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gato con bulto en lomo

¿Le notas un pequeño bulto a tu felino?

© VeronikaSmirnaya / Sutterstock

Mi gato tiene un bulto en el lomo: ¿Qué es? ¿Qué hago?

Por Isabelle Vixège Veterinaria

Publicado el

Un día sin más estás acariciando a tu gato y, ¡sorpresa! Tiene un bulto en el lomo. ¿Es grave? No necesariamente, los tipos de bultos y sus causas son variados. 

 

Para obtener un diagnóstico preciso sobre la bola que le ha salido a tu gato en el lomo, tendrás que acudir a tu veterinario. El aspecto de la masa, su consistencia y la rapidez de su aparición son elementos importantes que solo un profesional sabe interpretar.

Mi gato tiene un bulto en el lomo: ¿qué es?

En realidad, son varias las afecciones que pueden causar bultos debajo de la piel de tu gato. Sus causas pueden ir de las más cotidianas (acumulación de pelo, quiste) a las más serias, que necesitan tratamiento quirúrgico. 

Posibles causas de bultos en gatos

Normalmente, los bultos pueden tratarse de:

  • Abscesos (acumulación de material purulento);
  • Reacciones a una vacuna, medicamento o inyección;
  • Tumores benignos, como lipomas (bolas de grasa);
  • Tumores malignos, tales como el fibrosarcoma.

Sin pretender nunca sustituir la sabiduría de un profesional, el examen del nódulo detectado puede hacerte una idea sobre la urgencia de la situación

©TSViPhoto /Sutterstock

Tipos de bultos en gatos

A continuación proponemos una lista de los tipos más comunes de bultos en gatos. Por suerte, todas ellos tienen tratamiento (en principio), en especial en los casos en los que el bulto se diagnostica de forma precoz antes de que termine agravando seriamente la salud del felino.

Pelos pegados

Antes de poner el grito en el cielo, asegúrate de que tu gato no tiene un nudo de pelo enredado en el pelaje. A algunos gatos mayores les cuesta asearse y su pelo tiende a formar nudos. 

Si es tu caso, intenta desenredarlo o córtalos con unas tijeras o con un cepillo especiales para gatos. ¡Cuidado con la piel!

Los abscesos: ¿qué son?

Un absceso es el resultado de una infección; se trata de una bolsa llena de pus que se va acumulando en el tejido de tu animal.

¿Cómo reconocerlos? Son una masa caliente, dolorosa y de rápido crecimiento.

Los abscesos pueden producirse tras una herida o la mordedura de otro congénere. Suelen, por tanto, afectar más a los gatos que salen a la calle. 

En general, suelen producirse en la zona inferior de la espalda, cerca de la base de la cola. Si crees que tu gato puede tener uno, pide cita en tu veterinario: un tratamiento demasiado tardío podría provocar una necrosis de la piel y una larga cicatrización

En la clínica realizarán una incisión para evacuar el pus acumulado. 

En función del tamaño del absceso, de su evolución, podrán darle varios puntos de sutura y prescribirle un tratamiento antibiótico. 

Gatito dolorido. ©Okssi / Sutterstock

Reacción a una vacuna o infección

Tras una vacuna, a tu gato se le puede inflamar la piel en la zona de la inyección. Normalmente, es indolora y suele desaparecer en unas cuantas semanas. Si no es el caso, acude a tu clínica veterinaria. 

Bultos de grasa

Los lipomas son bolas de grasas formadas bajo la piel y frecuentes en gatos de mediana y avanzada edad. Es una de tantas causas de presencia de bultos en gatos

Un tumor 

Los nódulos indoloros y que crecen de tamaño poco a poco orientan la posibilidad de un tumor. ¡Ojo! No tiene por qué ser un tumor maligno, pero acude a tu veterinario cuanto antes. 

En caso de tratarse de un cáncer, cuanto antes se diagnostique y se trate, más opciones de cura tendrá el animal

Cáncer en gatos: síntomas y posibles tratamientos

Cuando acudas al veterinario, puede que lo que le diagnostiquen a tu mascota sea un fibrosarcoma (cáncer). Este diagnóstico se obtiene después del análisis histológico (microscópico) de un fragmento del tejido del gato tras una biopsia o tras la extracción del bulto. 

El fibrosarcoma se manifiesta en gatos adultos de entre 6 y 10 años y afecta a un felino de cada 10 000. 

El tamaño del nódulo puede variar. Al cabo de un tiempo, la piel puede debilitarse y el fibrosarcoma puede ulcerarse y sangrar. 

Aunque se puede localizar en cualquier parte del cuerpo, se suele reproducir en la zona situada entre el omóplato.

En resumidas cuentas, se trata de un cáncer agresivo que tiende a infiltrarse en los tejidos que hay a su alrededor. Por ello, se suele realizar un escáner para conocer el alcance exacto del tumor. 

La metástasis, y más particularmente la metástasis pulmonar, es posible pero poco común. Sin embargo, la reincidencia local del tumor tras la cirugía sí es más frecuente

©Unai Huizi Photography / Sutterstock

El tratamiento se basa en la intervención quirúrgica y la radioterapia, que consiste en un alambre de iridio radioactivo que bombardea la zona afectada con rayos. Sin radioterapia, los fibrosarcomas se vuelven a reproducir a los 2 años.

El origen del cáncer en gatos todavía estar por elucidar. Se cree que es producto de una reacción anormal del organismo a las agresiones subcutáneas, como inyecciones (vacunas), y de otras heridas. El fibrosarcoma solo afectaría a gatos con un sistema inmunológico débil.  

Los bultos bajo la piel no deben, pues, tomarse a la ligera. Un tratamiento precoz es siempre preferible. ¡Pide cita sin pensártelo!

 

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