En el imaginario colectivo, los perros y los gatos no se llevan muy bien, que digamos.
Sin embargo, este dúo echa por tierra esta idea preconcebida.
Un dúo muy cómplice
Como reveló el sitio The Dodo, Simba era muy feliz en su familia. Un buen día, sus humanos tuvieron la idea de adoptar a Thor, un cachorro lleno de energía.
Aunque el pequeño cánido buscaba su atención constantemente, Simba se mantuvo tranquilo con el pequeño en todo momento y siempre se mostró dispuesto a jugar con él.
Crecen juntos
Con el tiempo, la complicidad de los dos animales no ha hecho más que crecer, incluso ahora, que Thor se ha convertido en un perro muy imponente.
Ante una amistad tan especial, sus cuidadores decidieron abrir una cuenta de Instagram para mostrar la increíble conexión que comparten.