peso, se hacen huidizos, cogen miedo y desconfían de los humanos cada vez más.
Además, muchas hembras no han sido esterilizadas y al acabar en la calle, son perseguidas por machos y terminan teniendo camadas de cachorros en cada celo, poniendo sus vidas en riesgo y favoreciendo la desnutrición y empeorando día a día su salud.
A fin de cuentas, un perro perdido se siente desorientado, asustado, solo, abandonado, triste y hambriento. Y eso hay que tenerlo muy presente.
Secuelas de un perro perdido al volver a casa
Cuando un perro tiene la suerte de ser encontrado y le llevan de vuelta a su casa, muchas veces tiene secuelas. Miedos que antes no tenía y cambios en su forma de actuar o de reaccionar para con su familia humana.
Algunas de las secuelas más habituales son:
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Hiper apego: necesidad extrema de estar cerca de su compañero humano, de recibir cariño y atención constante e incluso llegar a ponerse tristes durante las ausencias en casa.
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Ansiedad por separación: incapacidad para estar solo en casa, no comer cuando no hay nadie con él, aullar o ladrar constantemente e incluso lamerse compulsivamente pudiendo lastimarse en el proceso.
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Miedo a los extraños: no sentirse cómodo en compañía de desconocidos, no dejarse acariciar y/o coger por los mismos y desconfiar de todo aquel que no sea de casa.
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Malnutrición: pérdida de peso, caída de pelo, problemas estomacales y debilitación del sistema inmune.
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Depresión: pueden llegar a ponerse muy tristes y apáticos por haber estado fuera de su zona de confort.
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Conducta destructiva: rompen cosas en casa al quedarse solos, como muebles o incluso nuestra propia ropa.
¿Cómo afrontar los traumas de tu perro?
Una vez que tu perro vuelva a casa, debes tener paciencia e ir viendo poco a poco cómo le ha afectado el tiempo en la calle y saber cuáles son sus traumas. Tras haberlos averiguado, tienes que tratarlo poco a poco o contactar con un etólogo (especialista en conducta) y/o educador canino, para que te indique cuál el problema de tu perrito y cuál es la mejor forma de ayudarlo
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Lo más importante es tener paciencia, darle mucho cariño y amor y ser muy constante con las pautas que debes seguir para que tu perrete pueda mejorar.
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Hay que formar una estructura jerárquica en casa, demostrar quien el es líder siendo firme (no demasiado duro), y aportándole sensación de seguridad en casa.
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A la hora de dejarlo solo en casa, lo mejor es hacerlo gradualmente, intenta que los tiempos sean muy cortos al principio e ir aumentándolos poco a poco.
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Si tiene conducta destructiva, busca un premio que le guste (por ejemplo, golosinas para perros) y pueda morder cuando le apetezca, como un asta de ciervo o huesos específicos para ellos.
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Sácalo mucho a pasear, haz que corra y haga ejercicio para que llegue más cansado y tranquilo a casa.
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Si necesitase medicación, asegúrate de cumplir rigurosamente las dosis durante la terapia y de hacer el descenso de la medicación de forma gradual para que no se desajuste al final del tratamiento.
Si tu perrete se pierde y cuando vuelva a casa tiene necesidades especiales, no dudes en acudir al veterinario para que te ayude a saber qué le sucede exactamente y cual es la mejor forma de ayudarle.