¿Por qué un perro es nervioso?
Esta es la primera pregunta que se hacen muchos propietarios de perros, ¿por qué mi perro es tan nervioso? Es cierto que un perro nervioso puede estar muy influenciado por su raza y genética. Existen razas de perros muy activas y enérgicas que tienden a la locura, y es muy difícil hacer que se relajen si no tenemos las herramientas adecuadas, por lo que si tienes idea de adoptar a un perro, informarte sobre qué tipo de perro se ajusta mejor a tu estilo de vida.
Además del factor genético, muchas otras condiciones favorecen el desarrollo de un perro nervioso. Muchas veces, un perro nervioso es un perro estresado. Estos animales se sienten frustrados ya que tienen mucha energía acumulada que necesitan liberar de alguna forma.
El problema viene cuando vuelcan toda esta energía en miedo, ansiedad y/o agresividad, resultando en problemas de comportamiento que, probablemente, precisen atención profesional de un etólogo o educador canino. Debes repasar tu rutina diaria y valorar si tu perro pasa demasiado tiempo sólo en casa, sus paseos son cortos y de baja intensidad, tiene alguna fobia/miedo, etc.
Es importante centrarnos en solucionar el nerviosismo en el perro ya que esta situación, de forma prolongada en el animal, puede desencadenar problemas de salud secundarios al incremento de las hormonas del estrés (cortisol) en el torrente sanguíneo.
Síntomas de un perro es nervioso
Como hemos mencionado, hay perros más activos y enérgicos que otros (dependiendo de factores genéticos y ambientales), y esto no es un problema si el humano sabe gestionar y compartir este nivel de actividad. El problema viene cuando esta intensidad no se controla y se traduce en un perro que sufre ansiedad y está estresado.
Ante la pregunta de ‘¿Cómo saber si tengo un perro nervioso?’, quizá estas pautas te ayudan a reconocerlo:
-
Un perro nervioso puede tener un comportamiento obsesivo. Puede rascarse continuamente, oler o lamer el suelo compulsivamente, ladrar, lloriquear, etc.
-
Algunos perros nerviosos tiemblan, y en este caso suele ser por miedo. También pueden babear y lamerse los belfos y la trufa de forma repetida.
-
Un perro nervioso, ante un estímulo que le causa miedo, tratará de huir y alejarse de esa situación.
-
También podemos encontrarnos las dos caras opuestas, perros inquietos que no paran, van de un lado a otro e incluso, son destructivos con muebles, objetos, etc. O, por otro lado, perros que se quedan quietos como estatuas cuando se ponen nerviosos, tratando de mirar hacia otro lado evitando la situación estresante, incluso preparándose para reaccionar de forma agresiva si invadimos su espacio.
-
Perros que pierden mucha cantidad de pelo nos puede indicar que están estresados. Esto es frecuente cuando acuden al veterinario.
-
Metabolismo muy acelerado. Son perros que irradian calor, tienen un ritmo respiratorio y cardiaco rápido, temperatura corporal elevada y suelen ser delgados.
-
Por último, perros que lloran cuando se quedan solos, vuelcan ese nerviosismo en la ansiedad por separación. Son perros muy dependientes de sus dueños que no saben qué hacer cuando no hay humanos cerca.
Trucos para relajar a un perro nervioso
Vamos con la guinda del pastel, qué podemos hacer para relajar a un perro nervioso. A continuación, te mostramos las claves básicas para trabajar con tu perro el nerviosismo y aprender a controlarlo:
Paseos diarios adaptados a su nivel de energía
Perros jóvenes o perros muy activos, necesitan descargar energía y para ello, lo mejor es el ejercicio físico. Existen una serie de señales de que tu perro necesita hacer más ejercicio que te ayudarán a reconocer si la rutina de paseos que recibe es insuficiente.
Un buen paseo mantendrá a tu perro estimulado mental y físicamente, además fortalecerá el vínculo entre ambos haciendo que paséis más tiempo juntos. Un perro que haya paseado lo suficiente, se mostrará mucho más tranquilo en casa y será más receptivo, es decir, será más fácil educarlo para que sea más obediente. Durante el paseo es importante ser activo, pero también relajado y marcando ciertas reglas para no perder el control.
Reflexiona sobre tu estado de ánimo
Muchas veces volvemos a casa estresados del trabajo, enfadados e inestables. Nuestro perro es capaz de percibir toda esta energía por lo que podemos ser la fuente de su desequilibrio. Trata de tranquilizarte, ya que él reflejará lo que percibe, y si el ambiente es relajado, será más fácil que él esté en calma.
Evita jugar de forma enérgica en casa
No se trata de ignorar a tu perro en casa y no jugar con él, pero sí de dejar los juegos muy estimulantes para cuando estéis fuera. Por ejemplo, si se excita mucho cuando le lanzas la pelota, hazlo sólo cuando vayáis al parque o a la playa, y trata de guardarlas (sin que las tenga a su alcance) cuando estés en casa.
Mantenlo entretenido mentalmente
No sólo cuenta el ejercicio físico, el ejercicio mental puede ser tu mejor aliado. Para ello, en casa puedes utilizar juguetes que lo mantengan entretenido por mucho tiempo (como por ejemplo el famoso Kong), otra idea es dispersar comida por el jardín (bolitas de pienso, por ejemplo) y deberá olfatear para encontrarlas. Son varios los juegos de olfato para perros divertidísimos contra el aburrimiento que puedes utilizar.
En la calle, si tu perro es sociable, la mejor forma de utilizar la mente es relacionarse con otros perros, o también puedes practicar trucos de obediencia, etc. De lo que se trata es de evitar el aburrimiento y, por lo tanto, la frustración.
Acude a tu veterinario
Puede que tu perro esté muy nervioso porque presenta alguna dolencia. Acude a tu veterinario para que examine al peludo y te aconseje sobre este problema.
Esperamos que este artículo pueda ayudarte a gestionar a un perro nervioso, aunque queremos destacar que la mejor opción es contactar con un profesional en etología o educación canina para que determine la fuente de nerviosismo y establezca las herramientas correctas en el caso de tu compañero peludo.