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perro con bursitis

Perro enfermo en el veterinario

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¿Qué es la bursitis en perros?

Por Sindy Bustamante Redactora

Actualizado el

En el siguiente artículo hablaremos de qué es y cuáles son las causas de bursitis, así como los síntomas y el tratamiento de bursitis en perros.

Los perros son sensibles a padecer multitud de problemas locomotores, no solo relacionados con huesos o músculos directamente, sino también con estructuras asociadas que actúan como mecanismo de unión entre huesos, músculos, tendones y ligamentos. 

Entre estas enfermedades del aparato locomotor encontramos la bursitis. Esta consiste en la inflamación de la bursa, una estructura en forma de bolsa con líquido en su interior, que lubrica, amortigua y protege las articulaciones. En definitiva, procura una buena relación entre huesos, músculos y tendones de una misma articulación. 

¿Qué es la bursitis en perros?

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Como ya hemos mencionado anteriormente, la bursitis consiste en la inflamación de la “bursa”, que es la estructura (bolsas sinoviales rellenas de líquido) encargada de la amortiguación de los huesos, tendones y músculos involucrados en cada articulación. Cuando estas bolsas sinoviales rellenas de líquido se inflaman, ocurre la bursitis, lo que puede causar dolor al animal y limitación del movimiento. 

La bursitis es más frecuente en perros de razas grandes y/o gigantes, aunque cualquier perro puede padecerlo. La causa principal es que aparezca secundaria a un traumatismo, puede ser un golpe fuerte o un trauma repetido, como por ejemplo, descansar sobre una superficie dura durante mucho tiempo o realizar saltos de gran altura con frecuencia (perros de trabajo, por ejemplo). 

También, aunque en raras ocasiones, puede aparecer por presencia de una enfermedad autoinmune (enfermedad donde las células del sistema inmunitario del animal atacan a su propio organismo) que afecta a las articulaciones y se depositan células inflamatorias en la bursa. 

La bursitis en perros también cuenta con factores de riesgo como la edad (suele darse en perros mayores y/o geriátricos) o la obesidad, ya que la carga excesiva de peso en las articulaciones provoca el desgaste y sobre esfuerzo de las estructuras. 

Síntomas de bursitis en perros

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La bursitis en perros suele afectar a las articulaciones de codo (la más frecuente), rodilla y en raras ocasiones, a la articulación del corvejón (tarso). La manifestación de los síntomas va a variar según cada perro y según la causa que haya originado el problema. No obstante, en la siguiente lista se reúnen algunos de los signos más frecuentes de bursitis en perros:

  • Bulto en la articulación. Podemos visualizar directamente un bulto en la articulación que se corresponde con la inflamación de la bursa. Si lo palpamos, notaremos una consistencia blanda y fluida, como un globo lleno de líquido.

  • Dolor. El perro puede sentir dolor y rechaza tumbarse sobre esa extremidad, se lame la zona y/o no nos deja tocar la articulación. Si la bursa está infectada, la sensación de dolor es muy intensa.

  • Cojera. Bien por dolor o porque tienen limitado el rango de movimiento, el perro puede cojear y evita realizar desplazamientos. 

  • Drenaje de líquido. Si la bursa se encuentra muy inflamada, incluso infectada, pero el perro continúa utilizando la articulación con normalidad (está sufriendo traumatismos leves pero constantes), puede hacer que la bursa se rompa y drene el líquido almacenado. El drenaje de líquido puede ser directamente al exterior, a través de una herida, lo que supone un riesgo de infección, o bien podremos palpar acumulación de líquido bajo la piel, en localizaciones aleatorias. 

  • Falta de apetito. El malestar general, la incomodidad y el dolor pueden derivar en que nuestro perro no quiera comer y se muestre apático.

Tratamiento contra la bursitis en perros

Es importante establecer el tratamiento para la bursitis en perros, ya que resulta una condición muy incómoda para el animal y debemos evitar complicaciones asociadas. Existen distintas formas para el tratamiento de bursitis en perros y una buena opción es realizar combinaciones entre ellas.

En la siguiente lista resumimos algunas de ellas:

  • Tratamiento médico. Una buena opción es instaurar un plan terapéutico que incluya antiinflamatorios, normalmente del grupo AINE’s para reducir la inflamación de la bursa. También pueden utilizarse corticoides en caso de que no exista respuesta a los AINE’s (o no se puedan utilizar por otras condiciones, por ejemplo un fallo renal). Si además de inflamación existe infección, puede estar indicada la administración de antibióticos, lo mejor es tomar una muestra del líquido de la articulación para determinar qué bacterias están presentes. 

  • Vendaje o Protector Articular. El vendaje realizará compresión (evitando que la inflamación vaya a más) y protegerá a la articulación de los golpes. Suele realizarse un vendaje denominado tipo donut. Existen protectores diseñados para este fin que sustituyen el vendaje, adaptados a la articulación afectada y al tamaño del perro y confeccionados con tejidos muy resistentes.

  • Drenaje. Si la bursitis está muy avanzada, el veterinario puede considerar necesario el drenaje de la bursa. Suele realizarse con la punción directamente de la aguja, que permitirá la salida de líquido, o apoyado con una jeringuilla para extraer manualmente. Aunque se trata de una medida rápida y efectiva, no resuelve el problema (ya que la bursa continuará inflamada) por lo que debe combinarse con un tratamiento médico y vendaje. 

  • Cirugía. En ciertos casos donde hay una infección muy extendida, como cuando existe una comunicación a través de una herida exterior, o si se trata de una bursitis que no resuelve con otros medios, puede estar indicada la cirugía. 

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Recomendaciones para perros con bursitis

Para la bursitis en perros, el tratamiento de elección es la prevención o si ya está instaurada, el acondicionamiento. Es importante que nuestro perro descanse sobre superficies blandas, sobre todo si son perros mayores, ya que sus codos y rodillas pueden lesionarse. Si frecuenta zonas de jardín, evita que se tumbe sobre cemento o madera, en su lugar procura que tenga césped o tierra que amortigua la carga de peso.

Si nuestro perro ya padece bursitis, es recomendable un periodo de reposo durante el tratamiento. Realiza paseos controlados (con correa), evita carreras, saltos o cualquier otro traumatismo que debilite la articulación.

Evita a toda costa la obesidad, además de participar en muchos otros problemas de salud, complicará gravemente el pronóstico y retrasará la recuperación.

Por último, nos gustaría destacar que la bursitis en perros precisa atención por parte de un profesional. Acude a tu veterinario para que guíe el tratamiento, te asesore y supervise la evolución. Se trata de una condición fácil de controlar pero con muchas complicaciones al acecho.

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