Annie solía cruzarse a diario con el mismo perro callejero, que se quedaba inmóvil mirando fijamente una alcantarilla.
El animal parecía reacio a moverse, por lo que un día Annie decidió entrar en una carnicería cercana y comprarle un hueso. Aunque al principio el perro se mostró desconfiado y distante, el hambre finalmente lo llevó a aceptar la comida.
Mirando fijamente la alcantarilla
Al día siguiente de comprarle el hueso, Annie vio al perro nuevamente en el mismo lugar, y esta vez le compró carne cruda. Sin embargo, en lugar de comerla, el perro la arrojó hacia una alcantarilla cercana.
Probablemente, la lluvia los había arrastrado hasta allí, y el perro, en un acto de increíble generosidad, había estado cuidándolos y compartiendo su comida con ellos.
El rescate
Annie no dudó en llamar a los bomberos, quienes llegaron rápidamente y recuperaron a los gatitos. Decidió llevarlos a su casa y cuidarlos hasta que pudieran encontrar un hogar. Al girarse para volver, miró al perro y le dijo: "Vamos, es hora de ir a casa". Así, sin pensarlo dos veces, adoptó también al héroe canino.
La historia no tardó en hacerse viral desde su publicación hace dos años, y los internautas no han dejado de elogiar al perro por su desinteresado acto.
Un usuario de YouTube comentó: "Es triste que los humanos a veces no se lleven bien, mientras que un perro callejero y unos gatitos entienden mejor las necesidades del otro. Que el perro haya compartido su comida, sin saber si tendría más, fue un gesto hermoso".