Razas de perro para personas con alzheimer
Teniendo todas las limitaciones del alzheimer en cuenta, estos son los tipos de razas que recomendaríamos para ellos. Nos basaremos en una serie de características que se consideran estándar en cada raza, aunque habrá que tener en cuenta que puede haber de todo.
1. Perros tranquilos y cariñosos. No hay nada que una persona mayor agradezca más que la compañía agradable de un perro cariñoso. Por otra parte, si son muy movidos pueden llegar a estresar al enfermo, evitando que reaccione bien a las necesidades del can y empeorando la calidad de vida de ambos. Por supuesto, quedarían descartadas razas como el border collie.
2. Perros físicamente fáciles de manejar. Algo que descarta gran parte de las razas medianas o grandes de perro. Aparte, tendremos que evitar aquellas razas que son conocidas por tener algunas predisposiciones de agresividad o que son peligrosas físicamente hablando. Descartaríamos por ejemplo al pastor alemán.
Y el perro no necesariamente tendrá que ser un Sherlock Holmes. Hay que mirar también dónde ponemos a cada perro. Tengamos en cuenta que se pasará la mayoría del día con una persona mayor inhabilitada para hacer muchas cosas. Por lo que querer jugar o pasear con demasiada frecuencia podrá llegar a ser una molestia, por desgracia. Eso sí, tendría que poderse adiestrar por sí en algún momento queremos convertirlo en un perro de asistencia: eso hace que incluyamos a los retriever.
Dicho todo esto, estas son las razas de perro para personas con alzheimer que recomendamos:
1. Golden Retriever
2. Labrador Retriever
3. Bóxer
4. Caniche
5. Yorkshire
Aparte de estas razas, también habrá la opción de adoptar un perro de mezcla. Actualmente, hay muchos en las protectoras y perreras, y no tenemos que olvidarnos de que cualquier perro de mezcla puede tener todos estos atributos.
Cómo es tener alzheimer
Un enfermo de alzheimer sufre en silencio. No suele ser hasta muy tarde que se detectan los síntomas del alzheimer.
Ya que suele ocurrir en la vejez, los síntomas como pérdida de memoria o la torpeza se atribuyen a la edad del enfermo. Es una enfermedad que empeora exponencialmente con el tiempo, y cada vez se vuelve más inhabilitante, hasta llegar a la muerte.
Normalmente, una persona con esta enfermedad suele sobrevivir un promedio de 7 años, aunque hay gente que vive hasta 14 con la enfermedad.
No sabemos exactamente de dónde viene este problema cognitivo, pero lo que sí sabemos es que cualquier tipo de estimulación cognitiva es buena para el paciente.
Una persona que acaba de ser diagnosticada, suele tener menos ganas de hacer cosas. Parece que haya entrado en depresión y pierde mucha capacidad de reacción y de aprendizaje. Además, se empiezan a aislar y evitan todo contacto con cosas nuevas porque no las pueden gestionar bien. Además, les cuesta leer y comunicarse con la gente.
Todo esto es altamente frustrante para la persona, y es lo más lógico que estos límites empeoren gravemente su calidad de vida. Acelerando así el proceso de degeneración. Es un proceso que se retroalimenta, y ahí empieza el proceso exponencial que lo caracteriza.
Qué necesita una persona con alzheimer
Como ya hemos dicho, una persona con alzheimer se siente inhabilitada. Siente que no puede hacer nada, que ha perdido capacidades, y no es capaz de expresarse tan bien como lo hacía antes. Es algo de lo que no pueden escapar, pero les queda algo.
A menudo nos damos cuenta de que con nuestros perros no hacen falta las palabras para entendernos. A un perro le da igual qué enfermedad tengas; mientras le muestres cariño y le pongas de comer, para él serás todo lo que necesita en el mundo.
Un perro puede dar mucha comprensión y amor a una persona que se aísla y que no tolera muchas cosas. En realidad, puede ser muy terapéutico para que el enfermo se adapte mejor a la vida que le espera. Tener un amiguito peludo que lo acompañe todo el rato evitará que sus síntomas se desarrollen tan rápido, porque ya no estará solo nunca más.
Además, el perrito querrá jugar y llamará la atención de su nuevo dueño, por lo que la persona con alzheimer tendrá que responder. Estimulando así el físico y la mente del enfermo y dándole también una responsabilidad y una tarea. Algo relativamente sencillo de hacer (hay que reconocerlo, los perros son fáciles de cuidar) de lo que se podrá sentir orgulloso y útil.