¿Qué hago si mi perro se marea?
Las medidas que podemos adoptar ante el mareo en perros van a depender de la causa que lo origine y del momento en el que ocurre. Es decir, no es lo mismo un caso de mareo porque hay un problema de oído, que si nos encontramos ante un perro con un problema de comportamiento que sufre gran estrés. Tampoco es lo mismo si el mareo ocurre al viajar en el coche, o si ocurre en la consulta del veterinario.
Independientemente de las causas, queremos darte las herramientas básicas para ayudarte en este problema por lo que algunos trucos pueden ser:
Acostumbrarlo a los viajes
En la edad de cachorro, los perros son más sensibles a marearse en el coche. Los cachorros tienden a ser nerviosos por lo que el movimiento del coche sumado a su inquietud, deriva en un mareo y, por lo tanto, una experiencia negativa en el coche.
Podemos tratar de solucionar este problema cuando todavía son jóvenes, ya que si no arrastraremos el problema hasta que sean adultos. Desde Wamiz te recomendamos la “sensibilización” de forma progresiva para tratar este problema, por lo que el artículo ‘El aprendizaje del perro por habituación o sensibilización’ te puede interesar.
Debemos acostumbrar a nuestro cachorro al espacio del coche, el ruido y el movimiento muy poco a poco, de modo que primero comenzaremos con el coche parado simplemente para que acepte el coche como algo seguro y positivo. Más tarde podemos encender el motor y acompañarlo para que no se ponga nervioso. Por último, pondremos el coche en movimiento, comenzando por desplazamientos cortos y poco a poco, aumentar la distancia.
Usa feromonas
Tanto si se marea en el coche, como si ocurre en otras situaciones, un buen aliado puede ser el uso de DAP (Dog Apaising Pheromones) es decir, el uso de feromonas.
Estas feromonas imitan a las que segrega la madre con sus cachorros por lo que conseguiremos llevar al perro a un ambiente de calma y tranquilidad, eliminando el miedo más fácilmente. Es importante destacar que el uso de DAP no sustituye el trabajo con el perro para solucionar ese problema de comportamiento, junto con el apoyo del refuerzo positivo.
Uso de fármacos
Si mi perro se marea y no puede corregirse de manera conservadora el malestar del perro, podemos ayudarnos de la farmacología. Siempre aconsejado por un veterinario que supervise el tratamiento, podemos utilizar antieméticos (fármacos que eliminan la sensación de náusea y vómito) en momentos puntuales como, por ejemplo, viajes largos en coche.
También podemos utilizar fármacos que favorezcan la relajación si el mareo ocurre a raíz del miedo/nerviosismo/estrés. Estos fármacos estimulan los centros nerviosos para llevar al perro a un estado relajado. Eso sí, desaconsejamos totalmente la sedación ya que, aunque el perro parezca tranquilo, es consciente de la situación en todo momento, y la incapacidad de reacción de su cuerpo puede estresarlo todavía más.
Existen complementos naturales que favorecen este estado de calma sin afectar de forma negativa a la consciencia del animal. Resultan muy efectivos en viajes, visitas al veterinario, para quedarse solos en casa, etc.
Causas por las que un perro se marea
Cómo hemos mencionado anteriormente, el mareo puede desencadenarse a raíz de dos causas o con la combinación de ambas.
Causas anatómicas
A nivel anatómico, la estructura del oído medio e interno del perro se encarga del equilibrio. En esta zona nos encontramos una serie de “huesecillos” y fluidos que participan en lo que se conoce como la “propiocepción”, es decir, el sentido que comunica al cerebro la localización de cuerpo en el espacio que ocupamos.
Cuando estos huesecillos y fluidos del oído (conocido en su conjunto como aparato vestibular) están en reposo y en buen estado, el animal es capaz de mantener el equilibrio y no tiene la sensación de mareo.
En cambio, cuando estos se desajustan y alborotan, el cerebro recibe una información confusa que estimula los centros del vómito en el bulbo raquídeo. A partir de ese momento, el perro sentirá náuseas, mareo y malestar que no cesará hasta que se estabilice el oído y/o aparato vestibular.
Causas ambientales y/o comportamentales
Otra causa por la que mi perro se marea radica en un factor ambiental y de comportamiento. Ya sea por malas experiencias, por nerviosismo, miedo o desconocimiento, un perro puede estresarse mucho en determinadas situaciones (viajar en el coche, visitar al veterinario, bañarse, etc.) y llegar a marearse.
Todo esto puede relacionarse con que comienzan a hiperventilar (jadeo excesivo), y no oxigenan correctamente. También con una subida de tensión y de presión sanguínea, si tienen el estómago lleno, el aumento de movimiento y nerviosismo estimulará el centro del vómito, etc.
Signos de mareo en el perro
Es muy importante saber reconocer las señales que me avisan que mi perro se marea para poder controlarlo.
Hay que destacar que no tiene porqué mostrar todos los síntomas, y pueden darse sólo algunos de ellos. Lo que sí es extraño es que no muestre un comportamiento previo antes de marearse. Si esto ocurre, debes acudir a tu veterinario para que diagnostique la causa de ese vómito/mareo sin antecedentes.
Los signos de mareo en perros más frecuentes son:
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Inquietud. Un perro mareado andará de un lado a otro, agitado e incómodo. Notaremos esa ansiedad de malestar que siente debido a la aparición de angustia y nauseas.
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Jadeo excesivo. Si un perro se marea es frecuente que comiencen a jadear sin control, ya que su ritmo cardiaco se acelera y su temperatura corporal se eleva. Por lo tanto tienden a hiperventilar para perder calor y compensar la taquicardia.
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Hipersalivación (sialorrea o ptialismo). Se trata del aumento del volumen de saliva que se muestra con un babeo excesivo.
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Deglución continua. La combinación de babas y angustia harán que el perro tienda a tragar constantemente.
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Arcadas. Podemos confundir con un carraspeo ya que el perro emite una pequeña tos acompañada de un intento de vómito sin éxito.
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Temblores. Esta es una muestra de estrés y nerviosismo descontrolado.
Lo más importante en estos casos es mantener la calma. Si nos ponemos nerviosos ante la situación; le transmitiremos a nuestro perro todo nuestro estrés, y eso no es bueno.