Síntomas del cushing en perros
El cushing afecta normalmente a perros mayores de siete años aunque de forma excepcional también puede atacar a perros jóvenes. Esta enfermedad tiene diversos síntomas, algunos de ellos compatibles con otras enfermedades. Por esta razón, es muy importante acudir al veterinario enseguida y así descubrir si realmente nuestro compañero perruno está padeciendo esta enfermedad.
Síntomas confundibles con otras dolencias
- Aumento de las horas de sueño y disminución de los niveles energéticos.
- Disminución en la densidad del pelaje e incluso pérdidas del mismo.
- Aumento voraz del apetito. Aquí te enseñamos a reconocer a un perro sobrealimentado.
- Aumento de las ganas de orinar, incrementando la frecuencia y la cantidad.
- Problemas de piel, alopecias y eccemas.
Todos estos síntomas son compatibles con otras enfermedades como por ejemplo el hipotiroidismo o incluso con el propio envejecimiento del can.
Síntomas específicos del síndrome de cushing en perros
- Aumento de la cantidad del consumo de agua y de comida.
- Jadeo constante, tras realizar actividades o en reposo.
- Abdomen péndulo y de tamaño aumentado.
- Pérdida de peso.
- Pérdida de masa muscular acompañada de debilidad física.
- Grandes alopecias por todo el cuerpo.
- Disminución del grosor de la piel.
- Oscurecimiento de la piel, aparecen manchas, se dilatan los vasos sanguíneos e incluso aparecen eritemas.
- Aumenta el período de cicatrización de heridas.
- Aparecen cambios de conducta.
Estos síntomas más específicos son una señal clara de que nuestro can puede estar sufriendo en silencio el síndrome de cushing y es necesario que acudamos al veterinario para que lo diagnostique y comencemos cuanto antes con el tratamiento específico.
Causas del síndrome de cushing en perros
El origen de esta enfermedad es hormonal con distintas causas:
- La hipófisis o glándula pituitaria puede estar teniendo un mal funcionamiento y dejar de producir, o producir la hormona corticotropina (ACTH) en exceso como es en el caso del cushing. El aumento de esta hormona, hace que las glándulas suprarrenales generen cortisol de manera descontrolada provocando un aumento excesivo y constante del mismo en sangre.
- Las glándulas adrenales o suprarrenales tienen un funcionamiento incorrecto. Estas glándulas se encargan de producir el cortisol, entre otras hormonas. En este caso, los niveles de cortisol aumentan desenfrenadamente acabando en una enfermedad.
- Un medicamento hormonal mal pautado por una exposición prolongada a glucocorticoides o derivados de fármacos hormonales puede provocar trastornos en el sistema además de un mal funcionamiento interno en las glándulas. En este caso, el perro acaba desarrollando el síndrome de cushing, específicamente el cushing iatrogénico. Este tipo de cushing es muy poco común y poco probable que aparezca, pero aun así hay que tenerlo en cuenta.
Diagnósticos para el síndrome de cushing
Es muy importante observar a nuestro can, ya que cualquier cambio en su conducta u organismo puede ser indicativo de ciertas enfermedades. Por eso, es importante acudir periódicamente a tu veterinario. Sobretodo, si ves que tu perro sufre alguno de los síntomas anteriormente citados. Un diagnóstico a tiempo puede salvar a tu can y ayudarle a tener más calidad de vida.
En el caso de que tu veterinario crea que tu mascota puede padecer síndrome de cushing, se comenzará con el protocolo para averiguar si es o no.
El primer paso es hacer una analítica sanguínea completa con bioquímica, hemograma y valores de colesterol, cortisol, T4, y TSH. Con estos valores se sabrá si nuestro can está en un buen estado de salud interna y si los valores hormonales que indican que haya un cushing están o no alterados.
Si estos resultados nos indican que nuestro can puede tener cushing, se pasará a la siguiente fase:
- Hacer la prueba del LDDS. En esta prueba hay que administrar dexametasona y controlar los valores en sangre de nuestro can cada 4 horas y comprobar así si el organismo de nuestro can responde como debiera.
- Por último realizan la prueba de estimulación del HACT, extrayendo sangre antes y después de exponer a nuestro can a esta hormona y así ver si funcionan correctamente las glándulas adrenales de nuestro can.
Si tras todas estas pruebas se determina que nuestro can tiene cushing, comenzaremos con un tratamiento para regular la producción de cortisol o si fuera necesario se practicaría una cirugía. Esto depende del tipo de síndrome de cushing del que padezca y de su origen.
Si acudes a tu veterinario de forma periódica y vigilas las costumbres de tu compañero perruno es muy probable que descubras cualquier enfermedad a tiempo y sin problemas. El síndrome de cushing es una enfermedad tratable y con la que se puede llevar una vida perruna normal.