Las plantas de nochebuena, nativas de México, son parte imprescindible de la decoración navideña en todo el mundo.
En náhuatl, esta planta era llamada cuetlaxóchitl, flor que se marchita, y fue cultivada por los tlatoanis y considerada de gran importancia en el mundo prehispánico, según cuenta Fray Bernardino de Sahagún en la Historia de las cosas de la Nueva España.
Sin embargo, muchos afirman que la flor de pascua, como también se le llama, podría resultar tóxica para los perros y los gatos.
Te contamos qué hay de cierto en esto.
¿La nochebuena es tóxica para los gatos y los perros?
De acuerdo con Pet Poison Helpline, un servicio de atención para el tratamiento de animales de compañía potencialmente intoxicados, esta planta solo es ligeramente tóxica para los animales de compañía, a pesar de su mala fama.
La parte que puede ser dañina es la savia blanca, que contiene sustancias químicas tóxicas para los animales. Según señala la Pet Poison Helpline, el peligro de la flor de nochebuena para los animales de compañía ha sido exagerado en los medios y realmente se trata de una intoxicación moderada.
Si la savia llega a entrar en contacto con la piel o las mucosas de tu gato o perro, podría presentar molestias como enrojecimiento, hinchazón o comezón, pero nada más.
No hay antídoto para la intoxicación por nochebuena, pero no suele ser un problema grave y por lo general no se requiere tratamiento médico.
¿Qué hago si mi gato comió nochebuena?
Como mencionamos, la nochebuena solo es medianamente tóxica y no suele generar síntomas que requieran tratamiento.
Sin embargo, recuerda que la información que te presentamos no sustituye la opinión de un profesional. Varios factores, como la cantidad ingerida, el tamaño de tu mascota, sus alergias o enfermedades particulares pueden cambiar mucho su situación personal.

Si crees que tu gato o perro se intoxicó con nochebuena o alguna otra planta, nunca estará de más consultar con un médico veterinario.
Síntomas de que mi gato se intoxicó
Los síntomas pueden variar según las condiciones de cada animal, el tipo y la cantidad de toxina ingerida. Sin embargo, la presencia de estos síntomas suele ser seña de ingestión de veneno.
1. Exceso de salivación.
2. Vómito y diarrea.
3. Problemas de respiración. A tu gato le cuesta trabajo respirar o tiene tos.
4. Mareos.
5. Convulsiones o espasmos involuntarios.
6. Hemorragias.
7. Tiene mucha sed.
8. Hinchazón del abdomen.
9. Cansancio.
10. Pupilas dilatadas.
11. Piel irritada.
Si tu gato presenta uno o varios de estos signos, acude pronto al veterinario.