El uso de la lejía en la prevención del contagio por Coronavirus
Utilizada para limpiar y desinfectar, la lejía es un producto de limpieza que no falta en el hogar de los españoles. Durante el período de confinamiento, debido al peligro de infección con coronavirus, su uso se ha disparado.
El Ministerio de Sanidad ha señalado la importancia de desinfectar todos los espacios, para evitar el avance de la propagación del coronavirus en España. Y es que, el Covid-19 puede resistir varias horas en algunas superficies como el metal o el plástico.
Desinfectar todas las superficies es vital
La limpieza de los enseres domésticos y superficies con agentes biocidas los inactiva de forma eficaz y rápida, por tanto, es conveniente establecer pautas de limpieza y desinfección de domicilios.
Atención, la Comunidad de Madrid destaca: para que la lejía sea eficaz hay que limpiar previamente las superficies con bayetas húmedas, para recoger el polvo. Después limpiar esas mismas superficies con otra bayeta humedecida en una disolución de lejía al 1:50.
Estas medidas vienen acompañadas, como es lógico, con el incremento del riesgo de ingestión y consecuente envenenamiento con lejía en perros y gatos.
En este artículo veremos cómo prevenir, cuáles son los síntomas y cómo actuar en caso de intoxicación con lejía.
¿Por qué la lejía es peligrosa?
Puede causar lesiones graves en la piel, el esófago y el estómago, también en perros y gatos. Especialmente si se mezcla con amoníaco, pudiendo ser letal para nuestros amigos de cuatro patas.
¿Cómo se puede intoxicar mi perro?
En general, los perros y los gatos pueden entrar en contacto con el producto de tres maneras diferentes:
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Respiratorio: el animal cerrado en una habitación puede inhalar la lejía. Esto se absorbe a través de los conductos respiratorios y los pulmones.
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Por vía dérmica: el animal camina por el suelo previamente lavado con lejía. En este caso, la piel absorbe el producto, haciéndolo llegar al cuerpo.
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Vía oral: el animal, intrigado por el fuerte olor, lame el suelo o simplemente lame sus patas.
Síntomas de intoxicación por lejía
Un animal que respira o ingiere lejía, generalmente, presenta síntomas en los minutos siguientes. Estos son algunos de los síntomas que puede mostrar:
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Tos.
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Conjuntivitis e hiperlacriminaciones.
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Dolor y enrojecimiento de la piel.
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Vómitos.
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Sialorrea (hipersalivación).
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Decoloración del cabello.
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Quemaduras más o menos graves en el hocico, lengua y membranas mucosas.
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Irritación gástrica e intestinal que se manifiesta en dolor abdominal.
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Temblores.
En casos graves:
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Vómitos hemorrágicos (con rastros de sangre).
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Ulceraciones gástricas.
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Convulsiones.
La gravedad de la intoxicación generalmente está determinada por la cantidad ingerida o la duración de la inhalación, en proporción al peso del animal.
¿Qué hacer en caso de intoxicación por lejía?
En caso de síntomas leves de intoxicación, lo importante es actuar rápidamente. Si la irritación se limita a las membranas mucosas, es bueno enjuagar los ojos y la boca con abundante agua tibia.
Si el animal babea (sin vomitar), es necesario alentarlo a beber mucha agua para enjuagar la lejía. Alternativamente, la leche también ayuda a diluir el tóxico en el estómago y, por lo tanto, reduce el daño en el tracto gastrointestinal.
Qué hacer si la intoxicación con lejía es a través la piel
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En caso de contacto con la piel se recomienda dar un baño largo con champú especial para animales.
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Si el perro cojea, es aconsejable desinfectar las patas y enjuagarlas con la ayuda de una gasa estéril.
¿Cómo prevenir la intoxicación por lejía?
Al ser una sustancia de uso común, se hace necesario tomar algunas precauciones para evitar una intoxicación grave.
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Mantener a los animales alejados durante el uso del producto.
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Meter al animal en otra habitación y enjuagar el piso una vez desinfectado.
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Dejar las ventanas totalmente abiertas mientras se usa el producto.
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Utilizar desinfectantes menos agresivos.
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Mantener todos los productos químicos cerrados, en un armario lejos del alcance de los animales.
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Bajar SIEMPRE la tapa del inodoro.
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Lavarse bien las manos después de su uso.
Otros productos que pueden envenenar a tu perro.
Además, de la lejía, existen otros productos que pueden ser muy peligrosos para los animales:
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Limpiadores / ambientadores para inodoros.
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Tintes para el pelo.
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Líquidos diluyentes.
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Abrillantadores de suelo.
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La soda cáustica.
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Desengrasantes para el horno.
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El Cloro.
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Quitaesmaltes.
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Disolventes.
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Pegamentos fuertes.
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Etcétera.