El origen de los gatos siameses origen se ubica en Tailandia, conocida antiguamente como el reino de Siam -de el nombre-, y se dice que su crianza se inició hace más de 500 años en los palacios y templos de las familias reales de este país del sudeste asiático.
Estos son algunos de los rasgos que caracterizan a la raza:
- Color del pelaje: Los gatos siameses tienen un pelaje corto y sedoso con un patrón de colorpoint, lo que significa que su cuerpo es de un color más claro mientras que las extremidades, la cola, las orejas y la cara son más oscuras.
- Color de ojos: Tienen ojos azul intenso, que contrastan vívidamente con su pelaje.
- Cuerpo esbelto: Los siameses son gatos elegantes y esbeltos con extremidades largas y delgadas.
- Cabeza triangular: Tienen cabezas distintivamente triangulares con orejas grandes y puntiagudas.
- Personalidad vocal: Los siameses son conocidos por ser gatos muy vocales y expresivos. A menudo, disfrutan comunicándose con sus dueños mediante maullidos y ruidos.
Los comenzaron a llegar a Occidente a finales del siglo XIX. En 1880 ya había ejemplares de siameses en Europa, siendo Inglaterra el país en el que más se extendió su crianza -normalmente entre familias acaudaladas interesadas en esta raza oriental tan particular-, y una década más tarde, ya en 1890, llegaron a Estados Unidos.
A continuación se presentan las enfermedades más comunes de esta raza de gatos, según el veterinario José Javier González, de la Clínica Veterinaria Vet&Vet.
Las enfermedades de los gatos siameses más comunes
Estrabismo congénito
Los gatos siameses son propensos a sufrir estrabismo y existen múltiples estudios sobre las razones genéticas por las que existe un alto porcentaje de gatos bizcos en su raza.
Generalmente, se 'culpa' de este defecto genético a la reproducción entre gatos de la misma familia o consanguíneos -fue esta la causa de su rápida multiplicación por Europa-, aunque también se han estudiado otras razones.
Un artículo publicado por la Clínica Veterinaria Sagrada Familia apunta que el estrabismo convergente (los ojos hacia adentro), frecuente en los gatos siameses, es una tara ocasionada por un desarrollo anormal de la estructura responsable de recibir la información visual que entra por la retina. "Esto también ocurre en ciertos animales albinos", señala este estudio.
Pero, ¿los gatos siameses ven bien? La respuesta es sí. Por lo general, los siameses con estrabismo congénito llevan una vida normal y no necesitan ningún tipo de tratamiento.
En este sentido, y según el libro 'Gato Siamés', de Denise Jones, el defecto genético de los siameses les hace sufrir visión doble, por lo que el estrabismo es su forma de subsanar esta duplicación visual.
"El estrabismo es típico de esta raza, pero no puede considerarse una enfermedad, es más bien una característica habitual de estos gatos", explica José Javier González.
Cierto es que existen técnicas quirúrgicas para corregir este defecto, pero no se recomiendan en absoluto. Una operación solo es aconsejada cuando el estrabismo ha sucedido por alguna razón a lo largo de la vida del gato -no congénito-, o cuando su visión está en peligro o seriamente comprometida.
Nistagmo en gatos siameses
El nistagmo en gatos se refiere a un movimiento involuntario e incontrolado de los ojos, que puede manifestarse como oscilaciones, movimientos rápidos o movimientos lentos y repetitivos. Este fenómeno puede ser causado por varias razones y puede tener diferentes grados de severidad.
Algunas posibles causas son:
- Problemas genéticos: Algunos gatos siameses pueden tener predisposición genética a ciertos trastornos neurológicos que podrían contribuir al nistagmo.
- Problemas del oído interno: El nistagmo a veces está asociado con problemas en el oído interno, como infecciones, inflamaciones o trastornos vestibulares.
- Problemas neurológicos: Lesiones o problemas neurológicos, como la encefalitis o problemas en el cerebelo, también podrían desencadenar nistagmo.
- Toxicidad: La ingestión de sustancias tóxicas o medicamentos incorrectos también puede llevar a síntomas neurológicos, incluido el nistagmo.
- Problemas en los músculos oculares: En algunos casos, el nistagmo puede estar relacionado con problemas en los músculos que controlan el movimiento ocular.
Cuando un gato siamés presenta nistagmo, es crucial llevarlo al veterinario para un examen adecuado. Un veterinario podrá realizar pruebas y evaluaciones para determinar la causa subyacente del nistagmo y recomendar un plan de tratamiento apropiado.
Cáncer de mama
Las gatas siamesas de edad adulta suelen padecer quistes mamarios. La mayoría son benignos, pero algunos se pueden convertir en cancerígenos.
Es por ello que hay que estar muy al tanto de estos problemas y acudir con regularidad a las citas con el veterinario para controlar y analizar posibles quistes, en el caso de que aparezcan. El profesional decidirá operar si detecta que el tumor es maligno.
"El siamés es una raza en la que solemos encontrar masas mamarias de forma común, probablemente por la intensidad de sus celos. Se trata de una causa patológica hormono-dependiente", explica González.
Con una visita al veterinario cada seis meses se estará previniendo y localizando este problema a tiempo, si es que sucede.
Alopecia psicógena
Los gatos siameses tienden a ser nerviosos. Son gatos curiosos a los que no les gusta estar solos.
Además, el aburrimiento al estar solos les puede generar ansiedad y nerviosismo, que pueden llevar a la aparición de trastornos compulsivos.
Uno de ellos se centra en la obsesión desmedida por el acicalamiento propio. Se lamen a todas horas porque no saben qué hacer y este roce constante a la hora de relamerse les provoca calvas en el pelo.
También, y de forma indirecta, la excesiva ingesta de pelo puede causarles problemas intestinales.
Leucotriquia en gatos
Los gatos siameses también pueden experimentar un fenómeno conocido como leucotriquia periocular, en el que los pelos en la zona de los ojos se tornan blancos debido a la despigmentación, de acuerdo con algunos casos estudiados por veterinarios.
Esta transformación puede deberse a situaciones como:
- malnutrición
- alteraciones durante el periodo de gestación
- periodo de cremiento acelerado en gatitos
- alguna enfermedad sistémica
Enfermedad vestibular
Otra de las enfermedades de los gatos siameses es esta alteración neurológica que suele estar causada por problemas genéticos.
Está relacionada con el nervio que conecta el oído interno. Le produce mareos y pérdidas de equilibrio. Suele durar poco tiempo y curarse por sí solo.
En caso de mostrarse recalcitrante, esta enfermedad debe ser tratada por el veterinario.
"La causa es por selección genética en la mayoría de casos o, mejor dicho, la mayoría de las enfermedades de los siameses están ligadas a los genes", apunta González.
Hidrocefalia
Es, quizás, la más preocupante de todas las enfermedades de los gatos siameses. Se debe a una alteración genética que hace que el gato acumule líquido cefalorraquídeo en el cráneo, lo que puede causar daños irreversibles en su cerebro.
El veterinario debe atenderle de inmediato.
También se puede notar en dificultades de aprendizaje, problemas de conducta e incluso convulsiones. Esta enfermedad suele ser congénita y los síntomas comienzan a aparecer entre las ocho y doce semanas de edad.
Asma bronquial felino
Es un proceso respiratorio, crónico, que puede afectar a gatos de cualquier edad y raza, aunque parece que en los siameses y birmanos hay una incidencia mayor.
La afección consiste en un cuadro de tos, estornudos, disnea e insuficiencia respiratoria.
Los siameses presentan una bronquitis más crónica y progresiva que pacientes de otras razas. El proceso suele comenzar entre los dos y los ocho años de edad y afecta con más frecuencia a las hembras.
Cómo prevenir los problemas de salud de los gatos siameses
Las patologías vistas hasta ahora no son las únicas, pues los gatos siameses pueden sufrir también de las mismas enfermedades que cualquier otro gato.
José Javier González apunta que los siameses pueden gozar de un estado de salud óptimo si se vigila su alimentación y se les presta la atención que requieren.
Sus problemas de salud llegan normalmente a consecuencia de enfermedades heredadas genéticamente, por lo que las visitas al veterinario deben ser parte de su rutina.
Además, como con cualquier otro gato, la higiene es primordial. Hay que mantener limpia su caja de arena y también sus ojos, orejas, dientes y cola.
En cuanto a su alimentación, debe seguirse el consejo del veterinario, para que esta responda a las necesidades de su edad, peso y otras condiciones de salud específicas.