El nacimiento de las crías es un fenómeno realmente fascinante, sea cual sea la especie animal. Pero, por otro lado, es uno de los momentos más peligrosos en la vida de una hembra.
El parto es muy agotador para la gata y siempre existe el riesgo de que algo salga mal y se ponga en peligro su vida y la de sus crías. Por lo tanto, lo mejor es esterilizar a la gata para evitar embarazos y crías no deseados.
No obstante, si la felina ya está preñada, hay que informarse sobre cómo es el parto de una gata y cómo ayudarla.
¿Cuánto dura el embarazo en una gata?
El embarazo en una gata dura algo más de nueve semanas, y su duración puede variar ligeramente; depende de factores como el número de fetos o la predisposición individual, entre otros. Los ligeros aplazamientos en la fecha del parto de una gata no suponen ningún problema y no se asocian a un riesgo de muerte neonatal.
Por lo general, la camada en las gatas consta de tres a cinco crías, aunque pueden ser menos o más. El peso de los gatitos debe rondar los 90-120 g.
Señales del inminente parto de una gata
Cuando el embarazo de una gata está llegando a su fin, la gata busca una guarida adecuada y segura en la que puedan nacer sus crías. Al sentir que se acerca el parto, la futura madre pasa cada vez más tiempo allí. Y el día del parto, no sale de su guarida.
No es raro que las gatas que están emocionalmente muy unidas a sus humanos y confían mucho en ellos, se muestren más cariñosas antes del parto.
Incluso puede ocurrir que algunas elijan la cama de sus humanos como lugar para dar a luz, porque les parece que es el lugar más seguro de toda la casa.
Durante la última fase del embarazo, las glándulas mamarias de la gata se agrandan considerablemente para producir suficiente alimento para las crías que está a punto de parir. Antes del parto propiamente dicho, pueden empezar a secretar leche.
Cuanto más se acerca el día del parto de una gata, más inquieta se vuelve. A menudo ocurre que la gata pierde el apetito, a pesar de haber estado consumiendo grandes cantidades de comida durante el embarazo.
Unos días antes del parto de una gata, puede notarse un descenso del abdomen: antes sobresalía más hacia los lados, pero ahora se vuelve flácido. Este es un síntoma claro de que el parto de la felina es inminente.
Cómo empieza el parto de una gata
Puede pasar mucho tiempo, incluso un día entero, entre las primeras señales claras de que una gata está a punto de parir y el inicio del parto.
El final de la gestación y el inicio del parto de una gata se señalan mediante:
- Nerviosismo de la futura madre.
- Respiración acelerada.
- Calambres y dilatación del cuello del útero (se puede ver/sentir la tensión en el vientre de la gata)
- La gata se lame intensamente.
- Las contracciones uterinas, al principio muy débiles e infrecuentes, se vuelven más fuertes y frecuentes. La hembra puede cambiar de posición con frecuencia, lo que sin duda indica el dolor que experimenta. Por esta razón, puede incluso maullar con fuerza.
¿Cómo es el parto de una gata?
El primer gatito debería aparecer hasta dos horas después de que las aguas fetales hayan desaparecido.
La mejor posición para el parto es que la cabeza del bebé salga primero, y estadísticamente suele ser así. A veces, sin embargo, el gatito sale del tracto del parto de espaldas, con las extremidades pélvicas rectas o enroscado bajo sí mismo.
En cuanto nace el gatito, la madre empieza a lamerlo a conciencia, y al hacerlo muerde el cordón umbilical. La gata lame con especial intensidad el hocico, la barriga y la zona anal y genital del recién nacido.
No hay que alarmarse por ello, ya que es un comportamiento perfectamente normal. Las membranas fetales suelen romperse durante el parto, pero si esto no ocurre, la madre rompe la vejiga fetal con los dientes.
Las siguientes crías nacen con una diferencia de media hora, aunque no es siempre así.
Los intervalos entre los nacimientos de cada gatito pueden ser más cortos o más largos, a veces incluso muy largos. Puede ocurrir, pero no muy a menudo, que una gata madre "se tome un descanso" de medio día o incluso de 24 horas.
Una pausa en el parto de una gata debe ponernos alertas, ya que podría indicar problemas. Sin embargo, si la gata se comporta con normalidad, no parece sufrir ningún dolor y alimenta tranquilamente a sus crías ya nacidas, no hay por qué alarmarse.
El parto en una gata dura estadísticamente unas 2-6 horas, aunque puede ocurrir que dure hasta 12 horas y esto está dentro de los límites de lo normal.
¿Cuántos gatitos puede parir una gata?
Por supuesto, puede haber más o menos gatitos: uno, ocho, diez. O incluso una docena, lo que ya es raro.
El peso de los gatitos debe rondar los 90-120 g.
Un hecho interesante es que el número de gatitos está determinado genéticamente, lo que puede confirmarse por el hecho de que algunas razas muestran una tendencia a parir más crías -por ejemplo, las gatas siamesas- y otras menos, por ejemplo, las gatas persas.
¿Y cuántos gatos dan a luz a una gata la primera vez? No hay ninguna regla. Las primerizas pueden parir con la misma facilidad un gatito que ocho.
¿Qué problemas pueden surgir durante el parto de una gata?
Todo parto en una gata implica un cierto riesgo.
Entre las posibles complicaciones durante el parto de una gata podemos mencionar:
- Feto atrapado en el canal del parto.
- Cordón umbilical enrollado alrededor del cuello del bebé.
- Desprendimiento prematuro de la placenta o imposibilidad de expulsarla
- Agotamiento excesivo de la madre felina, que no tiene fuerzas para ocuparse del recién nacido.
- Mortinatos o la muerte de gatitos poco después de nacer.
Afortunadamente, no son problemas frecuentes. No obstante, conviene tener a mano el número de teléfono del veterinario por si acaso.
¿Cómo ayudar a la gata durante el parto?
Por lo general, las gatas saben perfectamente qué hacer durante el parto. Por lo tanto, a menos que surjan complicaciones inesperadas, no es necesario intervenir en el parto de una gata. Sin embargo, esto no significa que debamos dejar sola a nuestra gata.
Es más, incluso pueden buscarla ellas mismas. Entre las gatas que viven en libertad y dan a luz, las hembras también suelen estar acompañadas por otras gatas, normalmente emparentadas con ella, que actúan como comadronas.
Por tanto, nuestra sola presencia puede ser un apoyo para la gata madre. Sin embargo, son más tranquilizadoras las palabras de aliento, que no debemos escatimarle, o las caricias suaves en la cabeza o incluso en el vientre. Esto es especialmente importante para las gatas que dan a luz por primera vez y, por tanto, no tienen experiencia y pueden sentirse ansiosas.
A menudo pensamos que el parto de una gata es un comportamiento puramente instintivo. Sin embargo, esto no es cierto. Sí, las gatas madres tienen un conocimiento innato de lo que más o menos tienen que hacer, pero sin práctica cometen muchos errores.
Las gatas inexpertas pueden incluso no saber cómo cuidar de sus bebés recién nacidos. Si nuestra gata que da a luz por primera vez no quiere ocuparse de sus crías, debemos tumbarla suavemente de lado y arrimar a los gatitos a sus pezones. En cuanto empiecen a mamar, todo irá bien.
Por supuesto, también es nuestra responsabilidad como cuidadores de una gata preñada preparar una "sala de parto" adecuada.
Puede ser una caja de cartón normal o una cama para gatos comprada en una tienda de animales. Es importante que su tamaño permita a la gata tumbarse libremente de lado. Hay que colocarla en una habitación cálida -los recién nacidos felinos necesitan estar a la temperatura adecuada- y donde la madre y sus bebés tengan paz y tranquilidad.
También debe procurarse proporcionar a la gata una buena alimentación que contenga los nutrientes necesarios para ella y sus gatitos durante el embarazo y la lactancia.
En este vídeo, un veterinario explica más sobre el tema:
¿Cambia el comportamiento de la gata después del parto?
Tras el parto, la gata cambia de comportamiento, pero esto no significa que se vuelva agresiva con sus cuidadores, como a veces se cree. Sí, la gata puede estar más nerviosa, pero es comprensible, porque tiene que cuidar no solo de sí misma, sino también de la vida de sus crías.
A veces se piensa que no se debe tocar a los gatitos. Y se equivocan. Hay que tocarlos e incluso cogerlos.
Y tan a menudo como sea posible. Esto es muy importante para la correcta socialización de los gatitos, ya que desde pequeños se familiarizan con el olor de los humanos y el tacto de su mano, para que más adelante sean más sociables con las personas.
¿A la madre felina no le importa? No, si confía plenamente en nosotros.